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Lección 1 para el 1 de abril de 2023: JESÚS GANA – SATANÁS PIERDE.

Pablo nos advirtió que «nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales» (Efesios 6:12 NVI).

Apocalipsis 12 nos muestra quiénes son estos poderes que luchan con nosotros, cómo surgió este conflicto y, lo mejor de todo, el resultado de la guerra: Jesús gana, Satanás pierde.

  • El conflicto cósmico. Apocalipsis 12:7-8.

    • A través de símbolos, Apocalipsis 12:7-8 nos muestra un conflicto real que ocurrió en el cielo: Miguel gana y el dragón es expulsado del cielo.
    • ¿Cómo surgió esta guerra? Lucifer, usando la libertad de elección con la que el Dios de amor le había creado, decidió tomar por la fuerza el dominio del Universo (Is. 14:12-14).
    • En este conflicto no hubo ángeles neutrales. Al extenderse el conflicto a nuestro mundo, las posibilidades son las mismas: O estoy con Miguel o contra Él (Lc. 11:23).
  • La batalla decisiva. Apocalipsis 12:1-5, 9.

    • Para comprender la batalla decisiva del conflicto cósmico, debemos interpretar primero los símbolos usados para describir a los distintos personajes involucrados.
      • El dragón: Satanás (Ap. 12:9), apoyado por ⅓ de los ángeles (v. 4)
      • La mujer: La Iglesia de Dios, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo (Ez. 16:46; 2Co. 11:2)
      • El hijo varón: Jesucristo, perseguido desde su infancia (Mt. 2:13), arrebatado al cielo (Mr. 16:19), y el que recibe la autoridad sobre todas las naciones (Ap. 2:26-27; 19:15)
    • Colgado de una cruz, en aparente derrota, Jesús venció (Col. 2:15).
    • Después de que Jesús ganó la batalla decisiva, se le negó a Satanás el acceso al cielo –que, hasta entonces, le estaba permitido (Job 1:6)– y fue arrojado definitivamente a la tierra (Ap. 12:9).
    • En la victoria de Jesús, nosotros somos también vencedores (Ro. 8:37).
  • Los vencedores. Apocalipsis 12:10-11.

    • Como vimos, Jesús es el Vencedor, y nosotros vencemos también «por medio de la sangre» de Jesús.
    • Aunque el triunfo final es postergado, nuestra victoria no. Cuando aceptamos por fe lo que Cristo hizo por nosotros, nuestra deuda se cancela, y somos perfectos ante los ojos de Dios (Col. 1:14, 22).
    • ¡Somos vencedores! Y al que venza, Dios le dará… todas las cosas (Ap. 21:7).
  • Satanás contraataca. Apocalipsis 12:6, 12-16.

    • ¿Durante cuánto tiempo persiguió Satanás a la Iglesia (Ap. 12:6, 14)?
    • 42 meses = 1.260 días = Tiempo, tiempos y ½ tiempo. Todos los periodos de persecución mencionados en Daniel y Apocalipsis coinciden, aunque sean designados de distinta forma.
    • Al analizar la historia a la luz de los periodos proféticos (1 día = 1 año [Nm. 14:34; Ez. 4:6]), podemos establecer con exactitud el comienzo y el final de los 1.260 años.
      • Desde 538. Se elimina el último pueblo ostrogodo y el Papa obtiene el poder político de la ciudad de Roma
      • Hasta 1798. El general Berthier, por orden de Napoleón, toma prisionero al Papa
    • Durante ese periodo, los fieles fueron sustentados por Dios en el desierto [lugares poco poblados] (Ap. 12:6, 14).
    • Podemos estar seguros de que, como Dios proveyó para su Iglesia en esos momentos, Él hará lo mismo por el remanente fiel del tiempo del fin.
  • Ataque al remanente. Apocalipsis 12:17.

    • A partir de 1798, el ataque de Satanás no se centra en todos los «hijos» (iglesias) que surgen de la Iglesia perseguida, sino en «el resto», el remanente.
    • Éste es un pequeño grupo con dos características principales:
      • Guarda los mandamientos de Dios. Restaura la validez de la olvidada ley de Dios.
      • Tienen el testimonio de Jesucristo. Son fieles a su Salvador.
    • En Jesús, por Jesús, mediante Jesús y debido a Jesús, el remanente (tú incluido), tiene la victoria asegurada. Recuerda: Jesús gana.

Para meditar:

«Dios nos ayudará en el tiempo de necesidad, pero no nos obligará a amarlo y obedecerlo. Debemos darle nuestro amor indiviso. Quiere que confiemos en él y que hagamos de él nuestro confidente. Entiende nuestras necesidades y tiene amplios recursos para ayudarnos en todo tiempo de angustia. No somos abandonados para que libremos nuestras propias batallas, sino que tenemos la ayuda de Cristo, y en su nombre podemos salir victoriosos». (Elena G. White, Manuscritos inéditos, tomo 3, pg. 97).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática.

Revista Adventista de España