La adoración es una actitud. Ha de ser el reflejo de una vida de amor y servicio a nuestro Dios, el único digno de ser adorado (Salmo 96:4). La adoración que Dios desea recibir incluye la preocupación por los demás (v.6)
ESPIRITUAL
Proverbios quiere guiarnos para que entendamos la necesidad de depender de la única fuente de sabiduría perfecta y absoluta: Dios.
Cuando oramos a Dios, nos comprometemos a obrar con justicia, a amar la misericordia, y a andar humildemente con Dios, recibimos gran bendición.
No temas. Igual que hizo con el pueblo de Israel abriendo el mar al sacarlos de Egipto, Dios te cuida y te protege cuando oras pidiendo Su ayuda.
El clamor de los profetas es siempre al arrepentimiento. Dios está dispuesto a perdonar al pecador, pero exige también un cambio de conducta.
¿Has estado en una situación donde el grupo pudo más que tu conciencia?
Deberíamos esforzarnos por manifestar la perfección de Dios, permitiéndole obrar, a través de nosotros, Sus propósitos de justicia, misericordia y bondad.
Dios puso el sábado para que el hombre cesara su trabajo, mirara la tierra y los cielos, y pudiese reflexionar en el amor de Dios y corresponderlo.
“Una dieta constante de fragmentos atomizados es un menosprecio a la Palabra de Dios. Respetemos y leamos la Biblia con visión de conjunto”.
Gracias, Señor, por poner delante de mí la victoria final sobre el mal de manera tan vívida en el Apocalipsis como si ya fuera un hecho.
Las alturas son privilegio de quienes planifican y se consagran con disciplina a una causa. Una evidencia de sabiduría es que se vive con orden.
“Al distribuir la herencia de su pueblo, Dios se propuso enseñarle, y a las generaciones futuras, los principios correctos referentes a la propiedad”.
Desde la Creación misma, somos responsables de la naturaleza, los animales y también de cuidar a nuestros hermanos y congéneres.
“Si pones tu confianza en el Señor, y le cuentas en oración lo que te pasa, Él te dará tranquilidad y la seguridad de que Él está al control de todo”.
Dios nos invita a reconciliarnos, también con la familia, a través del arrepentimiento y el cambio de comportamiento. 1º con Dios, después con los demás.
Pídele a Dios que un día puedas adorar delante de su trono junto con los ángeles, los mundos no caídos y todos los redimidos.
“Si abrimos nuestros corazones, y nuestras casas, a los divinos principios de la vida, seremos canales por los que fluyan corrientes de fuerza vivificante”.
“Realmente solo amo a Dios tanto como amo a la persona que menos amo” (Dorothy Day) Y es que, más allá de la religión, la credencial inconfundible del cristiano es el amor.
En las cartas a las siete iglesias, Jesús nos da consejos salvavidas. Pide a Jesús que te ayude a seguirlos para ser un vencedor.
Derribemos los muros de separación. Esforcémonos por vivir todos en armonía, en Jesús, trabajando por la salvación de nuestros semejantes.
“En ausencia del hermano no se debe hablar mal de él para difamarlo, aunque digamos la verdad. Esto sería maledicencia”. (Antioco del Monasterio de Saba)
Lo que comenzó el 22 de octubre de 1844 llegará a su fin: Cristo se despojará de sus vestimentas de Sacerdote para ponerse las de Rey y vendrá a buscarnos.
Dios conoce tus debilidades y tus fortalezas. Te ama a pesar de tus errores. Te anima, te guía y te ayuda a seguir adelante para ser un ganador.
En el hogar deben fomentarse la bondad y el amor. Donde reine el Espíritu de Dios no habrá incompatibilidad, porque ambos reflejarán el carácter de Cristo.