«Los profetas mostraron a la gente que Dios valora a los seres humanos lo suficiente como para elegir a hombres y mujeres que lo representen».
ESPIRITUAL
La Segunda Venida de Cristo es el día de la liberación. Las tumbas no pueden retener a aquellos que durmieron en Jesús. Su voz poderosa los despierta y los llama de nuevo a la existencia.
Servimos mejor cuando nuestras palabras están en armonía con nuestras acciones. Se llama coherencia, y las personas, como la reina de Sabá, desean ver esto en nosotros.
Aunque el tiempo de angustia será una prueba terrible para el pueblo de Dios, será el momento de mirar hacia arriba a fin de que, por la fe, podamos ver el arco de la promesa que nos envuelve.
Del 2 al 9 de noviembre, de 2019, acompáñanos en la Semana de oración. Este año lleva por título “Fieles a sus profetas”.
Jesús dotó a la iglesia del poder divino, delegándolo bajo su soberanía: Él usó su poder para sanar, predicar y resucitar, pero nunca para destruir.
Mediante actos de generosidad podemos demostrar la sinceridad de nuestra gratitud por la misericordia de Dios. El gran mandamiento de Su Ley es amar. Si no amamos, no estamos guardando la Ley.
El mensaje no será llevado adelante tanto con argumentos como por medio de la convicción profunda inspirada por el Espíritu de Dios.
“Solo los que hayan fortalecido su espíritu con las verdades de la Biblia podrán resistir en el último gran conflicto”. Hemos sido llamados a sostener “la Biblia y la Biblia sola, como piedra de toque de todas las doctrinas y base de todas las reformas”.
Plagas y desastres sacudirán la tierra, y culparán a los que sean fieles a la verdad bíblica. Se dirá que ofenden a Dios al violar el descanso dominical.
Pronto veremos y palparemos los propósitos del romanismo. Cualquiera que crea u obedezca a la Palabra de Dios incurrirá en oprobio y persecución.
El engaño satánico a través del espiritismo será terrible. Todos aquellos cuya fe no esté firmemente cimentada en la Palabra de Dios serán confundidos y vencidos.
Pronto llegaremos al hogar celestial. Mientras tanto, mantengamos un espíritu de unidad en torno a nuestros pastores. Colaboremos con ellos, oremos con ellos y por ellos.
Cristo murió en nuestro lugar, pagó el precio de nuestro rescate. Es un regalo divino que permitirá que algún día podamos reunirnos con aquellos que ya no están.
El arma más poderosa del cristiano es la oración, porque ella te conecta con el mayor poder del Universo: Dios todopoderoso.
“Nadie que no ore puede estar seguro un solo día o una sola hora. Debemos, sobre todo, pedir al Señor que nos dé sabiduría para comprender su Palabra”.
Ante el aumento de la temperatura del mal, estamos llamados a ser “climatizadores” o mejor… pacificadores. Sin importar lo que recibamos, elijamos dar amor y paz.
Si obedecemos a Dios, nos veremos frente a montañas de dificultades, aparentemente insuperables. Probarán nuestra fe. Confiemos en Dios y desaparecerán.
Quienes niegan la existencia de Satanás corren mayor peligro de caer bajo su influencia. Los que siguen a Cristo están siempre seguros bajo su protección.
“El hecho de que Cristo venció debería inspirar valor a sus discípulos para sostener denodadamente la lucha contra el pecado y Satanás”.
Cristo ya ha vencido al mal en la cruz, vindicando el verdadero carácter de amor y justicia de Dios. Cuando Cristo vuelva acabará con el sufrimiento y el mal definitivamente.
La intercesión de Cristo por el hombre, en el santuario celestial, es tan esencial para el plan de la salvación como lo fue su muerte en la cruz.
Para que exista una verdadera conversión, una transformación del carácter a imagen del de Cristo, debe haber arrepentimiento, obediencia y santificación.
Ningún período profético se extiende hasta el segundo advenimiento. El tiempo exacto de este acontecimiento no está predicho. No podemos poner fecha.