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Lección 2 para el 9 de octubre de 2021: LA LECCIÓN DE HISTORIA DE MOISÉS.

La lección de historia de Moisés, dada en el primer discurso de Deuteronomio, nos recuerda la manera en la que Dios es fiel con Su pueblo. Moisés repasa la historia de Israel, y nos recuerda la manera en la que Dios se comportó durante los últimos cuarenta años que pasaron en el desierto.

¿Qué hizo Dios con el pueblo de Israel y con las naciones con las que tuvo contacto? Veámoslo en la lección de historia de Moisés:

  • Dios carga.

    • Poco después de escuchar de la boca de Dios mismo las palabras “No te harás imagen”, los israelitas construyeron un becerro de oro y lo adoraron.
    • Ante este pecado, Moisés se presentó ante Dios para interceder por ellos. Le pidió que “cargase” (que es la traducción correcta de “perdones” en Éx. 32:32) con los pecados del pueblo.
    • Y eso es precisamente lo que Dios hizo cuando, en la cruz, “cargó” sobre Jesús “el pecado de todos nosotros” (Is. 53:6).
  • Dios cumple.

    • Cuando los israelitas se negaron a entrar en Canaán, Dios los castigó a vagar por el desierto durante 40 años, un año por cada día que los espías habían inspeccionado la tierra (Nm. 14:34).
    • Exactamente 40 años después de ese momento, Dios había guiado a Israel de nuevo a las puertas de Canaán. Dios es poderoso para cumplir con toda exactitud lo que predice.
    • No es la única vez que Dios predice acontecimientos futuros y que éstos se cumplieron con toda exactitud.
    • Esto nos enseña, no solo la presciencia de Dios, sino Su control de la historia. Podemos confiar plenamente en Él.
  • Dios bendice.

    • Dios había estado bendiciendo a Israel durante sus 40 años de peregrinaje (Neh. 9:21). Moisés anhelaba que pudiesen seguir siendo bendecidos en Canaán, y que llegasen a ser mucho más numerosos.
    • Pero para poder administrar correctamente estas bendiciones necesitaban organización (Dt. 1:12-13). El pueblo de Dios en el desierto estuvo bien organizado. Esta organización se mantuvo en el tiempo para el pueblo de Israel. Hoy, Dios también quiere un pueblo (iglesia) organizado.
    • La organización implica un cuerpo unificado, con personas que cumplan varios roles según sus dones. De esta forma, las bendiciones de Dios pueden ser administradas de la mejor manera posible.
  • Dios perdona.

    • Cuando se negaron a entrar en Canaán, Dios decidió destruir a Israel (Nm. 14:11-12). Nuevamente, Moisés intercedió por el pueblo ante Dios (Nm. 14:13-17).
    • Las naciones vecinas conocían cómo Dios había sacado a Israel de Egipto. Si ahora los destruía, Dios iba a quedar en entredicho (Nm. 14:16).
    • Solo perdonándolos podían ellos llegar a ser una luz para las naciones. Dios debe ser glorificado en su pueblo. La gloria, la bondad, el amor y el poder de Dios deben revelarse en su iglesia, a través de lo que Él hace mediante su pueblo.
  • Dios castiga.

    • Guerra, muerte y destrucción. Esta es la otra cara de la conquista de la Tierra Prometida. Algo que ya había comenzado con los territorios de Sehón y Og (Dt. 2-3). ¿Por qué autorizó Dios esta masacre?
      • Antes de permitir la guerra, Dios ofrecía la paz (Dt. 2:26-29). Al negarse a aceptar la paz, estos pueblos sellaron su propio destino (Dt. 2:30).
      • Como nación, habían llegado a un punto sin retorno. Su maldad era ya un mal endémico (Gn. 15:16).
    • La historia posterior nos enseña que las naciones y los individuos que mostraron respeto hacia Dios y confiaron en Él fueron salvados de la destrucción (por ejemplo, Rahab y los gabaonitas).

Para meditar:

“La historia de los hijos de Israel fue escrita para nuestra admonición e instrucción, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Aquellos que estén firmes en la fe en estos últimos días, y finalmente sean admitidos en la Canaán celestial, deben escuchar las palabras de advertencia pronunciadas por Jesucristo a los israelitas. Estas lecciones fueron otorgadas a la iglesia en el desierto para que el pueblo de Dios las estudiara y les prestara atención a través de sus generaciones, para siempre. La experiencia del pueblo de Dios en aquel desolado paraje será la de su pueblo en estos tiempos. La verdad es una salvaguarda en todas las edades para los que se mantienen firmes en la fe que fue dada una vez a los santos”. Elena G. White (Alza tus ojos, 6 de agosto).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España