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Descarga tu revista de la Semana de Oración integrada, que celebraremos del 7-14 de noviembre.  El tema de la misma es: “Fidelidad en el estilo de vida cristiano” y se puede descargar, en PDF, aquí: Semana Oración Integrada 2020

Fue un momento crucial de mi vida. Después de graduarme en el Colegio Secundario Adventista de Takoma (Maryland, EE. UU.), decidí continuar mis estudios en el Colegio Terciario La Sierra (ahora universidad), en California, a más de cuatro mil kilómetros de distancia. Después de embarcarme en esta fase nueva e importante de la vida, mi padre me envió una tarjeta dentro de una carta con la siguiente cita, escrita por él en letra manuscrita: «Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: “Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti”.

Este es un asunto diario. Cada mañana, conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a Él, para ponerlos en práctica o abandonarlos, según te lo indique su providencia. Podrás así poner cada día tu vida en las manos de Dios, y ella será cada vez más semejante a la de Cristo».[1]

No solo aprecié el tiempo y el interés que mostró mi padre al compartir esto conmigo, también significó mucho recibir esas poderosas enseñanzas espirituales del Espíritu de Profecía. Desde entonces tengo un gran cariño por los escritos de Elena G. de White.

Conservé la cita manuscrita en mi Biblia durante mucho tiempo, hasta que perdí esa preciosa Biblia. Hace unos años le pedí a mi padre que escribiera nuevamente la misma cita, y aún tengo esa segunda versión en mi Biblia. Es una cita preciosa, y un recordatorio del interés de mi padre por mi vida espiritual. Jamás descarten como no esencial el énfasis y el tiempo que inviertan en la vida espiritual de sus hijos. Es algo que pagará dividendos espirituales mediante la influencia y el poder del Espíritu Santo.

El poder de la palabra de Dios

Al consagrarnos a Dios y rendirle cada día nuestros planes, qué importante es dedicar tiempo a escucharlo a través de la Biblia. «Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino» (Sal. 119:105).

En el mundo actual, muchas filosofías humanistas que procuran nuestra atención, en último término nos llevan por un sendero muy oscuro. Pero la fidelidad de la Palabra de Dios está probada. Alumbra nuestro camino y nos da dirección divina y confiable.

La Biblia brinda el fundamento mismo para desarrollar y mantener una relación con Cristo, y para aprender qué significa vivir la vida que él procura para nosotros. Es la palabra viva de Cristo: una verdad eterna que trasciende todas las culturas humanas y nos encauza rumbo a la cultura del cielo.

Al enfrentar a Satanás, Jesús declaró con firmeza: «No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (Mat. 4:4). Esto nos dice que cada parte de las Escrituras es importante. Y aunque Dios no dictó la Biblia palabra por palabra, la aceptamos como plenamente inspirada por su Espíritu.

Pedro lo dejó muy en claro al decir: «Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro […]. Pero ante todo entended que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo» (2 Ped. 1:19-21).

Una verdad fundamental

Mientras oraba por sus discípulos (y por nosotros), Cristo indicó el poder de la Palabra cuando expresó: «Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad» (Juan 17:17).

En un mundo en que la verdad se considera relativa, sobre la base de la propia experiencia, Cristo proclama firmemente que su Palabra –la Biblia– es una verdad sólida e inalterable. Mediante el poder de su Espíritu Santo, su verdad obra en nuestros corazones, cambiándonos y santificándonos.

Es por ello que la Biblia es fundamental para un estilo de vida cristiano. Define qué significa ser un seguidor de Cristo (véase Mat. 5). Nos da modelos piadosos y nos revela que «el camino de los transgresores es duro» (Prov. 13:15). Brinda sabiduría eterna, haciéndonos «sabios para salvación» (2 Tim. 3:15), y sin embargo tan simple que aun un niño puede entenderlo.

Mediante la historia y la profecía, vemos cómo Dios ha guiado en el pasado, y nos garantiza que lo que aún falta se cum- plirá (Jos. 21:45; 2 Cor. 1:20). En las páginas de las Escrituras, aprendemos de nuestros orígenes y destino (Gén. 1:1; Apoc. 21:1, 7; Apoc. 22:17).

Es mediante las Escrituras y la oración que llegamos a conocer a Dios. «Si deseáis conocer al Salvador, estudiad las Santas Escrituras se nos dice en El camino a Cristo–. Llenad vuestro corazón con las palabras de Dios. Son el agua viva que apaga vuestra sed. Son el pan vivo que descendió del cielo».[2]

Elena White explica: «La Biblia no fue escrita solamente para el hombre erudito; al contrario, fue destinada a la gente común. Las grandes verdades necesarias para la salvación están pre- sentadas con tanta claridad como la luz del mediodía; y nadie equivocará o perderá el camino, salvo los que sigan su juicio privado en vez de la voluntad divina tan claramente revelada».[3] Entonces advierte: «No debemos conformarnos con el testimonio de hombre alguno en cuanto a lo que enseñan las Santas Escrituras, sino que debemos estudiar las palabras de Dios por nosotros mismos».[4]

Su propio intérprete

Este método es apoyado por el enfoque bíblicohistórico (o bíblico-gramatical) de leer la Palabra la Dios, según se describe en el documento «Métodos de estudio de la Biblia» votado por la iglesia mundial.[5] Este método cuidadosamente revisado de estudio de la Biblia, permite que ella sea su propio intérprete, y no el individuo o la cultura, como los métodos críticos de estudio de la Biblia animan a hacer a los lectores. Es un método que se explica aún más en el libro El conflicto de los siglos:

«El lenguaje de la Biblia debe explicarse de acuerdo con su significado manifiesto, a no ser que se trate de un símbolo o figura […]. Si los hombres qui- sieran tan solo aceptar lo que la Biblia dice, y si no hubiera falsos maestros para alucinar y confundir las inteligen- cias, se realizaría una obra que alegraría a los ángeles y que traería al rebaño de Cristo a miles y miles de almas actualmente sumidas en el error»[6].

Durante siglos, hombres y mujeres fieles corrieron grandes riesgos en aceptar la Biblia tal como se lee. Algunos hasta dieron sus vidas por ser fieles a las Escrituras. Hoy en día el libro está facilmente dispobible.

Cada año se imprimen más de cien millones de Biblias, y la aplicación bíblica YoutVersion tiene más de cien millones de descargas [7] Esto en adición a las muchas otras versiones disponibles online.

Creamos la Palabra de Dios

Está claro que muchos creen que es importante tener una Biblia pero, ¿cuántos creen que es importante leerla, meditar en ella y seguir sus consejos?

Los judíos de Berea definidamente creían eso. «Estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. (Hechos 17:11)

Lo mismo podemos hacer nosotros. La lectura diaria de la Biblia sumada a la oración es el fundamento de nuestra experiencia espiritual. Si no nos conectamos con el cielo, es imposible crecer espiritualmente (véase 2 Ped. 3:18). Pero qué privilegio tenemos de alcanzar a Dios cada día, conociendo que él anhela estar en comunión con nosotros.

Trato de comenzar cada día de rodillas apenas me levanto. Me pongo en las manos de Dios, pidiendo sabiduría y el Espíritu Santo en mi vida. El Señor jamás falla en las provisiones que hace para nosotros. Procuro leer la Biblia de manera sistemática mediante el plan de lecturas de Creed a sus profetas [8] y de otras secciones de la Biblia, seguido del Espíritu de Profecía. He hallado que también es útil estudiar la Guía de Estudio de la Biblia para Adultos y otros recursos que fortalecen nuestro caminar con el Señor.

Siempre oro antes de leer la Palabra  de Dios, dado que jamás se debería estudiar la Biblia sin oración, pidiendo la conducción del Espíritu Santo.

Estoy tan agradecido por la «Palabra escrita», que es la encarnación escrita de la «Palabra viviente», Jesucristo.
Como cristiano adventista, jamás permita que alguien lo disuada de la importancia de estudiar la Palabra escrita inspirada por Dios. Beba las verdades profundas de las Escrituras y las instrucciones que se encuentran en el Espíritu de Profecía. Su vida espiritual se verá enriquecida más allá de toda medida. Al estar en comunión con Dios, él nos transformará, como lo hizo con Enoc, cuando caminemos diariamente con él.

«En medio de una vida de activa labor, Enoc mantenía fielmente su comunión con Dios. Cuanto más intensas y urgentes eran sus labores, tanto más constantes y fervorosas eran sus oraciones […]. Se retiraba con el fin de estar solo, para satisfacer su sed y hambre de aquella divina  sabiduría que sólo Dios puede dar.

Manteniéndose así en comunión con Dios, Enoc llegó a reflejar más y más la imagen divina.
«También nosotros hemos de caminar con Dios. Cuando lo hagamos, nuestros rostros se verán iluminados por la luz de su presencia […]. Hablaremos de su poder, diciendo: “Alabado sea el Señor. Dios es bueno, y buena es la obra del Señor” […]. Y los que sean trasladados al final del tiempo serán los que hayan estado en comunión con Dios aquí en la tierra»[9].

Qué maravilloso privilegio tenemos: entrar en comunión diaria con Dios mediante los métodos que él nos ha dado. Y qué gozo saber que un día cercano él vendrá a llevarnos al hogar.

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

  1. ¿Cómo podemos hacer para que el estudio de la Biblia resulte más interesante? Piense en cinco maneras creativas de estudiar la Palabra de Dios.
  2. ¿Cómo tratamos con pasajes difíciles de las Escrituras? ¿Cuál sería el enfoque de Jesús?
  3. ¿Cómo podemos transmitir la importancia de conectar la Palabra de Dios con la siguiente generación de adventistas?

Autor: Ted N. C. Wilson, presidente de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

NOTAS:

1. Elena White, El camino a Cristo 1993, p. 70.

2. Ibíd., p. 88.

3. Ibíd., p. 89.

4. Ibíd.

5. Documento «Methods of Bible Study», www.adventist.org/articles/ methods-of-bible-study/.

6. Elena White, (Doral, Fl.: Asoc. Publ. Interame- ricana, 2007), p. 584.

7. «29 Good Bible Sales Statistics», BrandonGaille Small Business & Marketing Advice, https://brandongaille.com/27-good-bible-sa- les-statistics/.

8. Puede consultarse este plan de lectura de la Biblia en www. believehisprophets.org.

9. Elena White, Sons and daughters of God (Washington, D.C.: Review and Herald Pub. Assn, 1955), p. 20.

Revista Adventista de España