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Por qué estar alerta ante la recepción y el envío de mensajes de texto con contenido sexual.¿Alguna vez escuchaste hablar del “sexteo”? Esta es una palabra formada a partir de la contracción de “sexo” y “texto”, y consiste en enviarse mensajes de texto, fotos o videos eróticos, o de contenido sexual, por medio del celular o la computadora con otra persona (en inglés se la conoce como sexting). Esta práctica, aunque duela admitirlo, es mucho más común de lo que pensamos dentro de nuestra iglesia, tanto en adolescentes, jóvenes y adultos.

Cuatro razones para…

¿Qué lleva a una persona a enviar este tipo de mensajes? Existen, al menos, cuatro razones principales:

Seguridad. Creen que ese mensaje, imagen o video está seguro en el otro celular y no son capaces de pensar que esa imagen puede salir del dispositivo por voluntad de su propietario, error, broma, robo o extravío.

Exceso de confianza. Existe una certeza ciega en la discreción o el amor profesado por parte de la persona a quien se le envía el mensaje. Esto les hace olvidar que, en la vida, las personas y las situaciones cambian por diversos factores.

Deseo de figuración. Es evidente, en muchos casos, una presión de grupo para ganar notoriedad y aceptación en el contexto digital, ya que recibieron una foto explícita y se sienten obligados a “devolver” el favor.

Sentimiento de conquista. Quienes realizan esta práctica adhieren a la idea de que es una buena manera de coquetear y, en cierto modo, sienten que “volvieron al ruedo” en términos de conquistas amorosas.

Cuatro principios para…

Entonces, ante el crecimiento de esta práctica, es bueno preguntarse: ¿Qué nos aconseja la Biblia al respecto? Expongo aquí cuatro principios:

La Biblia no prohíbe el placer sexual. Al contrario, este es un regalo de Dios, pero debe ser disfrutado dentro del marco del matrimonio dado por él y solo con tu esposo/a; ya que es allí donde se convierte en bendición.

El pecado va más allá de un acto físico. Tú puedes argumentar: “Bueno, pero no estoy teniendo relaciones sexuales con la otra persona; solamente estamos intercambiando mensajes”. El sexteo se disfraza como una especie de “sexo seguro” donde “no quedas embarazada y no te contagias de nada”, pero recuerda lo que dijo Jesús en Mateo 5:28: “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. No necesitas tener la relación sexual con la otra persona para fornicar o adulterar; solo pensar en hacerlo ya refleja las intenciones de tu corazón, que es lo que Dios mira.

Tu valor no está determinado por tu popularidad. Siempre recuerda que tú vales como persona más allá de la notoriedad o la aceptación dentro de un grupo o sociedad. No necesitas mostrar tu cuerpo o coquetear con alguien. Es más, si una persona te pide algo así, eso te muestra que no estás con la persona correcta.

No lo hagas dentro de tu matrimonio. Técnicamente, el sexteo entre un esposo y su esposa no sería un pecado, ya que una vida sexual satisfactoria es un regalo que Dios da a las parejas casadas, como mencionamos anteriormente, Pero, es recomendable no realizar esta práctica porque nunca sabemos quién puede leer nuestros mensajes o ver nuestras fotos. Incluso los hijos y los nietos pueden verse involucrados; y ni hablar si nuestro teléfono cae en manos de desconocidos o nuestra PC sufre un robo de datos. Por eso, nunca te tomes una foto que no quisieras que alguien vea. Hazte la idea de que cualquier cosa que envíes la verá todo el mundo, aunque tú hayas pedido que no se reenvíe, ya que puede compartirse por error, robo o extravío, y más ahora también con el robo de identidad y de privacidad de datos.

Por eso, recuerda las palabras del sabio Salomón, que bien pueden aplicarse a estas situaciones: “El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias” (Prov. 22:3, NVI).

Autor: Brian Chalá, influencer en redes sociales. Trabaja como pastor en la Red Nuevo Tiempo de Comunicación, en Brasil.
NOTICIA ORIGINAL: Los peligros del sexteo
Revista Adventista de España