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Ejad y YHWH

Ejad y YHWH [1]. Interpretar la Biblia desde los intereses personales desdibuja la realidad y obstaculiza el avance hacia la Verdad. La razón por la que la Modernidad en el mundo religioso apuntó hacia la Hermenéutica Bíblica como método era la de acercarse al texto desde la objetividad, dejando a un lado el empleo indebido de las Santas Escrituras. Proponía que se llegara a las conclusiones sin partir de conclusiones (parece un chiste pero es algo muy serio y esencial en una buena interpretación). Procurando que el texto nos hablara por sí mismo.

Esta fue la clave de los descubrimientos doctrinales de los pioneros adventistas: permitir a la Biblia expresarse sin condicionantes. La “verdad presente” era una expresión que coloreaba este método de busca continua de la Verdad que contienen las Santas Escrituras.

¿Lícito o no?

Los intereses personales pueden ser lícitos o no. El anhelo de conocer mejor la voluntad divina para que nuestra vida discurra en paralelo con el querer divino es lícito. Aunque, en ocasiones, nos lleve a una interpretación formalista o generadora de normas (interpretación nomológica).

El deseo de justificar una práctica personal contraria a los mandamientos divinos con textos bíblicos no es lícita. Aún recuerdo a una persona que pretendía justificar su adulterio con las prácticas del rey David. Solo hay que dar un vistazo a los diez mandamientos para observar que sus interpretaciones eran una excusa para mantener su irregularidad.

La innovación de las doctrinas por experiencias personales muy marcadas puede comprenderse pero no es lícita. Imaginad a una persona que ha sufrido mucho por la perdida física o espiritual de seres queridos que no habían vivido o no viven de acuerdo con las propuestas de la Biblia. Es comprensible que desarrollen una interpretación universalista o de pluralismo salvífico (vamos, que todo el mundo se salva). Es comprensible pero no coherente porque se opone a multitud de mensajes del texto bíblico.

La incorporación de nuevas doctrinas por esnobismo o narcisismo atrae por su novedad pero no es lícita. Afirmar que Jesús era un extraterrestre, que Judas Iscariote era el mejor discípulo, o que María Magdalena era la amante de Cristo son propuestas llamativas pero desdibujan la realidad de los Evangelios.

YHWH=Uno. Movimientos mesiánicos y unitaristas

En esta última línea, fluyen algunos movimientos mesiánicos y unitaristas en nuestra iglesia. Los adventistas siempre hemos sido muy filojudíos (confundiendo el pensamiento hebreo bíblico con el pensamiento judío posterior al segundo templo), de ahí que atraiga todo lo vinculado con sus ritos y su terminología. Si, además, añadimos el desconocimiento común de la lengua hebrea, tenemos el cóctel perfecto para introducir ideas erróneas en nuestras comunidades. Solo con argumentar “el hebreo dice” o “la palabra en el original significa” se produce una afirmación incontestable por desconocimiento de esas lenguas. La mayoría aceptan la afirmación sin poder contrastar si es cierta o no. Y, en muchas ocasiones, no lo es.

A esta técnica se le denomina “proof word” (palabra prueba) y es tan peligrosa como las cadenas de textos bíblicos descontextualizados (proof text). Remito a muchas argumentaciones de los Testigos de Jehová para detectar estos usos interpretativos.

YHWH=Uno. Un ejemplo de actualidad: Deuteronomio 6,4

Si hay un texto que identifica las prácticas litúrgicas del judaísmo es Dt 6,4. Se le denomina la Šemá[2] (שְׁמַע) porque comienza con ese término (que significa “escucha” en español).[3] La Šemá se recita en el judaísmo como rezo en varias ocasiones durante el día. No solo es una declaración litúrgica sino que contiene un profundo significado teológico vinculado con el monoteísmo.

En las redes sociales se suele esgrimir este texto para contradecir las propuestas trinitarias. En síntesis, se argumenta que el término ejad (אֶחָד), que se traduce por “uno”, en el versículo (“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.” – RVR) únicamente puede hacer referencia a un solo ser. ¿Es cierta esta argumentación o, simplemente, se está recurriendo al “proof word” para afirmar una propuesta teológica? El resto de este artículo intentará contestar esa pregunta.

Te indico el itinerario a seguir para que puedas comprender la metodología (inductiva) que se emplea.

Itinerario

Primero, analizaremos el término clave del debate. Comenzaremos con la forma de las palabras y continuaremos hasta comprender su relación léxica con la perícopa (es la unidad textual en la que está inserto nuestro versículo). Vamos que intentaremos ver las diferentes opciones de traducción e interpretación que nos oferta el texto en su contexto.

Segundo, veremos cómo se menciona o comenta este texto en el resto de la Biblia. Esta etapa nos ayudará a perfilar las comprensiones de otros autores bíblicos sobre los conceptos aquí expresados.

Como conclusión y tras reflexionar sobre lo expuesto, intentaremos responder a la pregunta inicial. Y, como el asunto no es menor, propondremos vías de comprensión bíblica desde la búsqueda de la Verdad sin interferencias personales.

YHWH=Uno. El dominio de las palabras

Ya sea por una herencia subconsciente del pensamiento aristotélico[4] o por la forma de enseñar los idiomas en la actualidad, tendemos a pensar que una palabra en un idioma corresponde a otra en otro idioma. Debido a este proceso, estudiosos de la Biblia suelen decir que tal o cual palabra en el original debe traducirse por tal o cual palabra en nuestra lengua. Y sobre ese único término establecen una teoría o una doctrina. Hoy día sabemos que el “lenguaje casillero” (así se llama al método en que una palabra coincide solo con otra en otra lengua) es un proceso incorrecto.

Os voy a poner un ejemplo, la palabra “cap” en catalán. Cuando un alumno de habla española estudia dicho idioma aprenderá que “cap” es cabeza. Normalmente, puede ser así pero no siempre. Si alguien dice que es el “cap d’estació”, en ese caso “cap” es “jefe” (jefe de estación). O si alguien te llama “cap de suro”, no lo podemos traducir como “cabeza de corcho” sino como “tonto del capirote” (perdón por el ejemplo). ¿Por qué? Porque una misma palabra puede tener varios significados en otra lengua. Además, para complicar las cosas, las palabras varían su significado en el tiempo aunque sean en el mismo idioma.

Sozo

Un ejemplo de la Biblia. Si yo digo que la palabra sozo (σῴζω) significa “salvar” puedo acertar en la interpretación de muchos textos del Nuevo Testamento pero me encontraría con un problema cuando leo Hechos 4,9-10 (“Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado, sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.” – RVR). ¿Por qué? Porque la palabra sozo también significa “sano”.[5] Lo dicho, una misma palabra puede tener muchos significados en otra lengua.

Para hacer una buena interpretación de un texto debemos reconocer el “campo semántico” de una palabra (todos los significados que contiene esa palabra). Y ese es el ejercicio que vamos a realizar con la palabra ejad (אֶחָד) de Dt 6,4 que normalmente se traduce por “uno”.[6]

1. Significados relacionados con cantidades.

a.Yhwh=Uno

El uso más común de la palabra ejad (אֶחָד) es el de un numeral cardinal, un dígito. Es la cantidad menor que se puede expresar, y responde a nuestro número 1. Un ejemplo es Éx 25,19 (RVR): “Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos.”

Hasta aquí no habría ningún problema porque, evidentemente, Yhwh = 1. El problema surge cuando se le añade un sesgo al significado y se dice que ese 1 es “un solo individuo o ser”. Si la afirmación fuese cierta, Yhwh solo podría estar compuesto por un solo ser. Y es el argumento que emplean los unitaristas[7] para sostener su teoría de que Yhwh es solo una persona.[8]

Ejad vs. levad o Yajid

Pero ese sesgo no responde a la realidad porque encontramos que ejad (אֶחָד) también se emplea para entidades que contienen más de un solo ser, que implican una entidad compuesta por varias personas. Por ejemplo, Gn 2, 24 (RVR): “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” Esa entidad a la que hace referencia como ejad (אֶחָד) es la suma de dos personas: el hombre y la mujer. Algunos ejemplos de esta palabra, empleada como una entidad que es la suma de varias personas, son: Gn 11,6; Gn 32,9; Gn 34,16.22; 2S 7:23; 1Cr 17,21. Es muy curioso observar que el tabernáculo se concibe como un “kit” de muchos elementos (Éx 26,6-11, cf. Éx 36, 8-18).

Si el autor hubiese querido decir que Yhwh es un solo ser podría haber empleado dos recursos: a) el adverbio levad- (לבד) acompañado de un pronombre personal (como en 2S 18,25)[9] o, b) el adjetivo yajid (יָחִיד) que indica algo único (como en el Sal 25,16).[10] Pero no lo hace. Quizá no quería limitar el significado a solo este sentido.

Ejad puede indicar un individuo o una entidad compuesta por varios

Por lo tanto, ejad (אֶחָד) puede indicar un individuo/objeto o una entidad compuesta de varios individuos/objetos. Con esta constatación podemos afirmar que el argumento (prooword) del unitarismo es cuestionable.

Cuando observamos la estructura del versículo:

“Escucha, Israel:

Yhwh   es        nuestro Dios (Eloheinu)

Yhwh   es        uno (ejad)”

Notamos que hay un paralelismo y que en “nuestro Dios” se refleja una pluralidad (recuerda que Elohim es plural). Por tanto, una opción de interpretación sería la de considerar a ejad (אֶחָד) como una entidad que incluya cierta pluralidad.

b.Yhwh = Primero

Se emplea como dígito cuando hace referencia al primero de una serie contable.[11] Un ejemplo lo encontramos en Éx 39,10 (RVR): “Y engastaron en él cuatro hileras de piedras. La primera hilera era un sardio, un topacio y un carbunclo; esta era la primera hilera.”

Si este fuera el sentido nos encontraríamos ante el concepto de que hay un dios que comparte panteón con muchos otros pero que es superior a ellos. En ese caso se estaría hablando del concepto de henoteísmo.[12]

Al observar la estructura de Dt 6,4 nos damos cuenta que no se le puede aplicar este significado porque no tendría coherencia literaria (no nos hallamos ante ningún listado), ni teológica (el contexto deja claro que se prohíbe todo tipo de idolatría).

c.Distributivo

También se emplea ejad (אֶחָד) de forma distributiva cuando se desea hacer referencia a varios elementos en una oración. Es como cuando decimos “cada uno” o “uno… y el otro…”. Tenemos ejemplos de este uso en textos como Éx 16,22 (RVR): “En el sexto día recogieron doble porción de comida, dos gomeres para cada uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés.”

Evidentemente, esta interpretación no responde al contexto sintáctico de Dt 6,4 y, teologicamente, implicaría que Yhwh es uno más entre muchos. Hablaríamos de politeísmo, interpretación incoherente con la estructura de la perícopa.

2.Significados relacionados con la calidad.

El término ejad (אֶחָד) supera el sentido numérico y expresa mucho más que cantidades. Connota varios significados que hacen a los atributos del elemento con el que se identifica. Aunque nos movemos en un entorno más subjetivo, los matices colorean el texto de implicaciones teológicas.

a.Yhwh = Alguien

En alguna ocasión tiene el sentido de “alguien”. Normalmente se produce en textos narrativos y cuando no se quiere destacar la identidad de quien se hace referencia. Un ejemplo lo podemos encontrar en 2R 4,39 (RVR): “Y salió uno al campo a recoger hierbas, y halló una como parra montés, y de ella llenó su falda de calabazas silvestres; y volvió, y las cortó en la olla del potaje, pues no sabía lo que era.”[13]

Este sentido es bastante improbable porque, precisamente, nos encontramos con una estructura sintáctica que pretende calificar a Yhwh, nombre propio bien determinado. Podría marcar cualquier tipo de característica divina desde el desconocimiento de la naturaleza de Yhwh.

b.Yhwh = Pequeño

Aunque es menos frecuente que otros sentidos, en ocasiones tiene el significado de “poco” o “pequeño”. Un ejemplo a considerar es Gn 29,20 (RVR): “Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba. ”

Como en el caso anterior, aplicar este significado es poco coherente con el mensaje del resto de la perícopa. Si fuera así, se estaría hablando de un dios menor dentro del politeísmo.

c.Yhwh = Uno (nombre propio)

Entendiendo que el empleo es muy raro en el AT y que puede ser cuestionado, el término ejad (אֶחָד) parece tener en Zac 14,9 el significado de “Uno” como nombre propio (RVR): “Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.” Indudablemente, este versículo es una alusión a Dt 6,4. A la luz de la historia de la Redención, es una profecía que presenta la restauración de esta tierra en adoración única y exclusiva de Yhwh. Sea nombre propio o no, apunta a la estabilidad de un solo Dios en el universo. En este sentido señalaría el deseo de un monoteísmo universal.

d.Yhwh = Solo

Uno de los sentidos más debatidos en la últimas décadas tiene que ver con la posibilidad de que ejad (אֶחָד) signifique “solo”. Así el texto se podría traducir: “Yhwh es nuestro Dios, solo Yhwh” o “Yhwh es nuestro Dios, Yhwh solo”. [14] ¿Por qué se podrían emplear estas expresiones? La primera es fácil de explicar porque se opone abiertamente a la adoración de ningún otro dios o a la concepción de Yhwh con páredra.[15] En este sentido sería similar a Yhwh = único. Pero “Yhwh solo” nos permite comprender una realidad de los panteones del Próximo Oriente: los dioses locales o divinidades tutelares.

La tendencia a asignar un “baal” a una ciudad o un fenómeno natural era común en las religiosidades de la época. Ejemplos son Baal-Jasor, Baal-Peor, Baal-Sidón o Baal Harán.[16]  Como indica Block: “… this is a polemical mono-Yahwistic declaration combating the potential poly-Yahwism reflected in names such as “YHWH of Sinai” (Deut 33:2; cf. Judg 5:5; Ps 68:9), “YHWH of Mount Paran” (Deut 33:2; Hab 3:3), “YHWH of Edom” (Judg 5:5), and “YHWH of Teman” (Hab 3:3).”[17]

O sea, que la declaración afirma que no existe posibilidad de divinidades tutelares porque hay solamente un Yhwh sin asociación con lugares específicos. Teológicamente, se opone a los sincretismos[18] propios de Canaán.

e.Yhwh = Unidad

La raíz de la que deriva ejad (אֶחָד) es ajad (אחד) que significa “unir”, “ser uno”, “unificar”, “reunir” y, en este sentido, el término está relacionado con la unidad.[19] Así lo encontramos cuando leemos que el ser humano es uno en conocimiento del bien y del mal (Gn 3,22); que en la torre de Babel el pueblo estaba unido por una sola lengua (Gn 11,6); o que el conjunto del ganado de Israel no muere en la plaga (Éx 9,7). Quizá uno de los textos que más aclaran este significado sea el uso extraño de ejad (אֶחָד) en Gn 1,5 (RVR): “Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día”. Donde encontramos la formulación:

  1. Luz = Día
  2. Oscuridad = Noche
  3. Tarde (noche) + Mañana (día) = Día 1

El concepto “día” es la unidad entre la tarde y la mañana, ambos elementos completan la unidad. Así también se puede comprender el significado del ser humano en Gn 1, 27 que resulta de la suma del hombre y de la mujer (Cf. Gn 2,24).

En Dt 6,4, si recordamos la formulación:

  1. Yhwh = nuestro Dios (Eloheinu = plural)
  2. Yhwh = uno (ejad)
  3. Entonces, nuestro Dios (Eloheinu = plural) = uno (ejad)

Posible binitarismo o trinitarismo

Desde esta perspectiva, el argumento unitarista pierde peso y se presenta la posibilidad de binitarismo o trinitarismo.  Así es más comprensible la aserción de Jesús: “Yo y el Padre uno somos” (Jn 10:30 RVR);[20] o las afirmaciones en su oración mediadora en Jn 17,11. 21-22 (RVR): “Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros… para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.”

Desde esta percepción, es exquisito el análisis de Barclay:

Cuando Jesús dijo: «Yo y el Padre somos una sola cosa», no se estaba moviendo en el mundo de la filosofía y de las abstracciones, sino en el de las relaciones personales. Nadie puede entender de veras lo que quiere decir una frase como «una unidad de esencia»; pero cualquiera puede entender lo que es la unidad de corazón. La unidad de Jesús con Dios venía del perfecto amor y la perfecta obediencia. Jesús era una sola cosa con Dios porque Le amaba y obedecía perfectamente; y vino a este mundo para hacernos lo que Él es.[21]

La perícopa en la que está inserto Dt 6,4 nos recuerda que la relación con la Deidad es el amor.

f.Yhwh = Único

Uno de los sentidos con mayor carga connotativa es el de ejad (אֶחָד) indicando que nada es comparable a Yhwh. Es totalmente otro, soberano del universo, el Dios que cumple sus promesas, que acompaña desde el pasado y sustenta en el presente. Así es único y alejado de cualquier abstracción o proyección humana.[22]

Primero, Dios es único por su naturaleza.[23] Dios es Dios, no es como los hombres[24] y no hay dioses con él (Dt 32,39). En ese sentido se encuentra por encima de cualquier invento de deidades de los seres humanos (Dt 10,17) y no hay otro dios aparte de Él (Dt 4,35.39). Dada esta condición, exige respeto (Dt 6,13).

Segundo, al ser el único Dios se dan ciertas condiciones vinculadas con su relación con el ser humano:

  • Exclusividad. Dios no se comparte con otros dioses. Existe una prohibición tajante contra el politeísmo y el henoteísmo. Este concepto se repite en multitud de textos del Deuteronomio.[25]
  • Posesión. Por un lado, Dios es un Dios celoso (Dt 3,21; 4,24). No en el sentido de “celos” sino de “celo” porque es leal y no acepta deslealtad.[26] Por el otro lado, Dios desea formar parte de la vida de su pueblo y lo podemos observar en el uso de posesivos asociados a la palabra Dios: “Dios de vuestros padres”, “vuestro Dios”, “nuestro Dios” o “tu Dios”.[27]
  • Pacto / fidelidad. Esta relación de exclusividad y codependencia se manifiesta por el pacto de Dios con su pueblo y el anhelo de fidelidad de este último (Dt 1,10-11; 2,7; 3,4; 4,31.34; 5,3; 7,6; 14,2). Yhwh convierte a los hijos de Israel en un pueblo especial (7,6; 14,2)[28] y propone una relación especial entre ellos: el amor.[29]

Dios cercano

¿Qué es lo que hace que Dios sea único frente a las deidades cananea?

xualidad propuesta por las religiones cananeas. Esa imagen del Dios que prefiere el amor se encuentra de forma repetida en Deuteronomio (4,37; 6,5; 7,8-9,12; 10,15 y 23,5). Dt 6,5 espera que la respuesta del pueblo al amor divino sea el amor de verdad: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.”[30]

Un análisis de las diferentes opciones de este significado nos lleva a pensar que es clave para comprender toda la perícopa y que es tan importante el concepto de la naturaleza divina como su dimensión relacional. Evidentemente, nos hallamos ante un significado que defiende un monoteísmo exclusivo y que responde a un compromiso divino-humano.

Podríamos, por tanto, sintetizar el campo semántico del vocablo ejad (אֶחָד) con el siguiente cuadro:

Ejad

Tipo Significado Politeísmo Henoteísmo Monoteísmo Coherencia con la perícopa
Unitarismo Binitarismo Trinitarismo  
Cantidad  
Yhwh = 1 Un solo ser + +
Una entidad + + + +
Yhwh = Primero El primero de otros +
Distributivo Uno de muchos +
Calidad  
Yhwh = Alguien Ser indeterminado + + + + +
Yhwh = Pequeño Dios menor +
Yhwh = Uno (nombre propio) Uno + + + +
Yhwh = Solo Exclusivo

Sin páredra

Universal

+ + + +
Yhwh = Unidad Una entidad que se completa + + +
Yhwh = Único Dios es Dios, solo Él.

Dios se relaciona en exclusividad y compromiso.

+ + + +

Un análisis de la perícopa en la que se encuentra el versículo impone el descarte del vocablo ejad (אֶחָד) como “primero de otros”,”uno de muchos”, “ser indeterminado” o “un dios menor”. Por lo tanto, quedan fuera propuestas como el politeísmo o el henoteísmo. Sí que tienen coherencia con la perícopa los significados de “un solo ser”, “una entidad”, “Uno”, “un Dios exclusivo sin páredra”, “una entidad que se completa” y “un Dios único”. Estarían en consonancia con propuestas monoteístas. El empleo de Elohim (Dios en forma plural) inclinaría el sentido hacia interpretaciones binitaristas o trinitaristas.

Autor: Víctor Armenteros, decano de la Facultad Adventista de Teología en España.
Imagen: Photo by Photos by Lanty on Unsplash 

 

(Ir a segunda parte: YHWH y la relación de los conceptos)

 

NOTAS: 

[1] Para respetar las diferentes sensibilidades ante el nombre propio de Dios, en este texto se reflejarán simplemente las letras del tetragramaton (Yhwh).
[2] La transliteración que se empleará en este artículo, por su carácter divulgativo, será la transliteración natural. El sonido š no existe de forma escrita en español pero sonaría algo así como la “sh” del inglés (por ejemplo, “show”).
[3] Esta expresión también se emplea en Dt 4,1; 5,1; 9,1 y 20,3. Cf. Nm 15,37-41.
[4] Véase Elvira Gangutia Elícegui, “Teorías semánticas en la Antigüedad” en Introducción a la lexicografía griega, Manuales y Anejos de Emérita,  XXXIII (Madrid: CSIC, 1977), 3-60.
[5] Con estos dos sentidos en la mente podemos disfrutar del juego de palabras que se produce en la conversación de Jesús con la hemorroísa (Mt 9, 21-22).
[6] Alguna aclaración morfosintáctica con relación a Dt 6,4. El versículo se puede dividir en tres partes. La primera es un mandato y a quién se dirige dicho mandato: “Escucha (mandato – es un imperativo) Israel (a quién se dirige el mandato – es un vocativo).” Las dos frases siguientes son oraciones nominales. Eso quiere decir que son oraciones sin verbo. Esto es algo usual en el hebreo bíblico y se emplean en lo que nosotros llamamos oraciones copulativas o cuando hay una igualdad. En este caso: “Yhwh es nuestro Dios, Yhwh es uno.” Sería algo así como decir: “Yhwh = nuestro Dios, Yhwh = uno”. “Nuestro Dios” es solo una palabra en el original: “Eloheinu”. “Eloheinu” es la mezcla del nombre propio “Elohim” más el sufijo “nu” (que se emplea para la primera persona del plural, o sea “nosotros”). “Elohim” como termina en “im” es una palabra en plural (“im” es empleado normalmente para plural masculino y “ot” para plural femenino). Se puede traducir por “dioses” o “Dios”. Si se traduce por “Dios” tiene importantes implicaciones teológicas ya sea que se entienda como un plural mayestático o un plural de relación. Para una excelente explicación del concepto de pluralidad de Dios en el AT, véase: Norman R. Gulley, Systematic Theology: God as Trinity (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2011), 24.
[7] El unitarismo es una teoría que plantea un monoteísmo en el que hay solo un ser como Dios. Subgrupos de esta teoría son el monarquianismo (Dios es un solo rey) o el modalismo (Dios es un solo ser que se manifiesta de diferentes formas).
[8] En este caso, ni Jesús ni el Espíritu Santo serían Dios.
[9] Véase Matthew C. Simpson, “A Case for the Traditional Translation of the Shema, Hear, O Israel: the Lord Our God, the Lord is One” (tesis doctoral, The Southern Baptist Theological Seminary, 2010), 121-125.
[10] Indica Gulley en Systematic Theology: God as Trinity, 24: “The Hebrew word for ‘one’ (yāḥîd), meaning solitary, or without others, is not used in the Shema. So it seems that the Shema not only speaks of the uniqueness of God as the only God, but also ‘refers to the oneness that results from a unity of numerous persons’.”
[11] Tomado de la descripción del término en Rick Brannan, ed., Lexham Research Lexicon of the Hebrew Bible, Lexham Research Lexicons (Bellingham, WA: Lexham Press, 2020). Comparar con: David J. A. Clines, ed., The Dictionary of Classical Hebrew (Sheffield, England: Sheffield Academic Press; Sheffield Phoenix Press, 1993–2011), 179–183; Ernst Jenni y Claus Westermann, Theological lexicon of the Old Testament (Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 1997), 78–80; Francis Brown, Samuel Rolles Driver, y Charles Augustus Briggs, Enhanced Brown-Driver-Briggs Hebrew and English Lexicon (Oxford: Clarendon Press, 1977), 25–26; James Swanson, Dictionary of Biblical Languages with Semantic Domains : Hebrew (Old Testament) (Oak Harbor: Logos Research Systems, Inc., 1997); Ludwig Koehler et al., The Hebrew and Aramaic lexicon of the Old Testament (Leiden: E.J. Brill, 1994–2000), 29–30; Moisés Chávez, Diccionario de hebreo bı́blico (El Paso, Tx: Editorial Mundo Hispano, 1992), 31–32; The Lexham Analytical Lexicon of the Hebrew Bible (Bellingham, WA: Lexham Press, 2017); Wilhelm Gesenius y Samuel Prideaux Tregelles, Gesenius’ Hebrew and Chaldee lexicon to the Old Testament Scriptures (Bellingham, WA: Logos Bible Software, 2003), 28–29.
[12] El henoteísmo era una práctica bastante usual en las religiones de Canaán. Había un dios principal (en muchas ocasiones patrono de la ciudad) y multitud de diosecillos en su entorno. Esta práctica parece haberse introducido en el pueblo hebreo por contacto con esas religiones. Un ejemplo de ese pensamiento lo encontramos en Éx 18,11 cuando Jetro indica que Yhwh es superior (más grande) que otros dioses.
[13] Otros ejemplos se pueden encontrar en  Gn 26,10; 27,44; Nm 36, 3.8; Dt 13,12; Jc 21,8; 1R 22,13; 1Cr 17,6.
[14] Daniel I. Block, How I Love Your Torah, O Lord!: Studies in the Book of Deuteronomy (Eugene, OR: Cascade Books, 2011), 80–82.
[15] La mayoría de las divinidades cananeas, sobre todo las de las ciudades fenicias del litoral, se establecen en páredras o par masculino-femenino. Cf. Gregorio del Olmo Lete, “De los 1000 y más dioses al Dios único. Cuantificación de los panteones orientales: De Egipto a Cartago” en Estudios Orientales, 5-6 (2001-2002), 28.
[16] C. Jouco Bleeker y Geo Widengreen, Historia Religionum. I. Religiones del pasado (Madrid: Cristiandad, 1969), 202.
[17] “… esta es una polémica declaración monoyavista que combate el potencial poliyavismo reflejado en nombres como“ YHWH del Sinaí ”(Dt 33, 2; cf. Jc 5, 5; Sl 68, 9),“ YHWH del Monte de Parán” (Dt 33,2; Hab 3,3), “Yhwh de Edom” (Jc 5,5) y “Yhwh de Temán” (Hab 3:3)” en Daniel I. Block, How I Love Your Torah, O Lord…, 79. El autor añade en nota a pie: “One might also imagine “Yahweh Sebaoth of Jerusalem,” “Yahweh of Bethel,” “Yahweh of Hebron,” “Yahweh of Samaria,” etc. This declaration then accords with the repeated references to Yahweh choosing a single place for his name to dwell (Deut 12).”
[18] Como podemos observar en la Biblia, la mayoría del pueblo hebreo incorporó estas prácticas  en sus religiosidades. De ahí que se establezca el debate entre los investigadores de la vinculación de Yhwh con las características de los baales. Con relación a estas hipótesis, véase James S. Anderson, Monotheism and Yahweh’s Appropriation of Baal (London: Bloomsbury Academy, 2015); Bob Becking et al. Only One God? Monotheism in Ancient Israel and the Veneration of the Goddess Asherah (London: Sheffield Academy Press, 2001); John Day, Yahweh and the Gods and Goddess of Canaan (New York: Sheffield Academic Press, 2002); Mark S. Smith, The Early History of God: Yahweh and the Other Deities in Ancient Israel, 2º ed. (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 2002).
[19] Aunque ajad (אחד) no aparece como verbo muchas veces en la Biblia, sí que podemos encontrar una raíz de su familia léxica: yajad (יחד). Yajad (יחד) expresa la acción de unir varios elementos físicos o emocionales. En este sentido lo encontramos en 2S 10,15; Sal 2,2; 41,7; 133,1 o 1Cr 12,17. Son muy significativas las referencias en español a la expresión “ a una”: Job 19,12; Sal 40,14; 88,17; 141,10; Is 27,4 y 44,11. Como indican Jenni y Westermann: “In addition to ʾḥd, the related root wḥd (NWSem. yḥd) occurs in all subfamilies of the Sem. languages: Akk. wēdum ‘sole, alone’ (see 1a); Ug. yḥd ‘lonely’ (WUS no. 1153; UT no. 1087); Old Aram. yḥd ha. ‘to unify’ (DISO 106); for other (post-OT) forms see KBL 376b. The Hebr. verb occurs rarely: yḥd qal ‘to unite’ Gen 48:6 (contra M. Dahood, Bib 40 [1959]: 169); Isa 14:20; uncertain pi. in Psa 86:11. More common are the subst. yaḥad ‘unification’ (common in the Qumran texts; Deut 33:5; 1 Chron 12:18; cf. S. Talmon, VT 3 [1953]: 133–40), the advs. yaḥad (44x, incl. Jer 48:7 K) and yaḥdāyw (94x, excl. Jer 48:7 Q; -āyw may be an old, adapted locative ending; cf. GVG 1:460, 465; BL 529f.; J. C. de Moor, VT 7 [1957]: 350–55; cf. also yahúudunni ‘together with me’ as a Can. loanword in an Amarna letter, CAD I/J:321), both in the meaning ‘together’ (for further modal, local, and temporal nuances, see de Moor, op. cit. 354f.; not, however, ‘alone,’ as J. Mauchline, TGUOS 13 [1951]: 51–53, and M. D. Goldman, ABR 1 [1951]: 61–63, assume for some texts), and yāḥîd ‘sole, alone, lonely’ (12x; often of the ‘only son’; in Psa 22:21 and 35:17, ‘my only = my life’).” Ernst Jenni y Claus Westermann, Theological lexicon of the Old Testament (Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 1997), 78–79.
[20] Como indica Stern: “I and the Father are one, the same One as in the Sh˒ma: ‘Adonai, our God, Adonai is One’ (Deuteronomy 6:4). Yeshua’s self-assertion of his own divinity is occasioned by his regard for his followers: ‘no one will snatch them from’ Yeshua’s (v. 28) or the Father’s (v. 29) hands. ‘Ani veha˒av, echad anachnu’ (‘I and the Father are one’); therefore we who are in Yeshua’s care have complete assurance that nothing ‘will be able to separate us from the love of God which comes to us through the Messiah Yeshua, our Lord’ (Ro 8:31–39). David H. Stern, Jewish New Testament Commentary : a companion volume to the Jewish New Testament, electronic ed. (Clarksville: Jewish New Testament Publications, 1996), Jn 10:30.
[21] William Barclay, Comentario al Nuevo Testamento (Viladecavalls, España: Editorial CLIE, 2006), 444.
[22] Ante la tendencia del pueblo hebreo a emular los pueblos paganos creando dioses a su imagen y semejanza (Éx 32,23; Dt 28,36), Yhwh se muestra, usando la expresión de Karl Barth, como “totalmente otro” (der ganz Andere).
[23] Como afirmará Antonio Rodríguez Carmona: “Uno, ehad, es un adjetivo lleno de sentido, cuyas diversas facetas exponen los rabinos en sus enseñanzas: – Dios es el único. El hebreo ehad puede significar uno o único. Aquí hay que entenderlo en el segundo sentido como aparece en el targum Gén 26: 10 que traduce ehad con único. Por ello en la literatura rabínica Dios es llamado a veces Yehido šel olam o Yahid be-olamo, único en el mundo: ‘porque Dios es único en todo el universo, conoce el carácter y el pensamiento de toda creatura…’ Dios es único y no hay nadie semejante a él”. Antonio Rodríguez Carmona, La religión judía. Historia y Teología (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2001), 328.
[24] Es normal, en la literatura rabínica temprana, que se indique que Yhwh no es como “carne y sangre”, o sea, como los seres humanos. Véase, Víctor M. Armenteros, La esencia de la Torah: El pensamiento del midrás Tanjuma Buber al Génesis (Libertador San Martín: Universidad Adventista del Plata, 2016), 64-66.
[25] Dt 5,7; 6,14; 7,4.16.25; 8,19; 11,16.28; 12,2;-3.30-31; 13,2.6-7.13; 17,3; 18,20; 28,14; 29,18.26; 30,17 y 31,18.20.
[26] El término “celoso” es qanna (קַנָּא) que no implica “envidia” sino “no transferir a otro su gloria y honor” (Isaías 42,8; 48,11). Véase, Carl Friedrich Keil y Franz Delitzsch, Commentary on the Old Testament, vol. 1 (Peabody, MA: Hendrickson, 1996), 396–397.
[27] Un primer análisis de estas expresiones hasta el capítulo 6 de Deuteronomio parece indicar que “Dios de vuestros padres” se emplea para recordar el histórico o los orígenes (Dt 1,11.21; 4,1; 6,3); “vuestro Dios” la experiencia colectiva del pasado vinculada con la historia (1,10.26.30.32; 3,20.21.22; 4,4.23.25.34; 5,32.33 y 6,2.16.17); “nuestro Dios” la experiencia pasada y presente vinculada con los mandatos (1,6.19-20.25.41; 2,29.33.36-37; 3,3; 4,7; 5,2.24-25.27; 6,20.24-25); y “tu Dios” el presente y futuro vinculado con las promesas (1,21.31; 2,7.30; 4,19.21.23.29-31.40; 5,9.11-12.14.16;  6,3.5.10.13.15 / una excepción serían 4,3.10; 5,6.15).
[28] En este sentido se expresa el Talmud babiloniense (b. Ber 6a:22 [1:1, III.23.A_G]) cuando indica:
  1. Dijo R. Nahman bar Isaac a R. Hiyya bar Abin, “En cuanto a las filacterias del Señor del mundo, ¿qué hay escrito en ellas?”
  2. Le dijo: “¿Y quién es como tu pueblo Israel, una nación singular en la tierra?” (1Cr 17,21) “.
  3. “¿Y es el Santo, bendito sea, alabado en las alabanzas que llegan a Israel?
  4. “Sí, porque está escrito:” Tú has declarado al Señor hoy … y el Señor te ha declarado hoy “(Dt 26,17-18).
  5. “Dijo el Santo, bendito sea, a Israel:“ Tú me has hecho una entidad singular en el mundo, y yo haré de ti una entidad singular en el mundo.”
  6. ” Me has hecho una entidad singular en el mundo “, como se dice:” Oye, Israel, el Señor, nuestro Dios, el Señor uno es “(Dt 6,4).
  7. “’Y te haré una entidad singular en el mundo’, como está dicho, ‘Y quién es como tu pueblo, Israel, una nación singular en la tierra’ (1Cr 17,21).” Jacob Neusner, The Babylonian Talmud: A Translation and Commentary, vol. 1 (Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 2011), 29. (Traducción personal)
[29] En la literatura talmúdica (véase nota anterior) el concepto de “entidad singular” hace referencia al objeto de amor hacia alguien. El término es jativah (חֲטִיבָה) y así lo explica Jastrow: “ חֲטִיבָה I f. (חָטַב II) 1) object of love. Ber. 6a; Ḥag. 3a (ref. to Deut. 26:17) אתם עשיתוני ח׳ אחת וכ׳ you made me the only object of your love in the world, and I shall make you &c. (ref. to 2 Sam. 7:23); Tanḥ. Ki Thabo 2.—2) declaring love. Ib. עושין ח׳ וכ׳ declare their love to God; Tanḥ., ed. Bub., ib. 4.” Marcus Jastrow, A Dictionary of the Targumim, the Talmud Babli and Yerushalmi, and the Midrashic Literature and II (London; New York: Luzac & Co.; G. P. Putnam’s Sons, 1903), 449.
[30] Con relación a este concepto, es muy interesante la propuesta de Sperling que indica que en lugar de leer  ejad (אֶחָד) se debiera leer ehab (אֶהָב) que es una forma imperativa del verbo “amar” y, por tanto, traducir: “¡Ama a Yhwh!”. En sus palabras: “The textual corruption in Deut 6:4 is easily explained by the graphic similarities between heh and ḥet and bet and dalet respectively in the ancient Hebrew script.
The emendation suggested here provides the connection between Deut 6:4 and 6:5. I translate: “Hear O Israel. YHWH our God—love YHWH. You shall love YHWH your God with all your being and with all your might.” On this understanding Deut 6:4 is not a declaration of divine unity or an expression of Israelite monolatry. Instead it is a command to every Israelite to love YHWH.” S. David Sperling, Ve-Eileh Divrei David (Leiden-Boston: Brill, 2017), 158.
Revista Adventista de España