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Lección 2 para el 13 de enero de 2018

Debemos estar agradecidos por las generosas bendiciones que Dios nos da. Pero ¿debe ser la recepción de estas bendiciones nuestra motivación para adorarle?

Por otro lado, conocer la forma en que la codicia actúa en nosotros nos ayudará en nuestra lucha contra el engaño de las riquezas y el consumismo.

  • El evangelio de la prosperidad. 2ª de Corintios 8:2-4.
    • El “evangelio de la prosperidad” enseña: «Sigue a Dios, y él te hará rico en bienes mundanales». Esta motivación contrasta profundamente con la actitud de los hermanos corintios, o la de la viuda pobre (Marcos 12:41-44).
    • Aunque es cierto que Dios nos puede colmar de bendiciones materiales, no lo hará por lo que nosotros le demos a él.
    • Dios ama al dador alegre, no al que espera recibir algo a cambio (2ª de Corintios 9:7).
  • Los tres pasos de la codicia (Santiago 1:15 NVI):
    • Lo veo (“el deseo”). 2ª de Corintios 4:18.
      • La codicia comenzó en la mujer de Potifar cuando “puso sus ojos en José” (Génesis 39:7). Nuestra primera defensa es desviar la vista de aquello que podríamos codiciar.
      • En la parábola del sembrador, Jesús explicó que los sembrados entre espinos fueron ahogados por “las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas” (Mateo 13:22 NVI).
      • Los pobres se preocupan porque no tienen suficiente, los ricos se preocupan sobre qué más podrían necesitar.
    • Lo quiero (“ha concebido”). Génesis 3:6.
      • El propósito del materialismo es crear una necesidad, y ofrecer un modo de satisfacerla.
      • Después de todo, en Edén funcionó bien. Igualmente, Acab, después de ver la viña de su vecino, la deseó y pataleó como un bebé hasta obtenerla (1ª de Reyes 21).
      • ¿Cómo podemos separar las necesidades de los deseos, las carencias de las preferencias, o lo básico de lo lujoso y accesorio?
    • Lo tengo (“ha sido consumado”). Mateo 26:14-15.
      • Cuando la codicia se ha instalado en el corazón, la persona busca incesantemente la manera de obtener aquello que quiere.
      • Ésta fue la perdición para Eva, Acab o Judas. Es la raíz de las guerras entre naciones y pueblos, y la ruina de familias y de personas.
      • Por ello, es importante reconocer cuándo hemos caído en los brazos de la codicia. Aún estamos a tiempo de arrepentirnos de nuestro pecado, y de evitar los desastrosos resultados de pasar a la acción.
    • Controlar la codicia. 2ª de Pedro 1:5-6.
      • La práctica del estudio de la Biblia, la oración y el servicio cristiano forman barreras contra nuestras tendencias naturales hacia la codicia. Otras formas de luchar contra la codicia son el contentamiento y la generosidad.
      • Pedro nos invita a ejercer dominio propio. Nuestros pensamientos, pasiones y energías deben rendirse completamente al control divino.
      • La victoria sobre el pecado es siempre obra de Dios en nosotros. Por ello, para reemplazar la codicia con el contentamiento, debemos tomar decisiones que permitan a Dios ejercer un control total sobre nuestra vida.

Toma tiempo para meditar en las siguientes preguntas:

  • ¿Cuáles son los tres pasos en el proceso de la codicia?
  • ¿Qué actitudes ante la vida pueden fomentar el espíritu manso y suave que naturalmente promueve el contentamiento?
  • ¿Cómo podemos experimentar el control del Espíritu Santo sobre nuestras necesidades y deseos?
  • ¿Qué prácticas cotidianas fundamentales deben incorporarse en nuestro estilo de vida, para implementar con éxito un plan para un estilo de vida piadoso?

Desarrolla planes para un estilo de vida centrado en el contentamiento y la gratitud por la generosa provisión de Dios.

Vídeo de la lección completa: Punto de encuentro con la Biblia:

Para más recursos relacionados con la E.S. visita el sitio oficial: escuelasabatica.adventista.es

 

Resumen de Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es 

Video de HopeMedia.

Foto: lucas Favre en Unsplash

Revista Adventista de España