“Wasapeo”… ¿Wasapeas lo suficiente? ¿Tuiteas lo necesario?
Hubo un tiempo que lo normal era comunicarse con la palabra hablada, después llego la escrita. Hoy vivimos un fenómeno (llamado técnicamente “texting”) que mezcla ambos tipos de comunicación. Un ejemplo son los wasaps. Nos encanta “wasapwear” y nos pasamos el día mandando mensajitos de acá para allá. “Wasapear” ha puesto en nuestras manos el poder de las palabras. El poder de la cercanía del diálogo, la posibilidad del encuentro y, en nuestro caso, la oportunidad de compartir esperanza.
El “wasapeo” de un cristiano no resulta del morbo del cotilleo, ni de la insaciabilidad del curioso sino del anhelo de aportar luz (porque todos necesitamos clarificaciones y claridad) y amor (porque nadie puede vivir sin el principio que da vida al universo).
El poder de la oración transformadora
En ese sentido, esta cita de Ellen G. White es sumamente ilustrativa: “El alma que se vuelve a Dios en ferviente oración diaria para pedir ayuda, apoyo y poder, tendrá aspiraciones nobles. Tendrá conceptos claros de la verdad y del deber, propósitos elevados, así como sed y hambre insaciable de justicia. Al mantenernos en relación con Dios, podremos derramar sobre los demás la luz, la paz y la serenidad que imperan en nuestro corazón. La fuerza obtenida al orar a Dios, sumada a los esfuerzos infatigables para acostumbrar la mente a ser más considerada y atenta, nos prepara para los deberes diarios. Preserva la paz del espíritu bajo todas las circunstancias.
Si nos acercamos a Dios, él nos dará palabras para hablar por él y para alabar su nombre. Nos enseñará una melodía de la canción angelical, así como alabanzas de gratitud a nuestro Padre celestial. En todo acto de la vida se revelarán la luz y el amor del Salvador que mora en nosotros. Las dificultades exteriores no pueden afectar la vida que se vive por la fe en el Hijo de Dios.” (Discurso maestro de Jesucristo, 74).
De nuevo, ¿”wasapeas” lo suficiente? Mientras contestas a la pregunta, te regalo este versículo: “Ten en cuenta que por tus propias palabras serás juzgado y declarado inocente o culpable.” (Mateo 12:37)
Víctor Armenteros. Responsable de Ministerio de Gestión de Vida cristiana / Educación, de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España.
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