Pase lo que pase, recordemos quién es nuestro Dios. Todo está bajo su control. Nuestro Dios es “el Dios que ve” (Gn.16:13).
ESPIRITUAL
Jesús te pide dar testimonio de Dios buscando formas para servir a tu comunidad, junto a tu familia, en el lugar donde vives.
Pidamos a Dios que nos muestre nuestros dones y en qué áreas podemos usarlos. No importa tanto cuántos dones tenemos sino qué hacemos con los que tenemos.
Dios le dio a Job mucho más después de todo lo que había perdido. Dios promete darte la salvación y felicidad completa el Reino de los Cielos.
Confiando en la eficiencia del Espíritu Santo, hemos de testificar de la misericordia, la bondad y el amor de un Salvador crucificado y resucitado.
Entender claramente a Dios es más importante que desentrañar todos sus motivos. Él no da explicaciones, solo revela su bondad, su poder y su sabiduría.
Nuestro gran Sumo Sacerdote coloca su justicia de parte del sincero suplicante, y la oración de Cristo se une con la del ser humano que ruega.
Debemos vivir por fe, no por vista; confiar en Dios y permanecer fieles a él, aun cuando no podamos explicar las cosas que nos suceden.
Si seguimos los pasos de Jesús, hemos de hacer lo que él hizo. Debemos brindar a los hombres la misma ayuda que Él les extendía.
El gozo de la salvación nos lleva a aprovechar toda oportunidad para compartir el mensaje con aquellos que aún no lo conocen.
Todos los que han gustado “la buena palabra de Dios, y las virtudes del siglo venidero” (Heb.6:5) tienen trabajo en sus propios hogares y entre los vecinos.
Recuerda que no puedes ver el plan que Dios emplea para tu cuidado y protección. Lo que es seguro es que puedes confiar en Él.
Lucifer empezó dudando, y poco a poco fue creciendo la duda, la desconfianza, el descontento y el orgullo hasta que se convirtió en Satanás.
Los dioses de este mundo hacen un lugar bien grande incluso a Cristo, con tal de que ellos no pierdan su adoración.
Imagino la sonrisa del Señor cuando nos diga: “Ya os lo había dicho”. Y la sonrisa de los redimidos cuando digamos: “Menos mal que nos lo habías dicho”.
Los siervos de Cristo deben testificar por su Jefe con el poder del Espíritu Santo. El intenso deseo de salvar a otros debe caracterizarles.
El Espíritu Santo nos capacita para hablarles a otros sobre la bendita esperanza del pronto regreso de Jesús, y para vivir como Él hizo.
Nuestra agenda debe incluir un momento diario para el estudio y la oración para conectarnos con la Fuente de Vida, y reflejar a Jesús en nuestra vida.
Cuando te casas, empiezas una nueva vida con una persona especial. Así ocurre con Jesús. Cuando te comprometes con Él, te conviertes en una nueva persona
Progresaremos en el verdadero conocimiento espiritual tan sólo en la medida en que comprendamos nuestra propia pequeñez y nuestra entera dependencia de Dios
Es el propósito de Dios que cada uno de nosotros se sienta necesario para el bienestar de los otros y trate de promover su felicidad.
Es necesario que el Espíritu no lo apaguemos por nuestras palabras, nuestra desobediencia o por nuestra propia enemistad hacia el Espíritu de Dios.
Estamos viviendo en medio de las escenas finales de la historia de esta tierra. Las profecías se están cumpliendo rápidamente.
Recuerda que, cuando estás protegido por la armadura de Dios, el pecado no puede destruirte. Pide a Dios que te cubra con su armadura hoy.