Vamos a estudiar un principio de interpretación que nos ayudará a descubrir el significado de un símbolo, o paralelismo, en la Biblia.
ESPIRITUAL
Enfrentamos una decisión trascendental: aceptar lo verdadero que viene de Dios o dejarnos guiar por tradiciones humanas.
Nadie conoce la fecha de la Segunda Venida. Solamente el Padre. ¿Pero en qué se basan quienes se empeñan en fechar ese trascendental momento?
La profecía nos ayuda a comprender mejor el Plan de Dios, pero, ¿qué principios nos pueden ayudar a un correcto estudio?
¿Cómo entendemos los adventistas la identificación de los reinos representados por los símbolos en los libros de Daniel y Apocalipsis?
La mejor definición que podemos dar es la que dio el apóstol Juan: «Dios es amor» (1ª de Juan 4:8). Por tanto, la Ley es amor.
Apocalipsis 13:13 dice el falso profeta «hace descender fuego del cielo a la tierra». ¿Qué quiere decir esta declaración?
La apocalíptica bíblica desempeña un papel importante respecto a nuestra identidad, misión y mensaje proféticos.
¿Qué tiene que ver el amor con tanta prohibición? Debe de tener mucho que ver, puesto que el resumen de estos mandamientos es: amar y amar.
Europa ha estado bajo la voz del dragón, y ahora quiere hablar con su propia voz, está anhelando «la fuerza del hierro» (Apocalipsis 2:41).
Nos asomamos al tema de la Deidad con humildad, quitando el calzado de nuestros pies, para dejar que sea la Palabra la que nos hable.
Apocalipsis 13:11 dice: «Después vi otra bestia que subía de la tierra». ¿Esa «tierra» son lugares poco habitados?
¿Cómo puede Dios convencer a los ángeles, y a todos los demás seres que Él ha creado, de su amor por ellos? ¿Qué más puede hacer?
La fuerza de algunas mujeres cristianas es impresionante e inspiradora, especialmente cuando están arraigadas en Dios.
Samuel Gil entrevista a ChatGPT sobre quién es quién en la profecía de Apocalipsis 13. ¡Disfruta de esta amena y reveladora conversación!
Aunque desconocemos muchas de las reglas del Conflicto Cósmico, Dios nos ha dado cierto conocimiento de los límites impuestos al mal.
Aunque Dios podía aplastar a Satanás y su rebelión desde un principio, no lo hizo. ¿Por qué Dios tolera aún el mal?
Si Dios nos dio libre albedrío, y lo que ocurre en este mundo no es responsabilidad suya, ¿quién tiene el control de lo que sucede?
Entendamos que Dios es soberano y sabio. Su principal objetivo es transformarnos y no necesariamente hacernos felices en esta vida.
¿Por qué permitió Dios el mal? ¿Por qué sigue permitiéndolo hoy tras la victoria de Jesucristo en la cruz? ¿Hasta cuándo?
¿Cómo será cuando termine el ministerio de Cristo como nuestro intercesor en el Santuario Celestial? ¿Nos abandonará Dios a nuestra suerte?
¿Son compatibles el amor y la justicia? ¿Qué defectos tiene la justicia sin el amor? ¿Qué defectos tiene el amor sin la justicia?
¿Qué tiene que ver el dominio propio con la libertad, el amor o la fe?, ¿qué con las avenidas del alma o que Dios deje de ser tu copiloto?
Tanto el amor como la ira son inherentes al carácter de Dios. Necesitamos conocer la verdadera naturaleza de esa ira del amor divino.