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Lección 12 para el 21 de septiembre de 2024: JUZGADO Y CRUCIFICADO.

La muerte de Jesús estuvo rodeada de ironías:

  • Paganos y judíos, por igual, le declaran «Rey»; sin embargo, es una burla. Ninguno de ellos cree realmente que lo sea.
  • Mientras que los judíos piensan que Jesús llama a Elías mientras clama a su Padre, un soldado pagano lo declara Hijo de Dios.
  • Un miembro que pertenecía al concilio que declaró a Jesús reo de muerte, ofrece su propia tumba para que Jesús, quien nació en un establo, sea sepultado como un noble.

¿Absurdo, verdad?

  • Pilato declara a Jesús «Rey de los judíos». Marcos 15:1-15.
    • Poncio Pilato era el oficial romano que debía autorizar la muerte de Jesús. Todos conocían su crueldad y falta de escrúpulos (Lucas 13:1). Sin embargo, reconoció públicamente: «Yo no hallo en él ningún delito» (Juan 18:38). El plan del Sanedrín parecía condenado al fracaso.
    • Ellos habían encontrado a Jesús culpable de blasfemia por haberse declarado Mesías (Marcos 14:61-64). Ya que el Mesías estaba destinado a ser el Rey de Israel, fue esa la acusación que presentaron ante Pilato.
    • Jesús no negó ni aceptó la acusación, pero le dejó claro a Pilato que no aspiraba a gobernar un reino terrenal (Marcos 15:2; Juan 18:33-37).
    • Pilato usó esta acusación para burlarse de los líderes judíos: «¿Queréis que mate a vuestro rey?». Sin embargo, capituló ante ellos castigando a Jesús y liberando a un verdadero malhechor (Marcos 15:8-15).
  • Los soldados se postran ante el “Rey de los judíos”. Marcos 15:16-20.

    • Antes de ser crucificados, los reos eran desnudados y sometidos a una cruel flagelación. El soldado golpeaba hasta cansarse.
    • Conociendo la acusación contra Jesús, los soldados decidieron llevar a cabo una parodia para ridiculizarlo. Le colocaron una «corona» (de espinas); le pusieron un «manto real»; le dieron un «cetro»; le sentaron en un «trono»; y le hicieron «reverencias» como si de César se tratase (Marcos 15:17-19; Mateo 27:28-29).
    • Para ellos era un juego. Un juego cruel. Aunque no podían ver en Jesús a un rey, algunos terminaron reconociéndole como Hijo de Dios. Sin saberlo, rendían tributo a su verdadero Rey.
  • La multitud llama a Jesús «Rey de Israel». Marcos 15:21-32.

    • Agotado por el ayuno y la flagelación, Jesús fue incapaz de llevar sobre sí su propia cruz. Un extranjero compasivo fue obligado a cargarla en su lugar (Marcos 15:21).
    • Como cordero que es llevado al matadero, Jesús, sin queja alguna, dejó que le guiasen hasta el Calvario; le desnudasen; le colocasen sobre la cruz; clavaran sus manos y pies; y le levantasen en alto.
    • Como un acto de misericordia, un soldado le ofreció una droga que nublase su mente. Mas Jesús rechazó este gesto. No dejaría que nada le impidiese entregarse consciente y voluntariamente al acto redentor (Marcos 15:23).
    • Nuevamente, fue víctima de las burlas. Al igual que los soldados, los judíos reconocían irónicamente a Jesús como Mesías. Aceptaban que era capaz de salvar (Marcos 15:31), y aparentaban estar dispuestos a creer en Él si se salvaba a sí mismo (Marcos 15:32).
    • Pero, si Jesús se salvaba, tanto ellos como nosotros estaríamos condenados (Marcos 15:30).
  • El centurión declara a Jesús «Hijo de Dios». Marcos 15:33-41.

    • Jesús fue crucificado a las 9 de la mañana. Sobre las 12 del mediodía vinieron tinieblas sobre la tierra. A las 3 de la tarde, Jesús expiró. Pero, poco antes de fallecer, Jesús clamó a su Padre con las palabras del Salmo 22 (Marcos 15:33-34).
    • Pocos se dieron cuenta cómo Jesús cumplía al pie de la letra este salmo mesiánico. La mayoría decidió malinterpretar sus palabras confundiendo el arameo «Eloí» con un llamamiento a Elías (Marcos 15:35).
  • José de Arimatea pide el cuerpo de Jesús. Marcos 15:42-47.

    • Los evangelistas dejan en claro que Jesús murió realmente en la cruz. No fue un desmayo o una catalepsia. Los romanos sabían diferenciar a un crucificado aparentemente muerto de uno realmente muerto (Marcos 15:44-45). Por si fuera poco, los mismos judíos incitaron a un soldado para que le atravesase el corazón con una lanza (Juan 19:33-34).
    • Tras la muerte, aparece en escena un hombre rico, influyente y miembro respetado del Sanedrín: José de Arimatea (Marcos 15:43). Hizo por Jesús lo que sus discípulos eran incapaces de hacer: pidió el cuerpo a Pilato; compró una mortaja nueva; y ofreció su propia tumba para albergar el cuerpo de Jesús (Marcos 15:46).
    • Varias mujeres (Mateo y Marcos solo menciona dos) fueron testigos oculares del sepelio (Marcos 15:46-47; Lucas 23:55). Ellas serían también las primeras testigos de su resurrección (Marcos 16:1-2).

Para meditar:

«En su condición de sustituto y seguridad del hombre, la iniquidad de éste fue depositada sobre Cristo; se lo contó entre los transgresores para que pudiera redimirlos de la maldición de la ley. La culpa de cada descendiente de Adán de todas las épocas oprimía su corazón; y la ira de Dios y la terrible manifestación de su disgusto frente a la iniquidad llenaron de consternación el alma de su Hijo. El apartamiento del rostro divino de junto al Salvador en esa hora de suprema angustia atravesó su corazón con un pesar que jamás podrá comprender plenamente el hombre. Cada espasmo soportado por el Hijo de Dios en la cruz, las gotas de sangre que fluyeron de su frente, sus manos y sus pies, las convulsiones de agonía que sacudieron su cuerpo y la ineludible angustia que llenó su alma cuando su Padre ocultó su rostro de él, hablan al hombre diciéndole: “Por amor a ti el Hijo de Dios consintió en permitir que estos terribles crímenes fueran depositados sobre él; por ti saqueó los dominios de la muerte y abrió las puertas del Paraíso y la vida inmortal”». (Elena G. White, La historia de la Redención, página 233).

Autor: Sergio Fustero, de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

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