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Lección 3 para el 18 de julio de 2020

¿Cómo veía Jesús a las personas? Los miraba con ojos compasivos. Veía en cada persona alguien a quien salvar. Los veía tal como serían si aceptaban su salvación.

Para Jesús cada persona era valiosa y distinta. Por ello, no trataba a todos por igual ni menospreciaba a nadie.

Aprendamos a tratar a los demás como Jesús los trató.

  • Conduciendo a otros.

    • Marcos 8:22-26 registra un milagro especial en varios sentidos.
      • El ciego no creía en Jesús, pero sus amigos sí.
        • Muchas personas nunca vendrán a Jesús a menos que alguien que tenga fe los traiga. Ésa es nuestra tarea.
      • Jesús usó dos toques para sanarlo.
        • A veces, necesitamos un “segundo toque” de Jesús para ver con claridad las verdades espirituales.
  • Aceptando a todos.

    • Los ojos de Jesús veían más allá de la raza, la cultura, el sexo o la religión de una persona. Sabía que en Samaría había personas necesitadas de la salvación y era su deber ir a buscarlas.
    • Al mirar a través de los ojos de la compasión divina, se derriba toda barrera que nos separa de las personas. Vemos en ellas candidatos al reino de los Cielos.
    • Esto no significa que compartamos o aceptemos sus ideas políticas o religiosas. Significa que las amamos y deseamos lo mejor para ellas.
  • Haciendo amigos.

    • Al despedirse de los discípulos, Jesús les encargó que predicasen el evangelio en círculos cada vez más amplios: “en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).
    • Un caso de esta táctica la tenemos en el apóstol Andrés. Él comenzó por presentar a Jesús a su hermano [Judea].
    • En otra ocasión, hizo amistad con un muchacho [Samaria] y –por este medio– Jesús hizo un gran milagro (Juan 6:5-11).
    • Adquirió facilidad para tratar incluso con los desconocidos [hasta lo último de la tierra], como el caso de los griegos que buscaban a Jesús (Juan 12:20-26).
    • Su ejemplo nos enseña una manera efectiva de atraer almas a Jesús: construir relaciones afectuosas con las personas.
  • Dando un trato especial.

    • ¿Cómo trataba Jesús a las personas difíciles?
      • Las escuchaba atentamente.
      • Les formulaba preguntas.
      • Les revelaba gradualmente la verdad.
      • Reconocía el anhelo de sus corazones.
      • Veía potencial en las personas más viles.
      • No consideraba a nadie fuera del alcance del evangelio.
      • Veía en ellos un reflejo de la gloria de la Creación original.
      • Elevaba sus pensamientos para que descubriesen lo que podían llegar a ser.
    • Ver con los ojos de Jesús es ver a cada persona como un candidato al Reino de los Cielos, y tratarlos de acuerdo con esa perspectiva. Para poderlo hacer, debemos pedir al Espíritu Santo que nos dote de este tipo de visión.
  • Aprovechando las oportunidades.

    • Como en el caso de Felipe y el eunuco etíope, Dios abre puertas para la proclamación del evangelio bridándonos oportunidades providenciales para la testificación.

Para meditar:

“Jesús se relacionaba personalmente con los seres humanos. Él no se alejaba ni apartaba de los que necesitaban su ayuda. Entraba en las casas de los hombres, confortaba a los tristes, sanaba a los enfermos, instigaba al descuidado e iba haciendo bienes. Y si seguimos sus pasos, debemos hacer lo que él hizo. Debemos brindar a los hombres la misma ayuda que él les extendía”. Elena G. White (Dios nos cuida, 17 de febrero).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Res ponsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Photo by Quinten de Graaf on Unsplash

Revista Adventista de España