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Lección 9 para el 2 de diciembre de 2023: MISIÓN EN FAVOR DE LOS PODEROSOS.

Hay personas que parecen estar fuera de nuestro círculo de influencia. Personas poderosas, ya sea por su capacidad económica o por su posición social: grandes empresarios; políticos eminentes; líderes…

¿Están ellas excluidas de la misión? ¿Acaso no necesitan el mensaje de salvación? Por supuesto, al igual que todos nosotros, las personas poderosas también necesitan la gracia divina. Necesitan conocer a su Salvador.

Dios usa creyentes fieles y situaciones especiales para poder alcanzar a este grupo singular. ¿Qué necesidades tienen? ¿Cómo podemos usar estas necesidades para conducirlos a Jesús?

  • Nabucodonosor: necesidad de humildad

    • La expiación realizada por Jesús abarca a toda la humanidad (1 Timoteo 2:4). Esto, por supuesto, incluye al rey o al presidente de la nación.
    • Sin embargo, es prácticamente imposible acercarse a este tipo de personas. Por otra parte, su posición de poder los puede llevar a pensar que no tienen necesidad de nada.
    • Esto es lo que le ocurrió al rey Nabucodonosor (Daniel 4:30). A través de su historia, vemos que Dios puede usar métodos especiales para alcanzar a los encumbrados:
      • Eleva a personas fieles, como Daniel, a posiciones de influencia, para usarlos como puentes para llegar a los poderosos (Daniel 4:19, 27).
      • Interviene directamente para humillar su orgullo y arrogancia y llevarlos a reconocer su dependencia de Dios (Daniel 4:33-37).
  • Naamán: necesidad de tiempo para crecer

    • Naamán era una persona «grande» en Siria (2ª de Reyes 5:1). Al ser sanado de su lepra, Naamán entregó su vida a Dios y decidió servirle (2ª de Reyes 5: 2-3, 9-14, 17).
    • Pero su conocimiento de Dios era limitado. Necesitó «la carga de un par de mulas» para poder adorar al Dios de Israel (2ª de Reyes 5:17).
    • Su segundo pedido fue un «permiso para pecar» (2ª de Reyes 5:18). Sabía que sus obligaciones políticas iban a entrar en conflicto con su nueva fe. Pero Eliseo no le reconvino, ni corrigió su error (2ª de Reyes 5:19).
    • Naamán necesitaba tiempo para crecer, tiempo para conocer a Dios, tiempo para cambiar. Tal vez para ayudarle a crecer, Eliseo visitó Damasco más adelante (2ª de Reyes 8:7).
  • Nicodemo: necesidad del Salvador

    • A pesar de reconocer que la enseñanza de Jesús venía de Dios (Juan 3:2), Nicodemo, el “maestro de Israel” (Juan 3:10), se resistía a reconocer abiertamente que era un seguidor del Maestro de Galilea.
    • Dios tuvo paciencia con él. Incluso lo usó para salvar la vida de Jesús en momentos críticos de su ministerio (Juan 7:40-53).
    • Cuando Nicodemo vio a Jesús crucificado, supo sin lugar a duda que había encontrado al Salvador (Juan. 3:14; 19:39-40).
  • El joven rico: necesidad de establecer prioridades

    • ¿Puede un camello pasar por el ojo de una aguja? ¿Puede un rico salvarse? (Mateo 19:24). Por otra parte, si un rico no se puede salvar, «¿quién, pues, podrá ser salvo?» (Mateo 19:25).
    • Vayamos por partes. Por muy rico que uno sea, nadie puede comprar la salvación de su alma (Sal. 49:8). Además, Jesús no dijo que un rico no se puede salvar, sino que «difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos» (Mateo 19:23).
    • ¿Necesitan, pues, los ricos despojarse de sus riquezas para servir de corazón a Dios?
    • No, pero las riquezas pueden ser una venda que ciegue sus ojos y les impida ver y suplir las necesidades de los demás (Mateo 19:21); o puede ser un dios al que den la prioridad en su vida (1ª de Timoteo 6:10; Col. 3:5). Por tanto, para que una persona rica entre en el reino de los cielos tiene que cambiar sus prioridades, poniendo a Dios en primer lugar.
  • José de Arimatea: necesidad de colaborar

    • José se declaró abiertamente discípulo de Jesús cuando tuvo la oportunidad de hacer algo por Él. De este modo, fue usado por Dios para cumplir la profecía de Isaías (Isaías 53:9; Mateo 27:57-60).
    • Una manera de cumplir la misión en favor de los ricos y poderosos es ofrecerles la oportunidad de colaborar con la misión (realmente, parece paradójico).
    • Propongamos un proyecto de ayuda a la comunidad (por ejemplo). Un proyecto que impacte visiblemente al bienestar de los necesitados. Los ricos y poderosos sentirán la necesidad de colaborar en él. Tal vez sea por prestigio o por otros motivos. Pero, tal vez sea para poder exteriorizar su deseo de ayuda, su anhelo de hacer algo por otros. Démosles la oportunidad de participar en algo bueno para que, a su vez, ellos también puedan ser alcanzados así por Jesús.

Para meditar:

«Aquellos que pertenecen a las altas esferas de la sociedad han de ser buscados con tierno afecto y consideración fraternal. Los hombres de negocios, los que se hallan en elevados puestos de confianza, los que poseen grandes facultades inventivas y discernimiento científico, los hombres de genio, los maestros del Evangelio cuya atención no ha sido llamada a las verdades especiales para este tiempo: éstos deben ser los primeros en escuchar el llamamiento. A ellos se les debe dar la invitación […]

»Nadie debe ser descuidado a causa de su aparente devoción a las cosas mundanas. Muchos de los que ocupan altos puestos sociales tienen el corazón apenado y enfermo de vanidad. Anhelan una paz que no tienen». (Elena G. White, Palabras de vida del Gran Maestro, pg. 182, 183).

DESAFÍO SEMANAL

Añade a tu lista de oración diaria a algunos poderosos o que estén en una posición de poder, que no sean creyentes y que sean personas con quienes podrías entrar en contacto de tanto en tanto.

DESAFÍO AVANZADO

Escribe una carta o un correo electrónico a alguien que está en un puesto de poder (aunque sea alguien que no conozcas) y dile que estás orando por él o ella.

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España