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Frente a aquellos que “enseñan lo que no conviene” (Tito 1:11), el apóstol Pablo le dice a Tito que reprenda con autoridad a estos “rebeldes, charlatanes y engañadores” para que “sean sanos en la fe y no atiendan a fábulas” (v.13).

El lenguaje es duro, pero lo que está en juego justifica la postura inflexible de Pablo frente a los que enseñan “preceptos humanos que se apartan de la verdad” (v.14). Ante el peligro de ver arrastrados lejos de la verdad a los creyentes, Pablo le escribe a su hijo en la fe: “Pero tú debes enseñar lo que está de acuerdo con la sana doctrina” (Tito 2:1).

Frente a preceptos humanos, la sana doctrina. La enseñanza correcta.

En la misma línea de argumentación podemos leer al apóstol Pedro. Cuando habla de la venida de nuestro Señor Jesucristo, él afirma que no escribe del tema “siguiendo fábulas artificiosas” (2ª Ped.1:16). Lo que comparte es fruto de lo que vio y lo que oyó cuando estuvo junto a Juan y Santiago en el monte de la transfiguración. Allí fue testigo de la gloria de Jesús acompañado por Elías y Moisés. Uno representando a los que no verán la muerte cuando Cristo vuelva y el otro como representante de los que, a pesar de morir, serán resucitados por el poder de Jesús.

Nadie podrá negarle a Pedro el poder de su argumentación. Él vio lo que vio y recuerda con claridad la voz de Dios que desde el cielo proclamó: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco, a él escuchad” (Mt.17:5). No fueron fábulas, fue la realidad.

Pero, dirá él, “tenemos también la palabra profética más segura a la cual hacéis bien en estar atentos” (2ª Ped.1:19). La segunda venida está firmemente arraigada en la profecía bíblica. Más allá del testimonio de Pedro, la verdad bíblica brilla con belleza en la armonía de las palabras inspiradas por el Espíritu Santo.

Por favor, presta atención a lo que estoy escribiendo. “Así como hubo falsos profetas entre el pueblo de Israel, también habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán encubiertamente herejías destructoras… y por su causa, el camino de la verdad será difamado” (2ª Ped.2:1-2).

Frente a corrientes humanas e interpretaciones privadas, la más segura palabra profética. De cara a ideas, nuevas doctrinas y desvaríos varios, la sana doctrina. Frente a palabras elocuentes y sensacionales, “así dice Jehová”.

Porque “el fin de todas las cosas se acerca” (1ª Ped.4:7), vivamos, pues, “en estos tiempos de manera sobria, justa y piadosamente, mientras aguardamos el feliz cumplimiento de nuestra esperanza y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:12-13).

Maranatha. Cristo viene. Perseveremos hasta el final.

Autor: Óscar López, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España.
Imagen: Photo by Nick Nice on Unsplash

2 comentarios

  • Fernando Ibáñez dice:

    Por favor cambien esa imagen, esa biblia es adulterada, es la traducción que hicieron los testigos de Jehová en inglés. Por si no lo sabían.

    • Esther Azón. Revista Adventista. dice:

      Muchas gracias por el comentario. Lo tendremos en cuenta. Bendiciones.

Revista Adventista de España