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La historia de un monje alemán que clavó varias tesis a la puerta de una iglesia el 31 de octubre de 1517, es la historia del inicio de un gran debate teológico que produjo como resultado la Reforma Protestante. Y la culpa la tiene la epístola de Pablo a los Romanos.

La carta de Pablo a los Romanos

Textos como Romanos 1:17 y 5:1-2 son textos importantes para la comprensión de la teología de Martín Lutero. En el prefacio de su comentario a Romanos, Lutero señala la necesidad de comprender ciertos términos clave tales como justificación, fe, paz, gracia, esperanza y gloria, antes de avanzar en el estudio de la epístola.[1] Estos términos que aparecen todos en los pasajes mencionados anteriormente, son claves para describir el proceso de salvación desde un comienzo hasta el final.

Romanos 5

De acuerdo a Romanos 5, Dios nos puede hacer personas diferentes al ser “justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Ro 5:1-2). Este pasaje contiene ideas transformadoras porque tiene la capacidad de mostrar que Dios puede hacer de nosotros personas diferentes. El creyente puede estar en paz con Dios. Sé que es más fácil decirlo que practicarlo. La búsqueda de una experiencia tal, implica, para muchos, toda la vida.

Lo maravilloso que destacó Lutero, la nueva luz que debía brillar en todo el mundo, fue cómo los pecadores tienen acceso a la gracia: no por medio de la circuncisión; no por obras meritorias; sino solo por fe en Jesucristo.

La comprensión de la gracia de Dios

¿Por qué la figura central de Cristo? Porque él hace toda la diferencia: somos “justificados gratuitamente… mediante la redención realizada por Cristo Jesús” (Ro 3:24).

El término justificación viene del ámbito judicial. Ser justificado es lo opuesto a ser condenado. El mensaje del evangelio es que debido a que el pecado nos condena, la aceptación del sacrificio de Cristo por fe, nos absuelve. Y esto también dice que en el juicio hay solo dos posibilidades, justificados o condenados. Sin Cristo, todos son condenados; pero quien está en Cristo, es justificado. Ya no hay más condenación para los que están en paz con Dios (Ro 5:1; 8:1).

“Sola Scriptura”

Esta es nuestra comprensión de la Biblia, la que se explica a sí misma y cuya explicación es autosuficiente. Porque Dios quiere que entendamos, de su Palabra, todo lo que respecta a nuestra salvación, incluyendo tales términos como:

  • Propiciación —término que viene del ámbito cultual, es el sacrificio que Dios ofreció para satisfacer la justicia: Dios sacrificó a su Hijo como “propiciación por la fe en su sangre, para demostrar su justicia, al haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados” (Ro 3:25);
  • Redención —viene del ámbito mercantil, el precio que Dios pagó por nuestro rescate: somos “justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención realizada por Cristo Jesús” (Ro 3:24; Col 1:14);
  • Justificación —viene del ámbito judicial, la defensa legal de Dios para declararnos inocentes (Ro 3:24); y
  • Reconciliación —término del ámbito familiar, el abrazo que Dios ofreció para restaurarnos a una relación con él: Dios nos ha “reconciliado consigo por medio de Cristo” (2 Co 5:18).

Comprendiendo Su gracia

Cuando entendemos porqué Dios enfatiza el uso de estos términos en su Palabra, mediante profetas y apóstoles, se pueden transformar en motivos reales para expresar nuestra gratitud cuando nos relacionamos con Dios en oración al comprender su gracia. Podemos agradecer a Dios por su sacrificio; por el precio que pagó por nuestro rescate; por declararnos inocentes cuando sabemos que no lo somos, y, lo que más puede pegarnos de cerca, es su abrazo restaurador. En la parábola del hijo pródigo, leemos del abrazo del padre a su hijo que estaba perdido, la narración de Jesús de la historia de nuestra salvación.

Lutero y sus 95 tesis

Lutero no fue el único interesado en los temas presentados en sus tesis. Lutero tuvo el arte de hacerse intérprete de ideas y sentimientos muy extendidos entre otros eruditos de su época. Otros habían intentado introducir cambios,[2] por lo general mediante concilios de iglesia, pero también mediante esfuerzos individuales y colectivos.[3]

Ansiedad por la salvación

La pregunta es por qué las tesis de Martín Lutero tuvieron tanto éxito en impactar la sociedad de fines del medioevo. Martín Lutero supo encarnar de modo admirable los sentimientos de muchos alemanes de su época. Pero ello no excluye la existencia de motivaciones de índole religiosa, que influyeron poderosamente en su itinerario interior y en su actuación externa. Desde que se hizo fraile, Lutero experimentaba una angustiosa ansiedad por asegurar su salvación. La declaración categórica de Pablo, “el justo vivirá por la fe (Ro 1:17), sacó a Lutero de su profunda angustia. Entendió que un Dios misericordioso nos justificaba mediante la fe. A la luz de este principio, toda la Escritura cobró un nuevo sentido.

Tema de interés

Por lo tanto, la explicación al éxito de sus tesis, es simple. Lutero tocó un tema en el cual todos tenían interés. Ese es el secreto, sobre todo para los predicadores. A veces se dice hay que “rascar donde pica” y Lutero hizo eso. Y por eso, lo que él escribió se difundió.

Contra las indulgencias y los abusos

Comenzando en 1514, Lutero predicó contra el abuso de las indulgencias y como presentaban una gracia barata en lugar de guiar al verdadero arrepentimiento. En 1517, sus feligreses regresaban de comprar las indulgencias de Tetzel al creer que no necesitan arrepentirse y cambiar sus vidas para recibir el perdón de pecados. Lutero profundizó su estudio sobre el tema, y buscó el consejo de expertos. Predicó sobre el tema varias veces en 1517, explicando que el verdadero arrepentimiento era mejor que comprar indulgencias. Incluso enseñó que la compra de indulgencias presupone la existencia de un verdadero arrepentimiento y confesión, de otra forma es inútil.

Entre abril y octubre de 1517, Lutero dejó de predicar estos sermones, quizás porque se estaba preparando para escribir sus tesis.

¿Por qué el 31 de octubre?

Al día siguiente, el 1 de noviembre, en la Iglesia de Todos los Santos en Wittemberg se encontraba el lugar donde el príncipe elector de Sajonia, Federico III, había reunido muchas reliquias. Se les había prometido a las personas que visitaran la iglesia el 1 de noviembre, “Día de todos los santos”, recibiría indulgencias, algo que la iglesia ofrecía como una forma de reducir la cantidad de castigo que uno tenía que sobrellevar por sus pecados,[4] o incluso un sistema de convertibilidad.[5] El 31 de octubre era el día anterior al día cuando la iglesia estaría llena de personas que asistían a las celebraciones, viendo y procurando obtener reliquias religiosas, y, a cambio, recibiendo indulgencias por sus pecados.

Después de dudar y vacilar con mucha angustia, Lutero clavó las tesis. Unos pocos amigos lo animaron. Estas tesis eran una propuesta académica expresada en latín, no alemán, porque Lutero intentaba que fueran para discusión académica en la Universidad de Wittemberg, donde él enseñaba. Al principio, no tenía otra cosa en mente.

El documento de las 95 tesis

El documento comenzaba:

“Por amor a la verdad y en el afán de sacarla a luz, se discutirán en Wittenberg las siguientes proposiciones bajo la presidencia del reverendo padre Martín Lutero, Maestro en Artes y en Sagrada Escritura y Profesor Ordinario de esta última disciplina en esa localidad. Por tal razón, ruega que los que no puedan estar presentes y debatir oralmente con nosotros, lo hagan, aunque ausentes, por escrito”

Y termina su introducción, “en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, amén”. Y siguen las 95 tesis.

El documento se imprimió en latín, se fijó en el pizarrón de la universidad, se envió a las autoridades, comenzaron las personas a copiar las tesis y, a partir de allí, la difusión de ellas ya no se pudo controlar. Gran parte de Europa conoció las propuestas de Lutero.

Los temas de las tesis

Las tesis tratan primero las bases bíblicas del perdón. Es decir, las tesis se preguntaban sobre qué base el ser humano es perdonado de sus pecados, al discutir el valor de las indulgencias. Lo que la Biblia dice al respecto.

En segundo lugar, trataban sobre las indulgencias y la autoridad para extenderlas; también sobre la posibilidad de hacer favores por aquellos que ya fallecieron y en la eficacia de tales medios. Dios le ha concedido libertad y perdón completo al cristiano verdaderamente arrepentido. Es una blasfemia considerar las indulgencias como un don de Dios.

Tercero, Lutero trató las relaciones de estos medios con la ética cristiana y exploró la posibilidad de abusos de parte de los líderes religiosos.

Las tesis 1 y 62

El pensamiento de Lutero se refleja mayormente en dos de las 95 tesis. La primera y la 62. Ambas son declaraciones breves.

La primera, “Cuando nuestro Señor y Maestro Jesucristo dijo, ‘arrepentíos’ (Mt 4:17), deseaba que la vida completa de los creyentes fuera una de arrepentimiento”.

Lutero cita un texto del evangelio de Mateo (4:17) de la famosa versión latina de La Vulgata. Lutero explicaba que el verdadero arrepentimiento que requiere Cristo para recibir el perdón de los pecados, era interior en vez de una confesión sacramental externa. Su preocupación era que las indulgencias conducían a los cristianos a evitar el verdadero arrepentimiento y dolor por el pecado creyendo que podían deshacerse de él comprando indulgencias. Esto, según Lutero, desalentaba a los cristianos a dar para los pobres y a realizar otros actos de misericordia, al creer que las indulgencias eran de mayor valor espiritual.

Lutero entendía por experiencia las angustias y preocupaciones de la gente. Por mucho tiempo, como monje agustino y como teólogo, Lutero se sentía indigno por la práctica de las penitencias. ¿Cómo diferenciar la contrición, el arrepentimiento sincero, del miedo al infierno?, era la inquietud que lo torturaba, en un contexto en el que la fe se había mercantilizado al extremo, mediante la venta tarifada de indulgencias que permitían a los vivos y a los muertos acortar el tiempo del purgatorio y ganar el cielo.

La tesis 62 y el arrepentimiento

La tesis nº 62 declaraba, “El verdadero Tesoro de la Iglesia es el santo evangelio de la gloria y la gracia de Dios”. La invitación de Lutero fue acerca de la necesidad que los cristianos tenemos de un arrepentimiento permanente. Y Lutero no hace otra cosa que citar a Jesús, que comenzó su ministerio diciendo a los hombres “arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mt 4:17).

Para la verdadera cristiandad, la solución al problema del pecado implica arrepentimiento. Pero en la Edad Media, se agregaron otros elementos: el esfuerzo espiritual, sustitutos materiales, sacrificios monetarios. Y hubo abusos del sistema que Lutero sintió que estaban afectando el servicio sacerdotal. Algunas personas dejaban de confesar sus pecados, pensando erróneamente que las indulgencias habían resuelto sus problemas.

La tesis 62 y el cambio de rumbo

Pero el vivir la vida cristiana, requiere que cambiemos el rumbo equivocado que nos lleva a pecar, y volver a Dios y aceptar su esfuerzo por abrazarnos otra vez y restaurarnos. Las palabras de invitación de Cristo para iniciarnos en su reino espiritual, es contraria a la tan difundida declaración “no me arrepiento de nada”. Tan popular y repetida hoy. Jesús dice que hagamos lo contrario, “arrepiéntanse porque el reino de los cielos” ha llegado, y ese reino es para los que se arrepienten y reciben naturalmente el perdón (Hch 5:31).

La tesis 62 y el tesoro de la gracia

Otro aspecto impactante de esta tesis nº 62 de Lutero, es aquello de que la iglesia posee un tesoro. Lutero se maneja con la terminología de esa época en relación con la teología de mérito, que hablaba del cofre de los tesoros de méritos que podían ofrecerse. Pero Lutero, lo que dice es, “no se olviden que el más grande tesoro de la iglesia, es el santo evangelio de la gloria y de la gracia”. El tesoro de la iglesia es el evangelio, es decir la buena noticia de Jesucristo. No hay otro tesoro. El tesoro más grande, la riqueza disponible para todos es la riqueza de la gloria y la gracia de Dios. Es decir, el favor inmerecido de Dios que se acerca a nosotros dándonos su mano para sacarnos de nuestra situación y ofrecernos su perdón, su paz, y la esperanza de la gloria eterna.

En la parábola del tesoro, el hombre que lo encuentra, vende todo para comprar el campo donde se encuentra ese tesoro. El tesoro del evangelio vale más que cualquier otra cosa que se posee en la tierra.

Las tesis de Lutero y nosotros

¿Son relevantes las tesis de Lutero escritas en 1517, 500 años después? ¿Podemos aprender algo de ellas sobre salvación? Sí, podemos. Las tesis de Lutero explican cómo un cristiano puede alcanzar el perdón, la justificación y la salvación por la fe en Jesús. Pero más aún, nos llevan a comprender mejor al Dios de la Biblia.  Las reflexiones de Lutero continúan indicando la importancia del estudio personal de la Escritura.

El estudio de la Biblia en sus propios términos nos introduce en las características del único Dios de amor que ofrece perdón y vida eterna mediante Cristo. Al encontrarlo mediante la Escritura, se eliminan todas las barreras erigidas por los falsos maestros y las doctrinas retorcidas que están frente a nosotros, hijos del amor abnegado de Dios y que está dispuesto al sacrificio. Al escuchar su Palabra nos dice lo que Él siente acerca de nosotros, cómo nos ayuda a respetarnos y valorarnos a nosotros mismos y a otros, como Él realmente nos valora.

Misión en el tiempo

La misión de Lutero continúa más allá de su tiempo. Su tarea hizo que la Biblia fuera más accesible; la libertad religiosa llegó a ser importante; y se abolieron muchas estructuras sociales discriminatorias. Pero muchas personas aún no saben que al ser “justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Ro 5:1).[6]

Hay muchos que necesitan ser inspirados por este texto fundamental, tan importante para Lutero y los Reformadores. Nosotros que hemos escuchado, podemos compartir la responsabilidad de difundir la luz del evangelio para que hombres y mujeres en todas partes disfruten de la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. El privilegio de tal tarea es una deuda que tenemos con el mensajero medieval que Dios iluminó para traernos esa verdad de nuestra propia reconciliación.

Notas

[1] “Vorrede auff die Epistel S. Paul: an die Romer,” en Martin Luther, Die gantze Heilige Schrifft 1545 aufs new zurericht, ed. Hans Volz y Heinz Blanke (Munich: Roger & Bernhard, 1972), vol. 2, pp. 2254-2268. Véase https://www.biblestudytools.com/commentaries/luther/romans/1.html

[2] Muchos de los gérmenes que facilitaron la revolución luterana venían operando desde largo tiempo atrás: las doctrinas conciliaristas, el democratismo eclesial, la filosofía nominalista, la presión tributaria de la Hacienda papal aviñonesa, el cisma de occidente. Factores de orden político, como los conflictos entre papas y emperadores o el auge de los nacionalismos eclesiásticos contribuyeron también a preparar la crisis religiosa. Y hubo, todavía, otras causas más, derivadas de la peculiar realidad alemana: la decadencia moral del clero y en especial del episcopado, marcado por una impronta señorial y el práctico monopolio de la nobleza; la debilidad del poder soberano, en un Imperio fragmentado en un sinfín de principados y ciudades; y sobre todo el resentimiento contra Roma.

[3] Recordar personas como John Hus, Jerónimo, Wicleff, Sabonarola, los Valdenses, los cátaros, el propio Francisco de Asis y muchos otros.

[4] Edwards Peters, A Modern Guide to Indulgences: Rediscovering This Often Misinterpreted Teaching (Mundelein, IL: Hillenbrand Books, 2008), p. 13. Disponible en https://www.newadvent.org/cathen/07783a.htm

[5] Martin Luther, “Disputación acerca de la determinación del valor de las Ingulgencias: Las 95 tesis”, traducción de Rodolfo Olivera Obermüller, Chile, 2011. Disponible en https://es.scribd.com/document/142485872/Las-95-Tesis-Indulgencia-y-Gracia-1517-Adap-2011. Consultada el 2 de agosto de 2017.

[6] O incluso que la fe para creer en su amor es un don gratuito de Dios (Ro 12:3; Ef 2:8).

Silvia C. Scholtus de Roscher. Dra. en Teología, Nuevo Testamento. Universidad Adventista del Plata

Foto: Devin Avery en Unsplash

 

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