La Segunda Venida de Cristo es el día de la liberación. Las tumbas no pueden retener a aquellos que durmieron en Jesús. Su voz poderosa los despierta y los llama de nuevo a la existencia.
ESPIRITUAL
Aunque el tiempo de angustia será una prueba terrible para el pueblo de Dios, será el momento de mirar hacia arriba a fin de que, por la fe, podamos ver el arco de la promesa que nos envuelve.
El mensaje no será llevado adelante tanto con argumentos como por medio de la convicción profunda inspirada por el Espíritu de Dios.
“Solo los que hayan fortalecido su espíritu con las verdades de la Biblia podrán resistir en el último gran conflicto”. Hemos sido llamados a sostener “la Biblia y la Biblia sola, como piedra de toque de todas las doctrinas y base de todas las reformas”.
Plagas y desastres sacudirán la tierra, y culparán a los que sean fieles a la verdad bíblica. Se dirá que ofenden a Dios al violar el descanso dominical.
Pronto veremos y palparemos los propósitos del romanismo. Cualquiera que crea u obedezca a la Palabra de Dios incurrirá en oprobio y persecución.
El engaño satánico a través del espiritismo será terrible. Todos aquellos cuya fe no esté firmemente cimentada en la Palabra de Dios serán confundidos y vencidos.
Cristo murió en nuestro lugar, pagó el precio de nuestro rescate. Es un regalo divino que permitirá que algún día podamos reunirnos con aquellos que ya no están.
«Nadie que no ore puede estar seguro un solo día o una sola hora. Debemos, sobre todo, pedir al Señor que nos dé sabiduría para comprender su Palabra».
Quienes niegan la existencia de Satanás corren mayor peligro de caer bajo su influencia. Los que siguen a Cristo están siempre seguros bajo su protección.
«El hecho de que Cristo venció debería inspirar valor a sus discípulos para sostener denodadamente la lucha contra el pecado y Satanás”.
Cristo ya ha vencido al mal en la cruz, vindicando el verdadero carácter de amor y justicia de Dios. Cuando Cristo vuelva acabará con el sufrimiento y el mal definitivamente.
La intercesión de Cristo por el hombre, en el santuario celestial, es tan esencial para el plan de la salvación como lo fue su muerte en la cruz.
Para que exista una verdadera conversión, una transformación del carácter a imagen del de Cristo, debe haber arrepentimiento, obediencia y santificación.
Ningún período profético se extiende hasta el segundo advenimiento. El tiempo exacto de este acontecimiento no está predicho. No podemos poner fecha.
Solo hay dos grupos: los que deciden tomarse en serio a Dios, obedecen Sus mandamientos y tienen la fe de Jesús, y los escogen las tradiciones humanas. Cada elección tendrá su consecuencia eterna.
Tu futuro depende de la decisión que tomes hoy. Dios quiere perdonarte. Él puede transformarte, si tu le dejas. Y lo hará porque te ama.
En 1844 Jesús pasó al lugar santísimo del santuario celestial. Allí comenzó la purificación del santuario (investigación y juicio). Cuando termine, vendrá por 2º vez.
«No se había producido el acontecimiento esperado, pero esto pudo conmover su fe en la Palabra de Dios. Buscaron consuelo en las profecías, y lo encontraron».
Es triste que los hombres se empeñen en conservar las formas religiosas sin que éstas tengan piedad vital. Necesitamos vivir con JC para que nos transforme.
Sus errores los llevaron a sendos desengaños, sin embargo, Dios cumplió su propósito misericordioso permitiendo que el juicio fuese proclamado.
Aunque Miller creyó equivocadamente que la purificación del santuario era la tierra, y puso fecha a la 2º Venida, la esperanza fue necesariamente reavivada.
La Palabra de Dios nos exhorta a despertar. La mayoría de las profecías y señales ya se han cumplido. Vivamos y proclamemos el Evangelio. Cristo viene.
La persecución llevó a los puritanos a América. Sin embargo, estos reformadores llevaron consigo la intolerancia religiosa hasta que apareció W. Rogers.