“Si abrimos nuestros corazones, y nuestras casas, a los divinos principios de la vida, seremos canales por los que fluyan corrientes de fuerza vivificante”.
ESPIRITUAL
“Realmente solo amo a Dios tanto como amo a la persona que menos amo” (Dorothy Day) Y es que, más allá de la religión, la credencial inconfundible del cristiano es el amor.
En las cartas a las siete iglesias, Jesús nos da consejos salvavidas. Pide a Jesús que te ayude a seguirlos para ser un vencedor.
Derribemos los muros de separación. Esforcémonos por vivir todos en armonía, en Jesús, trabajando por la salvación de nuestros semejantes.
“En ausencia del hermano no se debe hablar mal de él para difamarlo, aunque digamos la verdad. Esto sería maledicencia”. (Antioco del Monasterio de Saba)
Lo que comenzó el 22 de octubre de 1844 llegará a su fin: Cristo se despojará de sus vestimentas de Sacerdote para ponerse las de Rey y vendrá a buscarnos.
Dios conoce tus debilidades y tus fortalezas. Te ama a pesar de tus errores. Te anima, te guía y te ayuda a seguir adelante para ser un ganador.
En el hogar deben fomentarse la bondad y el amor. Donde reine el Espíritu de Dios no habrá incompatibilidad, porque ambos reflejarán el carácter de Cristo.
Recluido en la isla de Patmos, Juan ya no podía predicar. Pero escribió todo lo que Jesús le mostró. Cuando deseamos compartir a Cristo, Él nos ayuda siempre a poder hacerlo.
El Gran Reto es un proyecto bíblico inspirado en una madre que tenía cuatro hijos a los que guió en el Camino hacia la Eternidad.
El sufrimiento aquí, para el cristiano, es tan solo un momento de angustia previo al gozo eterno de la vida con Cristo. Soportable en la bendita esperanza.
“En Cristo hay vida original, que no proviene ni se deriva de otra” (DTG pág. 489). Jesús nos da vida física, espiritual, y eterna.
Una paternidad responsable nos lleva a plantearnos cómo educar a nuestros hijos para hacer de ellos ciudadanos del Cielo.
“Se necesitan jóvenes dispuestos a ofrecer sus vidas en el servicio por el prójimo. Que el amor de Jesús inunde el corazón de cada uno de ellos”.
“El secreto de la verdadera unidad en la iglesia, y en la familia, no estriba en la diplomacia o la administración, etc. sino en la unión con Cristo.” (EGW)
“El diezmo, como muchas otras cosas que el Señor me propone que le ofrezca, es una bendición que me hace crecer como persona”.
Sólo podemos mostrar el amor de nuestro amigo Jesús, a los que nos rodean, cuando entendemos el perdón y perdonamos como Él nos perdona. (Lee Mateo 6:14).
“Como todos los dones de Dios a la humanidad, el amor y el casamiento fueron pervertidos por el pecado; pero el Evangelio le devuelve su pureza y belleza”.
La relación entre una pareja pura es una copia de la relación de amor entre DIOS y sus criaturas y viceversa. El mismo principio que une a una pareja en su intimidad privada es lo que une a los seres que pertenecen a Dios: el amor.
Para Dios todos somos iguales. No hay clases. En la sociedad, estemos “arriba” o “abajo” debemos obedecer a Dios sirviendo a los demás de todo corazón.
El libro de Proverbios es rico en consejos prácticos para mejorar las relaciones interpersonales. También para la vida familiar.
Servimos a los demás al mostrar bondad y compasión. Isaías nos dice que la muralla se rompe cuando hablamos mal de otras personas.
Los hijos de Dios nunca estamos realmente solos. El Señor siempre está con nosotros impartiendonos compañía, bendiciones, consuelo, fuerzas…
Consumado es. Jesús es finalmente condenado a muerte y a sufrir el tormento de la crucifixión. Entre dos ladrones, el Hijo de Dios agoniza. Pero aunque se ciernen negros nubarrones…