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la voz del dragónQuerido lector, ¿no tienes la misma sensación que yo de que estamos viviendo momentos históricos muy interesantes? Un amigo me comentaba con cierto dramatismo: «Sí, son momentos interesantes, apasionantes, estremecedores, escalofriantes, siniestros, pavorosamente aterradores…». En otra conversación reciente, mi padre me expresaba: «Qué revuelto está todo. Cuántas ganas tengo de que venga Jesús…».

Este artículo no lo escribo desde un posicionamiento político, sino desde una crítica social y una interpretación teológica de los acontecimientos actuales. Creo que la Biblia no solo nos habla del pasado, sino que también ilumina nuestro presente y revela el futuro hasta el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo y la instauración de su Reino: un cielo y una tierra nuevos, donde ya no habrá llanto ni dolor (Apocalipsis 21-22).

Los profetas bíblicos esbozan «lo que tiene que suceder», porque «nada hace el Señor sin antes revelar sus propósitos a sus profetas» (Apocalipsis 1:1; Amós 3:7). No lo hacen con detalles minuciosos ni nombres propios, pero sí con trazos lo suficientemente claros como para que comprendamos los grandes eventos que estamos viviendo y los que aún están por venir.

Las claves interpretativas sobre los poderes y eventos finales provienen de la propia Biblia. No se trata de conjeturas ni de una bola de cristal, sino de atender a lo que «está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca» (Apocalipsis 1:3).

No sabemos cuándo ni quién estará al frente de los gobiernos—ni quién operará en las sombras—cuando la profecía se cumpla en su totalidad, pero sí sabemos que estamos inmersos en un conflicto cósmico entre el bien y el mal, un conflicto que también se desarrolla en nuestra Tierra.

¿A las armas?

Como creyente, no puedo vivir ajeno a la realidad geopolítica que me rodea.

Desde hace tiempo, pero especialmente en estos últimos días, el discurso político y mediático—que suelen ir en la misma dirección—ha ido escalando hasta el punto de que la Unión Europea (UE) busca invertir en uñas de hierro (Daniel 2, luego lo vemos). La UE quiere hacerse la pedicura, pero para afilarse.

«Estamos en una era de rearme», afirmaba tajante la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el pasado martes 4 de marzo de 2025. Su plan consiste en un paquete de medidas financiado con fondos europeos y, sobre todo, con gasto nacional, con la ambición de movilizar hasta 800.000.000.000 euros en los próximos cuatro años (ni sabemos leerlo con tantos ceros…).

Por descontado, estos aumentos en el gasto militar van en detrimento de otros servicios públicos y protecciones sociales. Los escenarios de guerra o preguerra son el caldo de cultivo perfecto para justificar recortes en derechos y libertades, concentrar más poder y avanzar en la militarización de la sociedad (BBC). No estamos ante simples estrategias teóricas, sino frente a decisiones con un impacto directo en nuestra vida cotidiana.

Días después de la propuesta de rearme, los 27 países de la Unión Europea lograban ponerse de acuerdo—para esto sí—y daban su visto bueno al nuevo giro armamentístico impulsado por Von der Leyen. Como titulaba un medio digital: «Los líderes de la UE responden a la llamada de la Historia. Y la Historia dice: «¡Armas!»» (El Confidencial).

Las fuerzas armadas españolas ya tienen preparada su lista de la compra (La Vanguardia), y basta con echar un vistazo a los arsenales militares y nucleares de algunos estados para darse cuenta de lo escalofriante de la situación (20 Minutos).

¿De dónde surge esta «locura belicista»? ¿Por qué esta escalada militar? En este artículo, trataré de responder a estas preguntas desde la Biblia.

¡No a la guerra!

La historia reciente nos recuerda las terribles consecuencias de dos guerras mundiales, además de los conflictos, más o menos visibilizados, que siguen azotando diferentes partes del mundo. Estamos en el siglo XXI, con avances en tecnología y ciencia como nunca en la historia, pero ¿de qué nos sirven si seguimos queriendo jugar al Risk, pero con seres humanos de carne y hueso? ¿Cuál es la utilidad del «progreso» si nuestra espiritualidad y moral cada vez se desconecta más Dios? ¿Queremos añadir más guerras a nuestro historial? ¿No tiene la humanidad otros problemas más urgentes que resolver?

La guerra impulsa la industria armamentística, reconfigura alianzas y puede desviar la atención de problemas internos. No sería la primera vez que los líderes políticos optan por la escalada en lugar de la diplomacia. De hecho, la primera ministra danesa daba a entender hace unos días que «la paz en Ucrania es más peligrosa que la guerra en curso» (Spanish News); bajo esa lógica, la guerra nunca tendría fin.

Si somos «bien-pensados» y asumimos que todos estos planes de rearme y las declaraciones alarmistas son solo retórica de una dinámica de disuasión y escalada, donde cada bando refuerza su posición para evitar que el otro avance más, debemos recordar que el problema es que este tipo de tensiones puede salirse de control, como ha ocurrido en la historia con guerras que nadie quería, pero que estallaron por decisiones acumuladas.

Qué paradoja nos propone el eufemismo de nuestra «Defensa»: rearmarse para «evitar la guerra», disuadir al enemigo y tener una estrategia creíble. Hacemos bien en mantener un espíritu protestante y no creernos a pies juntillas los discursos mediáticos, que ya están condicionando a la opinión pública para aceptar, resignada y temerosamente, que el rearme es el único camino.

¿Y de dónde surge toda esta situación? De seguir la voz del dragón.
Lo que estamos viviendo tiene una explicación bíblica. Sigue conmigo hasta el final, tenemos que hilvanar varios puntos para ver el dibujo completo.

La voz del dragón

Apocalipsis 13 muestra cómo «el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero» (12:9) emplea dos poderes mundiales como agentes a su servicio político-religioso: una bestia que sube del mar y otra que sube de la tierra. Su objetivo es imponer un falso sistema, el sometimiento a una adoración disfrazada, crear un gran engaño global que irá contra Dios, sus mandamientos y su pueblo.

Este capítulo de la profecía bíblica nos cuenta que habrá una alianza civil y religiosa en la que se apoyarán unos a otros para cumplir el propósito del dragón, una coalición que ejercerá autoridad mundial en todos los ámbitos y tratará de imponer una visión contraria a la de Dios.

Por supuesto, hay varias interpretaciones sobre quién es quién en este pasaje bíblico. No tenemos espacio aquí para estudiar cada escuela interpretativa y sus argumentaciones. En este artículo asumo la interpretación historicista de que «la bestia que surge de la tierra» representa a los Estados Unidos de América (EE. UU.). Si algún lector necesita primero clarificar por qué creo en esta interpretación, le remito a algunos artículos y literatura que puede encontrar en las notas al final de este escrito [1].

Apocalipsis 13 tiene multitud de elementos interesantísimos que desarrollar, pero haré el esfuerzo de centrarme únicamente en un aspecto: «Después vi otra bestia que subía de la tierra. Tenía dos cuernos como los de un cordero, pero hablaba con la voz de un dragón» (Apocalipsis 13:11).

Apariencia de cordero…

Estados Unidos se fundó sobre principios de libertad religiosa y civil, basada en valores cristianos (el «Cordero»). Lo explico:

En el siglo XVI, Europa vivió un cambio profundo con la Reforma Protestante, que cuestionó la autoridad y las prácticas de la Iglesia Católica. Esto generó una serie de conflictos religiosos, tanto dentro del cristianismo como entre católicos y protestantes. En respuesta a la Reforma, la Iglesia Católica lanzó la Contrarreforma, un esfuerzo para restaurar la autoridad papal y la unidad de la Iglesia, lo que llevó a persecuciones tanto de protestantes en países católicos como de católicos en países protestantes.

Muchos de estos grupos decidieron emigrar hacia el «Nuevo Mundo» de América en una búsqueda de libertad religiosa: las colonias americanas ofrecían un refugio donde se podían practicar sus creencias sin temor a la represión, evitando la persecución o la ejecución.

Este concepto de refugio para las personas perseguidas por sus creencias religiosas fue central en su fundación y se consolidó más tarde con la Constitución de los Estados Unidos. En el Primer Mandamiento de la Primera Enmienda, se establece la libertad religiosa, garantizando que «el Congreso no hará ninguna ley respetando el establecimiento de una religión, ni prohibiendo el libre ejercicio de la misma». Esto reflejaba la experiencia de los colonos y sus deseos de vivir en un país donde se respetara la diversidad religiosa.

Sin embargo, el carácter de la bestia de la tierra es opuesto al de su apariencia de cordero, porque hablaba «como un dragón». Esos rasgos contradictorios deberían impactarnos.

…Voz de dragón

La voz del dragón es una voz mentirosa (Juan 8:44), seductora (1 Timoteo 4:1), que ciega mentes (2 Corintios 4:4), que se disfraza (2 Corintios 11:14), que engaña (Apocalipsis 12:9).

La voz del dragón habla en nombre de la libertad, la democracia, la verdad, la paz…, pero sirve a otros intereses. En apariencia es mansa e inofensiva, pero en su acción es perseguidora y cruel.

Estados Unidos se fundó sobre principios de libertad religiosa y valores cristianos (el «cordero»), pero promueve agendas globales que contradicen esos valores y la hacen partícipe de la voz del dragón. Lo explico:

El profesor estadounidense Jeffrey Sachs apuntaba recientemente en el Parlamento Europeo en un evento titulado «La geopolítica de la paz» que: «Desde 1947, Estados Unidos ha llevado a cabo alrededor de cien operaciones de cambio de régimen, muchas de ellas en sus países y muchas otras en todo el mundo. (…) El sistema político estadounidense es un sistema de imagen. Es un sistema de manipulación de los medios todos los días. Es un sistema de relaciones públicas» (CTXT).

La politóloga Lindsey O’Rourke documentó 64 operaciones encubiertas de cambio de régimen de Estados Unidos entre 1947 y 1989, y concluyó que «las operaciones de cambio de régimen, especialmente las realizadas de forma encubierta, a menudo han provocado una inestabilidad prolongada, guerras civiles y crisis humanitarias en las regiones afectadas» (Covert Regime Change: America’s Secret Cold War, 2018). Desde 1989, hay amplia evidencia de que la CIA estuvo involucrada en Siria, Libia, Venezuela y muchos otros países, entre ellos: Ucrania (vamos a llegar ahí pronto, pues es el punto de conexión con el rearme europeo) [2].

Como señala Sachs, «se trata de proyectos estadounidenses a largo plazo», no se trata de nombres de presidentes concretos, sino de una estrategia global más allá de las caras visibles.

Parece que ninguna entidad religiosa o política por sí sola en la historia moderna se equipara con la descripción de «la bestia de la tierra» como lo hacen los Estados Unidos de Norteamérica. Esta nación ha llegado a ser el poder dominante en el mundo. La bestia de la tierra «es un pequeño dragón vestido de oveja».

Apocalipsis 13:11 es una referencia a una «bestia» con «cuernos semejantes a los de un cordero», que podría interpretarse como un sistema o poder que inicialmente parece benigno o incluso libertador, como Estados Unidos en sus primeros años, con su énfasis en la libertad religiosa. Pero que, con el tiempo, a pesar de su apariencia pacífica y libre «habla como un dragón», esto es, podría volverse opresivo o coercitivo en nombre de otros intereses: el uso del poder militar en sus intervenciones en otros países o en el establecimiento de leyes restrictivas de control social, económico y manipulación mediática. La historia confirma la visión profética.

¿Qué tiene que ver todo esto con el «Rearme» de Europa? ¿De qué manera nos afecta? Estamos acercándonos al punto inicial, así que hablemos de las conexiones Ucrania-Rusia-EE. UU.-Europa. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

La conexión para el «Rearme»: El conflicto en Ucrania

El siguiente resumen no lo verás en los grandes grupos mediáticos, pero es necesario para entender este conflicto [3]:

Tras la caída de la Unión Soviética en 1991, se sugirió que la OTAN [4] no se expandiría hacia el este, según conversaciones entre líderes occidentales y Mijaíl Gorbachov. Sin embargo, en 1994, el presidente norteamericano Clinton decidió ampliar la OTAN, un proyecto estratégico de EE. UU. para incluir países como Ucrania, Rumanía y Georgia con el objetivo de privar a Rusia de cualquier estatus internacional al bloquear el Mar Negro y, esencialmente, neutralizarla como poco más que una potencia local.

La expansión de la OTAN comenzó en 1999 con Hungría, Polonia y la República Checa, y continuó en 2004 con siete países más, incluyendo los Estados bálticos. Rusia protestó, considerando esto una violación de acuerdos posteriores a la Guerra Fría.

En 2007, el presidente Putin advirtió en la Conferencia de Seguridad de Múnich que la expansión de la OTAN era una provocación. En 2008, EE. UU. impulsó la inclusión de Ucrania y Georgia en la OTAN, lo que aumentó las tensiones.

En 2010, Viktor Yanukovich fue elegido presidente de Ucrania con una «postura neutral», pero en 2014 fue derrocado en lo que se describe como una operación de cambio de régimen respaldada por EE. UU. Esto llevó a los Acuerdos de Minsk [5]; sin embargo, nunca se implementaron plenamente, y el conflicto continuó, escalando finalmente en la guerra a gran escala que comenzó en 2022.

Desde 2016, EE. UU. aumentó el apoyo militar a Ucrania, lo que exacerbó el conflicto en el Donbass. En diciembre de 2021, Rusia propuso acuerdos que limitasen la cercanía de la OTAN con respecto a su país, pero las negociaciones no prosperaron.

En febrero de 2022, Rusia atacó en una guerra abierta a Ucrania y a los intereses de la OTAN. Desde el inicio de este terrible conflicto que deja cientos de miles de muertos y heridos en ambos bandos, EE. UU. y Europa han intentado asfixiar económicamente a Rusia con sanciones y han dado poder militar a Ucrania. El objetivo de EE. UU. no solo era aislar a Rusia, sino empobrecer a Europa y hacernos más dependientes de ellos (por ejemplo, haciéndonos comprar gas cinco veces más caro que antes de la guerra –El Salto Diario o Xataka-).

Y llegamos hasta hoy, marzo de 2025, cuando EE. UU. plantea otra estrategia en este conflicto y Europa dice que se rearma.

Pero para entender lo que sucede hoy, es necesario entrevistarse con el rey Nabucodonosor de Babilonia.

Los pies de hierro y barro

En el año 603 a.C., el rey de Babilonia, Nabucodonosor, tuvo un sueño que lo perturbó. En él vio una estatua enorme cuya cabeza correspondía a su propio reino, seguida por una sucesión de imperios mundiales que llegaban hasta unos pies de barro cocido mezclados con hierro (Daniel 2:33). El profeta Daniel explicó al rey Nabucodonosor el significado, llegando hasta la última parte del sueño profético:

«Lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; (…) Así como viste el hierro mezclado con barro, así se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre» (Daniel 2:41-44).

Esta es una representación de los reinos que surgieron tras la caída del Imperio Romano: Europa.

La influyente voz del dragón (Apocalipsis 13) ha convencido a los débiles pies de la estatua (Daniel 2), y estos pies se comportan conforme a la voz del dragón.

El economista y profesor Jeffrey Sachs apuntaba audazmente: «La Unión Europea no ha tenido ninguna política exterior que yo pueda entender durante este período. No hay voz, no hay unidad, no hay claridad, no hay intereses europeos, solo lealtad estadounidense». ¡Qué descripción tan laica y simétrica de la interpretación sobre los pies de Daniel 2 y la capacidad seductora global de los agentes de Apocalipsis 13!

Europa ha estado bajo la voz del dragón, y ahora quiere hablar con su propia voz, está anhelando «la fuerza del hierro» (Daniel 2:41).

El auténtico «Plan de Rearme» para tu vida

Los grandes problemas involucrados en el conflicto final versarán sobre la conciencia, la adoración y la fidelidad.

«Aquí está la resistencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús» (Apocalipsis 14:12).

Puede ser que ahora estemos viviendo un momento de relativa «paz y seguridad» (1ª de Tesalonicenses 5:3), un tiempo de cierta normalidad en el que «comemos, bebemos, nos casamos y damos en casamiento (…), compramos, vendemos, sembramos y edificamos» (Lucas 17:26-30); pero llegará el tiempo en que estas señales se intensifiquen como los «dolores de parto» (Mateo 24:8; Romanos 8:22), cuando los ángeles que hoy detienen las fuerzas del mal en el mundo dejen de hacerlo, cuando sea terminada la obra de Dios en los corazones humanos y el pueblo de Dios sea sellado (Apocalipsis 7:1), y esas señales se cumplan plenamente.

Sabemos que nuestro estado presente puede cambiar en una sucesión de movimientos rápidos y globales (solo hace falta recordar la última pandemia).

Aquellos que deseemos abrazar y practicar la fe de Jesús somos llamados a formar parte de un Movimiento de Resistencia. A contracorriente. Lo que la Biblia llama «remanente» (Apocalipsis 12:17): Quienes no siguen la voz del dragón, sino la del Cordero (Juan 10:27-30; Apocalipsis 12:11). Quienes saben que su ciudadanía no está en los gobiernos de este mundo, sino en el reino de los cielos.

Porque «llegará el tiempo en que la gente no escuchará más la sólida y sana enseñanza. Seguirán sus propios deseos y buscarán maestros que les digan lo que sus oídos se mueren por oír. Rechazarán la verdad e irán tras los mitos. Pero tú debes mantener la mente clara en toda situación. No tengas miedo» (2ª de Timoteo 4:3-5).

Para esto has sido llamado: «Manteneos firmes y aguardad con paciencia la venida del Señor, que ya se acerca» (Santiago 5:8); «y el que resista hasta el final será salvo» (Mateo 24:13).

Sea cual sea tu angustia o miedo, «deposita en Dios toda ansiedad, porque él cuida de vosotros. Resistid al enemigo, estad alerta y manteneos firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de problemas» (1ª de Pedro 5:7-9).

Déjame decirte cuál es el «Plan de Rearme» que necesitamos: la «armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo podáis resistir hasta el fin con firmeza» (Efesios 6:13-16; 2ª de Corintios 10:3-5).

«La noche está muy avanzada y ya se acerca el día. Por eso, dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz» (Romanos 13:12).

Gozo y Paz.

Autor: Samuel Gil Soldevilla, director de Comunicaciones de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España, responsable de HopeMedia y La Voz de la Esperanza.
Imagen: creada por IA (LumaLabs) y ShutterStock.

Notas y recursos:

[1] Artículos y literatura de apoyo:
[2] Y no estamos hablando aquí de los conflictos con los nativos americanos y tribus indígenas, ni de la esclavitud (especialmente en los estados del sur, aunque la discriminación y el racismo institucionalizado continuaron), ni de la segregación racial (que comenzó a ser desmantelada con el movimiento por los derechos civiles en los años 1950 y 1960). Todo esto fue denunciado también como parte de la voz-acción del dragón por los fundadores adventistas (véase John C. Peckham, God With Us, pp. 764-765).
[3] No he encontrado otro resumen mejor, más conciso, detallado y con documentación contrastable que la transcripción editada por CTXT de la ponencia del profesor estadounidense Jeffrey Sachs en el Parlamento Europeo en un evento titulado «La geopolítica de la paz» realizada días atrás: CTXT.
[4] La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) es una alianza militar formada en 1949 por países de Europa y Norteamérica. Su objetivo principal es garantizar la defensa colectiva de sus miembros: un ataque contra uno se considera un ataque contra todos. Surgió como respuesta a la Guerra Fría para contrarrestar la influencia de la Unión Soviética.
[5] Los Acuerdos de Minsk, unos pactos firmados en 2014 y 2015 para intentar resolver el conflicto en el este de Ucrania (Donbass), donde grupos separatistas prorrusos se enfrentaban al gobierno ucraniano. Los acuerdos buscaban un alto el fuego, la retirada de armas pesadas y una solución política que otorgara mayor autonomía a estas regiones dentro de Ucrania. No se cumplieron.

12 Comments

  • Efrain Velazquez dice:

    Un artículo de primera, sólidamente informado y presentado con un balance que es difícil de conseguir en estos días tan polarizados.

  • Javier dice:

    Muy bien expuesto y documentado este artículo, recomiendo también el artículo «Entrevista a ChatGPT sobre quién es quién en Apocalipsis 13»

  • Millys Sánchez dice:

    Un artículo vlaro, documentado y nada alarmista, pero sí muy de acorde a la realidad que todos estamos viviendo. Lc 21:28: «Por lo tanto, cuando todas estas cosas comiencen a suceder, pónganse de pie y levanten la mirada, ¡porque la salvación está cerca!» (Lucas 21:28). Gracias por el profesionalismo y a la vez, espiritualidad impregnados en este artículo.

  • Lucas dice:

    Wow! Interesantísimo y muy documentado, gracias!

  • María Emilia Schaller dice:

    Muy buen artículo que resume la actual y riesgosa situación geopolítica de Europa, el avance simulado del poder que parece «cordero» pero que en verdad no lo es porque sigue la agenda del dragón y el plan maléfico del dragón (Ap 12, 13) por querer imponer su agenda que implica un falso sistema de adoración. ¡A seguir predicando el mensaje de los tres ángeles para advertirle a la humanidad acerca de este fatal engaño! Muchas gracias por este artículo y que Dios bendiga vuestra misión.

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