«El hecho de que Cristo venció debería inspirar valor a sus discípulos para sostener denodadamente la lucha contra el pecado y Satanás”.
ESPIRITUAL
Cristo ya ha vencido al mal en la cruz, vindicando el verdadero carácter de amor y justicia de Dios. Cuando Cristo vuelva acabará con el sufrimiento y el mal definitivamente.
La intercesión de Cristo por el hombre, en el santuario celestial, es tan esencial para el plan de la salvación como lo fue su muerte en la cruz.
Para que exista una verdadera conversión, una transformación del carácter a imagen del de Cristo, debe haber arrepentimiento, obediencia y santificación.
Ningún período profético se extiende hasta el segundo advenimiento. El tiempo exacto de este acontecimiento no está predicho. No podemos poner fecha.
Necesitamos creer en el pacto de salvación que Jesús firmó con Su sangre. No podemos hacer nada para salvarnos. Es Él quien lo hace, si le aceptamos.
La verdadera sabiduría es mucho más que inteligencia. Es el conocimiento de Dios, el Creador de todo cuanto existe. A Su lado, la perspectiva de la vida cambia totalmente.
Solo hay dos grupos: los que deciden tomarse en serio a Dios, obedecen Sus mandamientos y tienen la fe de Jesús, y los escogen las tradiciones humanas. Cada elección tendrá su consecuencia eterna.
Aunque todos somos llamados a la salvación, Dios nos llama de forma especial para realizar una tarea específica dentro de Su plan.
Tu futuro depende de la decisión que tomes hoy. Dios quiere perdonarte. Él puede transformarte, si tu le dejas. Y lo hará porque te ama.
En 1844 Jesús pasó al lugar santísimo del santuario celestial. Allí comenzó la purificación del santuario (investigación y juicio). Cuando termine, vendrá por 2º vez.
«No se había producido el acontecimiento esperado, pero esto pudo conmover su fe en la Palabra de Dios. Buscaron consuelo en las profecías, y lo encontraron».
Es triste que los hombres se empeñen en conservar las formas religiosas sin que éstas tengan piedad vital. Necesitamos vivir con JC para que nos transforme.
A pesar del gran chasco, Dios no los abandonó. Permitió que esto ocurriera para provocar un reavivamiento, necesario, en la esperanza de la Segunda Venida.
Sus errores los llevaron a sendos desengaños, sin embargo, Dios cumplió su propósito misericordioso permitiendo que el juicio fuese proclamado.
Salomón fue un hombre que pidió sabiduría, y Dios se la concedió. Nos dejó hermosos proverbios con grandes enseñanzas para la vida.
Aunque Miller creyó equivocadamente que la purificación del santuario era la tierra, y puso fecha a la 2º Venida, la esperanza fue necesariamente reavivada.
Ya sea que nos toque actuar como dirigentes en algún proyecto, o en nuestra relación habitual con los demás, debemos incluir a Dios en nuestros planes
La Palabra de Dios nos exhorta a despertar. La mayoría de las profecías y señales ya se han cumplido. Vivamos y proclamemos el Evangelio. Cristo viene.
La persecución llevó a los puritanos a América. Sin embargo, estos reformadores llevaron consigo la intolerancia religiosa hasta que apareció W. Rogers.
El papado y la Revolución Francesa quisieron acabar con la Biblia y con sus seguidores, pero la Palabra de Dios “permanece para siempre”.
Tyndale tradujo la Biblia al inglés en en una Inglaterra que sería reformada, pero que perdería de vista la enseñanza de la justificación por la fe.
En los países del norte el evangelio halló pacífica entrada. Los reformadores no eran ruidosos, sectarios o indoctos. Conocían bien la palabra de Dios.
Quienes murieron por la Inquisición en España, dan fe de las dificultades de nuestros antepasados para vivir una fe que nosotros disfrutamos libremente.