Pablo les había predicado a los gálatas el evangelio de la gracia de Jesucristo: la buena noticia de que Jesús murió para salvarnos de nuestros pecados.
ESPIRITUAL
¿Qué haré para salvarme? Debes abandonar tus propias interpretaciones e ideas precondcebidas. Estudia para aprender qué dice el Señor.
Dios nos hizo a todos diferentes. El Espíritu Santo nos ayuda a aceptarnos y amarnos a pesar de nuestras diferencias. Amemos y aceptemos a los demás.
Interpretamos la Biblia comparando versículo con versículo, dentro de su contexto, teniendo en cuenta todo lo que del tema se dice en la Escritura (Isaías 28:10).
En Antioquía los creyentes fueron llamados por primera vez cristianos. Si tú sigues a Cristo, tu también eres un cristiano.
La prioridad dada a cualquier fuente o combinación de fuentes tiene una influencia significativa en nuestra teología; finalmente determinará la dirección de toda la tarea teológica.
Pídele a Dios que te ayude a usar tus dones y talentos para compartir su amor con los demás. Dios quiere colaborar contigo para llevar el evangelio. Acepta su misión para ti.
La Palabra de Dios incluye las escrituras del Antiguo Testamento, así como las del Nuevo. El uno no está completo sin el otro. Cristo declaró que las verdades del Antiguo Testamento son tan valiosas como las del Nuevo.
Una lectura de Mateo 14:22-33 desde el confinamiento ante el COVID-19.
El conocimiento de la verdad depende no tanto de la fuerza intelectual como de la pureza de propósito, la sencillez de una fe ferviente y confiada.
El pueblo de Dios constituye una comunidad de fe extendida por todo el mundo. Es Jesús y nuestro amor por Él lo que nos une y lo que nos lleva a difundir gozosamente su Palabra, a pesar de las dificultades y la persecución.
La Biblia entera es una revelación de la gloria de Dios en Cristo. Aceptada, creída y obedecida, constituye el gran instrumento para la transformación del carácter.
Nuestra iglesia es una familia de creyentes que se cuidan entre sí. Durante esta semana envía textos de ánimo a distintas personas de la familia de tu iglesia (no valen tus familiares).
Estamos viviendo en medio de las escenas finales de la historia de esta tierra. Las profecías se están cumpliendo rápidamente.
No se auguran tiempos fáciles, pero se nos asegura que –cuando acabe la batalla–, al igual que Daniel, recibiremos nuestra heredad.
Le pregunté a Jesús: ¿Cuánto me amas? y Jesús dijo: “Todo esto…” y extendiendo sus brazos murió en la cruz por mi y por tí.
Todos somos hijos pródigos. Pero al experimentar el perdón y la gracia de nuestro Padre, nos sentimos inspirados a servir a los demás y a hablarles de Él.
Orad, pues; orad sin cesar. El Señor que oyó la oración de Daniel, oirá la vuestra si os acercáis a él como Daniel lo hizo.
Jesús nos considera a nosotros como un tesoro y como una perla de gran precio. Por eso, bajó a este mundo para poder rescatarnos y comprarnos.
La purificación del Santuario Celestial comienza en 1844, poco después del periodo de opresión del cuerno pequeño, que se extendió desde 538 hasta 1798.
El crecimiento de la diminuta semilla de mostaza también representa el crecimiento del reino de la gracia dentro de tu corazón.
Después de la persecución infringida por el “cuerno pequeño” -y reavivada por la “imagen de la bestia”-, el pueblo de Dios recibirá un reino eterno.
En la parábola del sembrador Jesús compara la Palabra de Dios con las semillas, y a todos los que la dan a conocer con los sembradores.
La vida de Daniel es un ejemplo de que se puede llegar a ser un hombre o mujer íntegro/a, aun en esta vida, si se hace de Dios la fuente de nuestra fuerza.