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Nada ha halagado más el espíritu egoísta de muchos varones que el leer de manera descontextualizada el versículo de Efesios 5:23. En base a dichas ideas, sacadas de su contexto literario y cultural, las mujeres han sido:

  • Tratadas como subsidiarias de los varones.
  • Infantilizadas.
  • Maltratadas.
  • Violentadas.
  • Menospreciadas.

Todo, como parte de un supuesto “diseño de Dios”.

¿Fomentaría Dios un modelo de relación de varón y mujer sabiendo el daño que se le haría a una parte? ¿Damos un buen testimonio al mundo que está más consciente de los derechos humanos, al tratar a las esposas como apéndices de los varones o hijas que deben ser infantilizadas? En el diseño de Dios, ¿hay lugar para seres humanos de primera y segunda categoría?

El texto de Pablo dice: “el marido es cabeza de la mujer” (Efesios 5:23). Basado en este versículo muchos varones suponen que:

  • Las mujeres obedecen, los varones mandan.
  • Las mujeres no deben tomar decisiones solas.
  • Los varones tienen jerarquía sobre las mujeres.
  • Los varones son superiores a las mujeres.
  • Una buena mujer obedece, no intenta liderar.
  • Una mujer no puede estar en una posición de liderazgo por sobre un varón.

Se han escrito miles de páginas para justificar este mito. Pablo aparece así, ante los ojos de muchas personas que piensan, como un misógino y un chauvinista. Lamentablemente, pocos se dan el trabajo de analizar qué es lo que realmente Pablo enseña.

Algunos principios básicos de hermenéutica

Principio 1: Contexto textual

  • Todo texto tiene un contexto literario.
  • Si el contexto no se considera, se corre el riesgo de hacerle decir al autor algo distinto.
  • El texto que se saca de su contexto es un pretexto para justificar una idea externa al texto.

Principio 2: Contexto histórico

  • Todo texto tiene un contexto histórico.
  • Si la historia y la cultura desde la cual fue escrito el texto, no se considera, se le hace decir al autor algo que no ha dicho.
  • La historia es fundamental para entender, de otro modo, se corre el riesgo de tergiversar al autor.

Principio 3: Contexto lingüístico

  • La Biblia fue transmitida con “lenguaje”. Por lo tanto, es fundamental entender las palabras.
  • Sin embargo, fue escrito en lenguas que no se usan en la actualidad, es preciso entender el vocablo desde su uso original.
  • Si se estudia sólo la traducción, se corre el riesgo de tergiversar.

Contexto Literario
Efesios 5:23 es parte de una perícopa mucho más amplia. Una perícopa es una unidad literaria. Si leemos el versículo 23 desconectado de su contexto, le hacemos decir lo que no dice.

Un elemento adicional que hay que considerar es que los “versículos” son divisiones arbitrarias, que muchas veces, rompen la unidad literaria. Por esa razón, versiones modernas de la Biblia, intentan agrupar los versículos en párrafos coherentes, para evitar el problema de la descontextualización del texto.

Contexto literario: bosquejo

  • 4:17-19 Exhortación a no ser como los otros gentiles.
  • 4:20-24 Exhortación a vivir una vida nueva.
  • 4:25-32 Cambios en el aspecto social.
  • 5:1-2 Exhortación a imitar a Cristo.
  • 5:3-12 Cambios radicales en la vida.
  • 5:13-20 Cambios que traigan honor a Dios.
  • 5:21 Sometimiento mutuo.
  • 5:22-33 Lo que eso significa para marido y mujer.
  • 6:1-3 Lo que significa para los hijos.
  • 6:4 Lo que significa para los padres.
  • 6:5-9 Lo que significa para los amos y sus siervos.
  • 6:10-17 Exhortación para entender que todo esto se hará sólo con el poder de Dios.

El gran error es tomar la frase “marido cabeza de la mujer”, desconectada de su contexto literario. La idea parte en el 4:17 y lo que quiere Pablo es que los griegos de Éfeso que se han convertido en cristianos, actúen distinto a los griegos de Éfeso que no son cristianos.

En tiempos de Pablo, la cultura griega está degradada. No es ni la sombra de lo que fue en su época clásica. Muchos de los males que menciona en el contraste que hace entre ser cristiano y no, son realidades cotidianas.

El texto clave

Pero vosotros no habéis aprendido así sobre Cristo” (4:20). Una invitación explícita a ser diferentes a sus vecinos no cristianos. Una exhortación al cambio total, no a vivir vidas discordantes de Cristo.

La razón para ser distintos: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos, renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (4:22-24).

Tres ideas claves

  • Despojaos del viejo hombre.
  • Renovaos en el espíritu de vuestra mente.
  • Vestíos del nuevo hombre.

Tres ideas claves: Significado

  • No pueden seguir siendo igual a cómo eran antes.
  • Tiene que cambiar su forma de pensar.
  • Tienen que aprender a vivir de una forma diferente.

Todo lo que dice Pablo a partir de dichas palabras, apuntan a esas tres ideas:

  • Despojarse de la antigua forma de ser.
  • Cambiar la manera de pensar.
  • Actuar de una manera nueva.

Contexto Histórico-Cultural

Ya hemos dicho que la cultura griega en tiempos de Pablo estaba degradada. No nos vamos a detener en detalles que se pueden ver claramente en los ejemplos que Pablo da. Lo que el apóstol entiende, es que la salvación debe provocar cambios reales en la vida cotidiana.

La situación de la mujer en el mundo griego era deplorable.

  • Eran vendidas y compradas.
  • Los matrimonios a menudo eran forzados.
  • No había respeto ni a la opinión ni a la vida de la mujer.
  • Las mujeres pasaban de ser propiedad del padre a ser propiedad del marido.
  • La situación de la mujer era, a todas luces, degradante.

Pablo introduce un principio: “Someteos unos a otros en el temor de Dios” (Efesios 5:21). Un concepto que sabe irá en contra de lo que culturalmente se entiende. Por lo tanto, da un ejemplo en el contexto de maridos y esposas nuevo para esa gente.

El planteamiento de Pablo es absolutamente revolucionario. Les pide a esos varones que se sometan mutuamente. Luego, para ilustrarlo les pone el ejemplo de Cristo. Ningún griego consideraba a una mujer como a un igual. Las mujeres eran tratadas de manera infantil. Las mujeres eran maltratadas, de hecho, si algún marido asesinaba a su esposa no era cuestionado porque era su propiedad.

Contexto Lingüístico

Lo más obvio a menudo no se ve. Las palabras sufren cambios. Lo que significan hoy, no es necesariamente, lo que significaron ayer. Para entender es preciso preguntarse primero qué significaron dichas palabras para los lectores primarios.

La primera palabra que surge es “sujetaos”. Lo primero que surge en la mente de los que jerarquizan la relación es que la mujer se somete. Pero eso contradice el texto anterior que habla de sometimiento mutuo.

El sentido de “sujetarse” no tiene que ver con sumisión, sino con mantenerse unida. Algo que ahora parece obvio, pero que en ese momento no lo es. Muchas mujeres están con sus maridos a la fuerza, algunas de ellas son cristianas, a ellas les dice “manténganse unidas”.

Luego viene la expresión “cabeza”, del griego kephale. La primera lectura que se hace desde el español de origen latino, es suponer jerarquía. Si Pablo hubiese querido expresar jerarquía hubiera utilizado otras palabras que si implican mando, pero no kephale.

De acuerdo al contexto kephale está vinculado a la obra de Cristo. Cristo es el ejemplo, que se sacrifica por la iglesia, y la santifica con su acción. Cristo no impone, ni manda de manera arbitraria, Cristo ama, de manera incondicional. Cabeza en este versículo no tiene que ver con jerarquía ni mando, sino con sacrificio y entrega; algo absolutamente revolucionario para dichos hombres culturalmente perversos.

No les está diciendo que sean “salvadores” de sus esposas, les está diciendo que deben estar dispuestos a hacer por sus esposas lo que Cristo hizo por la iglesia. Cristo amó de manera incondicional y se entregó a ella de forma absoluta. En realidad Cristo está poniendo a la mujer en un lugar que nunca lo habrían hecho los griegos. La dignifica, y le da un valor supremo. Las invita a ser parte de un misterio, el de la unión de Cristo y la iglesia.

Todo lo demás que dice Pablo refuerza dicho concepto. Los varones deben amar a sus esposas como a sus mismos cuerpos. Deben entregarse por ellas de manera incondicional. A las mujeres les dice que respeten a sus maridos. ¿Por qué no les habla de amor? Probablemente, porque en el contexto de matrimonios forzados, era muy fuerte pedirles eso. Les pide que los respeten, ¿por qué? Porque la mayoría de las mujeres griegas lo que tenían por sus esposos era temor, no respeto. Eran esclavas de sus maridos, el respeto no era algo que estuviera en sus mentes.

Conclusión

Pablo, de una manera revolucionaria, siguiendo la lógica de que en Cristo “no hay varón ni mujer”, dignifica a la mujer griega. Pone a la mujer en un lugar que ningún autor de su tiempo hace. Usar estos textos para sugerir que ninguna mujer debe tener autoridad sobre un hombre, es mal entender a Pablo. Pablo, lo único que está haciendo es establecer un nuevo vínculo para gentiles que recién conocen a Cristo.

En Cristo todo es hecho nuevo, las relaciones de pareja cambian. No hay subordinación unilateral sino sometimiento mutuo en Cristo. Las mujeres dejan de ser esclavas y vuelven a ser lo que Dios planeó: Compañeras. Es la lección no aprendida. Han pasado siglos, y aún hay varones que se niegan a seguir el mandato de Pablo. En vez de actuar como Cristo, actúan como los antiguos griegos con sus esposas.

Estos textos restauran la relación que nunca debió perderse. Varones y mujeres viviendo bajo el alero de Dios, en palabras de Pablo “en el temor del Señor” (5:21). Varones actuales obsesionados con el poder piensan que si no son “cabeza”, el hogar no funciona. En un hogar cristiano no manda ni el varón ni la mujer, ambos se someten bajo la voluntad de Dios.

  • Son compañeros siguiendo los mandatos divinos.
  • Son compañeros bajo el alero de Dios.
  • Son compañeros que juntos gobiernan.

6 comentarios

  • Andrea dice:

    ¿Qué sucede con Génesis 3:16 donde dice: “Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreara de ti”.
    Yo entiendo mal o se le ordenó a la mujer sujetarse al marido y el deseo será de él. Por esta razón creo debieran ser más cuidadosos con este tema, para no transgredir una orden emanada del mismo Señor.

    • Estimada hermana:
      Esa no fue una orden del Señor, fue una maldición por el pecado. Pero en el principio, cuando no había pecado, no fue así.
      Una maldición no es una promesa, ni una orden… Es una consecuencia del pecado.
      Su texto no tiene validez para decir que la mujer se sujete al marido.
      Un abrazo.

    • Miguel Angel Nunez dice:

      Apreciada hermana, hay dos formas de leer Génesis 3, como prescriptivo (es decir, orden o ley), o descriptivo (anuncio de lo que sucederá). No hay nada en el texto ni en la Biblia que sugiera la primera parte, al contrario, Dios anuncia que alterará las consecuencias dando la promesa primero en Génesis 3:15. La sujeción de la mujer, en Génesis 3:16 es consecuencia del pecado, pero la Biblia dice claramente que Cristo vino a vencer el mal y romper las ataduras del mal, entre otras cosas, eliminar las consecuencias del pecado. Así que ese versículo no justifica la sujeción, al contrario, utilizarlo para afirmarla, es mal usar la Biblia. Dios le bendiga.

  • joant73 dice:

    Da tristeza ver como tratan de ignorar las escrituras y el PODER de Dios; porque vemos en el relato bíblico,a Dios ordenando cosas que iban a ser y que Él iba a permitir, cosas mismas que existen hoy como fieles testigos de que Dios tiene la facultad de imponer lo que es su voluntad; Dios provocó los dolores de la mujer en sus partos y los dolores hasta hoy testifican de la orden de Dios y no de algo que resultó por la voluntad del ser humano; asimismo los espinos que brotaron por la voluntad de Dios y que es lo mejor para nuestra condición caída,originados desde la caída existen hasta el día de hoy diciendonos que la palbra de Dios permanece y por ultimo que las serpientes se arrastren hoy en día no fue de su propia voluntad tampoco, sino que es lo que Dios le impuso.Dios no previo eso sino que claramente lo ordenó porque el juzgó que era lo que le convenía al ser humano en su estado caído. Dios Vuelva a ser su consejero y sabiduria.

    • Estimado Joan: Usted mismo lo ha dicho y se ha respondido solito. Dios mismo lo ordenó y lo permitió porque en la condición de ser humano caído iba a ser lo que pasaría y por eso lo permitó. PERO NO FUE LA VOLUNTAD DE DIOS EN UN PRINCIPIO. Todo era armonía en el Edén. El pecado trajo la subyugación de la mujer al hombre, el que los espinos brotasen y el que la serpiente se arrastrase. PERO EN UN PRINCIPIO DIOS NO CREÓ EL EDÉN CON ESAS CONSECUENCIAS DEL PECADO. No fue su voluntad que se crease así, sino que el pecado trajo esas consecuencias.
      Un abrazo,
      Desde el Dpto. de Comunicaciones de la Unión Adventista Española.

      • joant73 dice:

        Con todo respeto le comento Moderador que no me sorprende el que haya entendido mis palabras de manera que concordasen con su interpretación, porque a la Santa Escritura que es la Palabra de Dios a menudo se le hace decir cosas que estuvieron lejos del pensamiento de Él. Quiero ser más explícito en resaltar los hechos bíblicos: Tan es un designio de Dios que la serpiente se arrastre, que la mujer tenga los enormes dolores de parto, que nazcan los espinos y que al hombre le cueste mucho esfuerzo realizar su trabajo para ganase el pan como lo es el que el hombre se enseñoree de la mujer; es un solo paquete y todo ello es un designio de Dios y caerá en desuso todo o nada. Seré aun más claro: Cuando la serpientes vuele, se acaben los dolores de parto en la mujer, no nazcan espinos en la tierra y el hombre no se vea sometido a un gran esfuerzo arduo para ganarse el pan, solo entonces PUDIERAMOS pensar que Dios anuló las sentencias dadas en el principio en ocasión de la caída y que el hombre no deba enseñorearse de la mujer. Si no respetamos la Biblia completa e íntegramente estamos sin ancla y a la deriva. Dios estuvo, está y estará a favor de su Santa Palabra.

Revista Adventista de España