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Lección 8 para el 24 de febrero de 2024: SABIDURÍA PARA VIVIR CON RECTITUD.

Tendemos a pensar que ser sabio implica tener un vasto conocimiento en un campo determinado de la ciencia, la filosofía, etc.

A la persona que tiene este conocimiento lo llamamos «sabio», pero la sabiduría va más allá. Implica aplicar de forma correcta todo el conocimiento adquirido (sea poco, o sea mucho).

¿Cuál es el concepto bíblico de la sabiduría? ¿Cómo aprender esa sabiduría? ¿Cómo la podemos aplicar en nuestra vida diaria? ¿Qué beneficios nos reporta actuar de acuerdo con la sabiduría bíblica?

  • La sabiduría de los mandamientos (Salmo 119).

    • El tema principal del salmo 119 son los mandamientos de Dios, tal como se expresan en su Palabra.
    • Como en muchos otros lugares de la Biblia, en este salmo se compara la vida con un camino por el que cada uno transita. Este camino puede llevarte a la vida eterna, o a la eterna perdición. ¿Cómo elegir el buen camino?
    • La Palabra ilumina el camino correcto (Salmos 119:105); lo limpia (Salmos 119:9); conduce nuestros pasos (Salmos 119:133); y nos evita los peligros del camino malo (Salmos 119:101).
    • Vivir de acuerdo con la Palabra, implica necesariamente guardar los mandamientos divinos (Salmos 119:4). Nosotros no tenemos capacidad para hacerlo, pero se nos asegura que, meditando en ellos con la ayuda de Dios, seremos capaces de adquirir cada vez más sabiduría para guardarlos y ser protegidos por ellos (Salmos 119:5-6).
    • Guardar los mandamientos no es solo una actitud externa, implica una disposición de la mente y del corazón (Salmos 119:7, 148).
  • El origen de la sabiduría (Salmo 90).

    • Nosotros vivimos por un corto periodo de tiempo que, comparado con la eternidad del Creador, es tan solo un soplo (Salmos 90:2, 4, 9).
    • En este corto tiempo, vivimos en pecado, bajo la ira de Dios (Sal. 90:8-11). Pero Dios extiende hacia nosotros su gracia, y nos sacia de su misericordia (Salmos 90:13-14).
    • Cuando nos dejamos enseñar por Dios, aprendemos a «contar nuestros días». De este modo, adquirimos la verdadera sabiduría, y somos transformados a la imagen de nuestro Creador, a quien aprendemos a temer y a reverenciar (Salmos 90:12, 16; 111:10).
    • La sabiduría adquirida nos lleva, primeramente, al arrepentimiento y, a continuación, a realizar las obras que Dios quiere que realicemos (Salmos 90:3, 17).
  • La sabiduría en las pruebas (Salmos 95, 81 y 105).

    • Enfrentar las pruebas sin sabiduría:

      • En Meriba, Israel puso a prueba a Dios: «porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?» (Éxodo 17:7). Sin embargo, desde el punto de vista de Dios, fue Él quien probó a Israel (Salmos 81:7).
      • Israel no pasó la prueba, sino que permaneció tercamente en su rebelión, por lo cual tuvo que ser castigado (Salmos 95:8-11). A pesar de todo, Dios les dio el agua que pedían (Éxodo 17:5-6).
      • Pero, si hubieran sido sabios, habrían pasado la prueba. Entonces, Dios habría podido hacer grandes maravillas con ellos (Salmos 81:13-16).
    • Enfrentar las pruebas con sabiduría:

      • José fue apresado con grillos, maltratado y afligido. Pero había tomado una decisión sabia: servir a Dios sin importar las circunstancias (Salmos 105:16-18; Génesis 39:7-9).
      • Una vez que pasó la prueba, Dios lo exaltó (Salmos 105:19-21). Fue tan evidente su sabiduría, que Faraón le encargó enseñar a sus ancianos esa sabiduría con la que Dios le había dotado (Salmos 105:22). A través de José, Dios dio vida a toda la familia de Israel (Salmos 105:23).

Autor: Sergio Fustero, de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España