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Lección 1 para el 7 de enero de 2023: PARTE DE LA FAMILIA DE DIOS.

«¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios?» (Mal. 2:10). Compartir un origen común y un mismo padre, ¿nos hace parte de la familia de Dios?

Y si somos parte de la familia de Dios, ¿qué beneficios recibimos de nuestro Padre? ¿Cuáles son nuestras responsabilidades?

La Biblia nos invita a administrar para el Señor… hasta que Él venga.

  • ¿Quién forma parte de la familia de Dios?

    • Adán fue “hijo de Dios” (Lc. 3:38). ¿Significa esto que todos sus descendientes somos también hijos de Dios (Mal. 2:10)?
    • Todos los que formamos parte de la familia humana somos hijos de Dios por creación. Sin embargo, esto no nos hace automáticamente parte de la familia divina. Para ello, debemos “nacer de Dios” (1Jn. 5:1).
    • Juan nos asegura que somos hijos de Dios, porque Él nos ama (1Jn. 3:1-2). Al hacerse hombre, Jesús formó parte de la familia humana para que, el que lo desee, pueda formar parte de la familia divina (Heb. 2:11-18). Por eso, Jesús habló de “mi Padre” y de “vuestro Padre” (Jn. 20:17).
  • ¿Quién es el dueño de todo?

    • Cuando Dios le dijo a David que no podía construir el templo, sino que lo construiría su hijo Salomón, preparó todos los materiales necesarios para su construcción (1Cr. 22:6-10, 14).
    • Después, invitó a todo el pueblo para que ofreciera también una ofrenda especial para la construcción (1Cr. 29:6-10). Ante esta generosidad, David oró así (1Cr. 29:11-16 NVI):
      • “Tuyo es todo cuanto hay en el cielo y en la tierra” (11)
      • “De ti proceden la riqueza y el honor” (12)
      • “tú eres el dueño de todo” (14)
      • “lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido” (14)
      • “de ti procede todo cuanto hemos conseguido” (16)
      • “¡Todo es tuyo!” (16)
  • ¿Qué recursos están a nuestra disposición?

    • El regalo más grande que Él nos ha ofrecido es su Hijo, Jesús (Jn. 3:16).
    • ¿Qué otros regalos, tanto espirituales como físicos, nos ofrece Dios?
      • La existencia (Hch. 17:25)
      • La salvación (1P. 1:5)
      • El Espíritu Santo (Lc. 11:13)
      • Dones espirituales (1Co. 12:7-11)
      • Bendiciones materiales (Mt. 6:31-33)
  • ¿Cuáles son mis responsabilidades?

    • Dios nos ha dado todo, y nos ha puesto como mayordomos [cuidadores] de ello (Gn. 1:27-28).
    • Además, Él espera de nosotros una respuesta de amor (Mt. 22:37). ¿Cómo puedo demostrarle que le amo?
    • Juan nos lo dijo claramente: “En esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y éstos no son difíciles de cumplir” (1Jn. 5:3 NVI).
    • Es decir, amar a Dios significa obedecer sus mandamientos. ¿Cómo podemos decir a nuestro Padre celestial (o incluso a nuestro padre terrenal) que le amamos, pero nos negamos a obedecerle?
  • ¿Qué debo hacer con lo que tengo?

    • Si Dios nos da de sus tesoros y nos pide que los cuidemos, ¿por qué nos dice Jesús que no nos hagamos tesoros en esta tierra (Mt. 6:19)?
    • La Biblia nos habla de personas que tuvieron grandes riquezas y fueron fieles a Dios, como Abraham o Job. Sin embargo, ellos no tenían su confianza puesta en sus riquezas, sino que eran conscientes de que éstas eran temporales, prestadas, fungibles (Job 1:21).
    • Por ello, Jesús nos invita a hacernos “tesoros en el cielo” (Mt. 6:20). ¿Cómo podemos hacer esto?
      • Poniendo a Dios y a su causa en primer lugar en nuestra vida (Mt. 6:33)
      • Usando nuestros recursos para satisfacer nuestras necesidades (1 Tim. 5:8)
      • Predicando el Evangelio con nuestras palabras y ejemplo (Ro. 10:14-15)
      • Bendiciendo a los demás con nuestros recursos y acciones (Lc. 10:36-37)

Para meditar:

«Todo lo que el hombre recibe de la bondad de Dios sigue perteneciendo al Señor. Todo lo que Dios ha otorgado, en las cosas valiosas y bellas de la tierra, ha sido puesto en las manos de los hombres para probarlos, para sondear la profundidad de su amor hacia él y del aprecio en que tienen sus favores. Ya se trate de tesoros o de dones del intelecto, han de depositarse como ofrenda voluntaria a los pies de Jesús y el dador ha de decir como David: “Todo es tuyo, y lo recibido de tu mano te damos”». Elena G. White (Patriarcas y profetas, pg. 744).

«Sean amables con quienes se relacionen; así lo serán también con Dios. Alábenlo por su bondad; así se constituyen en sus testigos, y se preparan para asociarse con los ángeles. Están aprendiendo en este mundo a cómo conducirse en la familia de Cristo en los cielos. No demoren en familiarizarse con los principios que los hijos de Dios deben seguir. Estamos aquí para imitar el carácter de Cristo y familiarizamos con su bondad, su humildad. Esto nos colocará donde nuestra hoja de servicios indique: “Estáis completos en él” Col. 2:10”». (Elena G. White, Alza tus ojos, 22 de agosto).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España