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Lección 6 para el 6 de mayo de 2023: LA HORA DE SU JUICIO.

Debemos proclamar que ya ha llegado la hora del Juicio, que todo ser humano está siendo juzgado AHORA (Apocalipsis 14:6-7).

¿Cómo puede el pueblo remanente asegurar que el Juicio ya ha comenzado, y que no es un evento futuro? ¿Cómo podemos saber cuándo comenzó?

La respuesta la tenemos en los capítulos 8 y 9 de Daniel. En ellos se revela con toda exactitud la hora del Juicio.

  • El juicio y la purificación del Santuario.

    • Levítico 16 nos muestra cómo se realizaba la purificación del santuario en el día de la expiación (Lv. 16:16). Estos ritos simbolizaban la manera en que nuestro Sumo Sacerdote (Jesús) habría de purificar el Santuario Celestial (Heb. 9:23-24).
    • Para el pueblo de Israel, aún hoy, el día de la expiación es el momento del juicio. Por esa razón, debían afligirse y recibir así la seguridad del perdón de sus pecados (Lv. 16:29-30).
    • La profecía dada a Daniel sobre la purificación del santuario (Dn. 8:14) se refiere al tiempo del fin (Dn. 8:19). Se le indicó a Daniel el momento en que se purificaría el Santuario Celestial mediante un Juicio basado en el sacrificio de Jesús [no porque en el Cielo exista pecado, sino para que el mal sea erradicado].
  • Profecías para conocer la hora del Juicio:

    • Los 2.300 días

      • Una visión extraña: un carnero con dos cuernos (Dn. 8:3-4); un macho cabrío con un cuerno que se rompe en cuatro (Dn. 8:5-8); un cuerno pequeño que quita el “continuo” y derriba el santuario (Dn. 8:9-12); dos santos que hablan sobre días y purificaciones (Dn. 8:13-14). Difícil de entender para Daniel (Dn. 8:27).
      • Sin embargo, Gabriel le explica a Daniel todos los detalles (Dn. 8:15-26).
        • Carnero: Medo-Persia (v. 20)
        • Macho cabrío: Grecia (v. 21-22)
        • Cuerno pequeño: Después de Grecia [Roma] (v. 23-25)
        • 300 días: Es verdadera (v. 26)
      • La única parte no explicada de la visión es la “visión” de los 2.300 días [en hebreo se usa la palabra hâzôn para toda la visión (v. 1) y mar’ah para la visión específica de los 2.300 días (v. 26-27)]. Es esta última parte la que Daniel no entiende.
    • Las 70 semanas.

      • Gabriel se presenta de nuevo ante Daniel para explicarle la “visión”. Él usa la palabra hebrea mar’ah, que se usa en Daniel 8 para hablar exclusivamente de los 2.300 días. Así Daniel podría entender lo que no había entendido anteriormente.
      • 70 semanas (490 años según el principio día/año), están “determinadas” o “cortadas” [chathak] para el pueblo de Israel (Dn. 9:24).
        • Durante los primeros 48 años (7 semanas), debían reconstruir Jerusalén (esto ocurrió en tiempo de Esdras y Nehemías, a partir de 457 a.C.)
        • Los siguientes 434 años (62 semanas, hasta el año 27 d.C.), debían prepararse para recibir al Mesías (Dn. 9:25)
        • Después el Mesías moriría, y Jerusalén y el templo serían destruidos (Dn. 9:26)
    • La última semana

      • Durante 7 años (desde 27 d.C. hasta 34 d.C.), a través de Jesús y de los apóstoles, se dio la última oportunidad a Israel para adherirse al pacto divino. Al matar a Esteban (34 d.C.), Israel rechazó al Mesías y se desligó del pacto (como nación, no individualmente).
      • Justo en la mitad de este periodo, 3 ½ años después de haber sido bautizado, Jesús fue crucificado. Con su muerte, ratificó el pacto (Mt. 26:28), y los sacrificios del templo dejaron de tener sentido (Mr. 15:38).
  • La hora del Juicio

    • Gabriel, que explicó la mayor parte de la visión de Daniel 8, termina su explicación en Daniel 9 (Dn. 9:21). Pero Daniel 9 solo abarca los primeros 490 años de un periodo de 2.300 años.
    • ¿Qué sucede durante los 1.810 años restantes?
    • El “cuerno pequeño” (Roma pagana y papal) intenta destruir al pueblo santo y sustituye el sacrificio de Cristo por falsas formas de adoración. Es decir, ataca las bases mismas del Santuario Celestial, donde Jesús intercede por nosotros (Heb. 7:25; 9:24); y enseña una falsa imagen de Dios y su justicia.
    • En 1844 comienza la purificación del Santuario. Dios es vindicado, y su pueblo es juzgado y redimido. ¿Qué debemos hacer? Afligir nuestras almas, y dar el mensaje al mundo (Lv. 16:29; Ap. 14:7).

Para meditar:

«Solemnes son las escenas relacionadas con la obra final de la expiación. Los intereses implicados en ella son trascendentales. Ahora se está efectuando el juicio en el santuario celestial.

»Todos los que quieran conservar sus nombres en el libro de la vida, deberían ahora, en los pocos días que restan de su vida, afligir sus almas ante Dios con dolor por el pecado y con verdadero arrepentimiento. Debe realizarse un escudriñamiento profundo y fiel del corazón». (Elena G. White, Hijos e hijas de Dios, 14 de diciembre).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España