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Lección 13 para el 26 de marzo de 2022: PERMANEZCA EL AMOR FRATERNAL.

Pablo termina su discurso con una serie de consejos prácticos relacionados con la vida cristiana.

¿Cómo debemos comportarnos los creyentes que tenemos nuestra vista fija en Jesús? ¿Qué actitudes debemos evitar y cuáles imitar?

En definitiva, nos anima a vivir aquí preparándonos para vivir por la eternidad, “porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir” (Hebreos 13:14).

  • El amor fraternal (Hebreos 13:1-3, 15-16)

    • ¿Cómo se demuestra en la práctica el amor fraternal? ¿Cómo hacemos para que permanezca el maor? Pablo nos da tres ejemplos prácticos:
      • Siendo hospitalarios (v. 2): Esto implica compartir lo que tenemos con los demás. No solamente con los conocidos, sino incluso con extraños. Nos recuerda el caso de Abraham y de Lot que, por su hospitalidad, albergaron ángeles.
      • Acordándonos de los presos y de los maltratados (v. 3): Identificándonos con ellos y ofreciéndoles nuestras oraciones y nuestro apoyo físico y emocional.
      • Haciendo el bien y ayudándonos mutuamente (v. 16): El amor implica comportarse con los demás como quisiéramos que se comportaran con nosotros.
  • La inmoralidad y la avaricia (Hebreos 13:4-6)

    • El peligro para que permanezca el amor fraternal son dos graves problemas: la inmoralidad y la avaricia [“que es idolatría” (Col. 3:5)].
    • Las relaciones sexuales fuera del matrimonio rompen la confianza mutua, y destruyen las relaciones familiares. Aunque la sociedad admita como buenas muchas relaciones bíblicamente ilícitas, debemos recordar que “a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Heb. 13:4).
    • La avaricia, por su parte, también rompe la confianza mutua, porque el avaro solo busca su propio bien, y no el de los demás. De esta forma, se rompe la “regla de oro” (Mateo 7:12).
  • Los líderes (Hebreos 13:7, 17-18)

    • Se nos invita a imitar la conducta de los dirigentes encargados de transmitirnos la Palabra de Dios. Y no solo a imitar, sino a obedecer (v. 17a).
    • La combinación del cuidado y fidelidad de los dirigentes con la emulación y obediencia de la congregación produce alegría (v. 17b).
    • Esta alegría se puede entender tanto como la alegría que le produce al pastor ser aceptado por su congregación, como la alegría con la que el pastor puede presentar a su congregación ante Dios.
  • Las herejías (Hebreos 13:8-10)

    • Los hebreos eran dados a buscar el reino de Dios a través de rituales que implicaban el consumo de comidas y bebidas en momentos concretos, o de una manera especial (Mr. 7:3; Rm. 14:17).
    • La mención del altar y del Tabernáculo muestran que había hermanos que aún se aferraban a la salvación a través del cumplimiento de estos ritos (Heb. 13:10).
    • La única seguridad que tenemos respecto a que permanezca nuestra salvación es aferrarnos a la gracia de Dios, a través del sacrificio de Jesús. Cualquier otra cosa que queramos añadir a esa gracia se convierte en una “vianda que no aprovecha”, y es contraria al Evangelio.
  • El camino a seguir (Hebreos 13:11-14)

    • Todo lo inmundo, indecente o despreciable debía ser arrojado fuera del campamento: los restos de algunos sacrificios (Heb. 13:11); los residuos orgánicos (Dt. 23:13); los leprosos e inmundos (Nm. 5:2-3); los blasfemos (Lv. 24:14).
    • Ser echado del campamento era, pues, algo vergonzoso. Y Jesús llevó esa vergüenza al ser crucificado fuera del campamento (Heb. 13:12).
    • Pablo nos indica que, como Jesús mismo dijo, el camino hacia Dios es un camino de sufrimiento y vergüenza (Mt. 16:24). Un camino en el que le damos la espalda a un campamento corrompido, y nos dirigimos a una “ciudad permanente” (Heb. 13:14).

Para meditar:

“La unión entre Cristo y su pueblo debe ser viva, verdadera e inagotable, asemejándose a la unión que existe entre el Padre y su Hijo. Esta unión es el fruto de la morada del Espíritu Santo. Todos los verdaderos hijos de Dios revelarán al mundo su unión con Cristo y sus hermanos. Aquellos en cuyos corazones mora Cristo, llevarán el fruto del amor fraternal. Comprenderán que como miembros de la familia de Dios están señalados para cultivar, fomentar y perpetuar el amor y la amistad cristianos, en espíritu, palabras y acción”. Elena G. White (Hijos e hijas de Dios, 13 de octubre).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España