Jesús dotó a la iglesia del poder divino, delegándolo bajo su soberanía: Él usó su poder para sanar, predicar y resucitar, pero nunca para destruir.
El inmigrante es un humano creado por Dios a Su imagen y semejanza, con dignidad y atributos que no pueden ser cosificados en base a su condición migratoria.
Hay un largo camino hacia la identidad del inmigrante como emanación de Cristo. De momento, vayamos aplicando misericordia para con él.
La sociedad tiene una memoria especial para elogiar y recordar a las personas que han dado un «servicio» desinteresado a su entorno. Sus actos de entrega sin reservas para ayudar…
“Si existe un dios, tendrá que suplicarme que le perdone” [Un prisionero judío en un campo de concentración]. Esta frase puede sonar perturbadora para personas que no hemos enfrentado un holocausto,…
En el Nuevo Testamento se aborda el sostenimiento sistemático del evangelio y de quienes se dedican por completo a la predicación y la enseñanza. La palabra «diezmo» aparece cuatro veces…