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Lección 10 para el 4 de junio de 2022: JACOB o ISRAEL.

Jacob regresa al fin a la Tierra Prometida. Ahora, a causa de sus errores pasados, tiene que hacer frente a la ira de su hermano Esaú.

Busca el perdón de Dios y el de su hermano. A partir de ese momento es un nuevo hombre: Israel.

Los problemas ahora surgen en el seno de su familia. Por esta razón, los invita a abandonar la idolatría, y los conduce a un pacto con Dios.

  • Jacob perdonado => Israel:

    • El perdón divino. Génesis 32.
      • Esaú había prometido matar a Jacob (Gn. 27:41). Jacob busca la reconciliación, pero Esaú viene con 400 hombres. Entonces, ora y se aferra a las promesas divinas (Gn. 32:9-12).
      • Después de hacer todo lo que él podía hacer, se quedó solo para orar, buscando el perdón divino. La lucha espiritual se convirtió en física (Gn. 32:13-24).
      • Finalmente, Jacob se aferra al “varón”, al que reconoce como Dios mismo (Gn. 32:30), y le pide su bendición (Gn. 32:26). Entonces, Dios le asegura: “has vencido” (Gn. 32:28).
    • El perdón humano. Génesis 33.
      • Además de los regalos que le había enviado, Jacob se postra siete veces delante de su hermano (Gn. 33:1-3). Quiere dejar claro que no pretende exigir el cumplimiento de la bendición de su padre (Gn. 27:29).
      • La reacción de Esaú asombra al propio Jacob. ¡Su hermano le ha perdonado! (Gn. 33:4).
      • Ahora es Israel, un hombre nuevo. Ha sido perdonado por Dios y por su hermano. Sabe que no lo merece. Ahora conoce plenamente lo que significa GRACIA.
  • Problemas familiares:

    • Violencia que genera violencia. Génesis 34.
      • Por fin, Israel tiene paz, y adquiere su primer terreno en Canaán. Allí edifica un altar para Dios (Gn. 33:18-20). Pero la paz duró poco.
      • Siquem violó a Dina, la hija de Jacob. Sin embargo, estuvo dispuesto a reparar su error (Gn. 34:3-4, 8).
      • Simeón y Leví, representantes de Dios, querían que todo se realizase conforme a la voluntad de Dios. Sin embargo, traicionaron, mataron y saquearon (Gn. 34:13-17, 25-29).
      • Es evidente que Dios no aprueba estos actos, así que decide reconducir a la familia a una nueva relación con Él.
    • Abandono de la idolatría. Génesis 35:1-15.
      • Dios decidió renovar su pacto con Jacob. Pero esta vez, toda la familia estaría involucrada (Gn. 35:3).
      • Jacob, consciente de que su familia necesitaba acercarse más a Dios, pidió la eliminación de todos los ídolos. La respuesta fue unánime (Gn. 35:4).
      • Dios los protegió en el camino (Gn. 35:5-6). Allí edificó Jacob un altar, en recuerdo de su primer encuentro con Dios (Gn. 35:7).
      • ¿Qué implicaba la bendición de Dios a Jacob-Israel (Gn. 35:11-12)?
        • Fructificar y transmitir la simiente mesiánica (v. 11).
        • Poseer la Tierra Prometida (v. 12).
    • La muerte de Raquel. Génesis 35:16-29.
      • Jacob tuvo que enfrentar la muerte de sus amados. Su madre Rebeca había muerto antes de su regreso. Débora, ama de Rebeca, murió en Betel (Gn. 35:8).
      • Ahora, Raquel muere camino de Belén, al dar a luz a su último hijo, Benoni, “hijo de mi tristeza”, al cual Jacob llamó Benjamín, “hijo de la mano derecha” (Gn. 35:16-18).
      • Poco después, Rubén deshonró a su padre acostándose con Bilha (Gn. 35:22). Aunque Israel calló entonces, finalmente le quitó a Ruben el derecho de la primogenitura por esta causa (Gn. 49:3-4).
      • Está claro que ni Israel ni su familia fueron perfectos. Pero Dios cumpliría su propósito en ellos, sin importar cuán caótica fuese.

Para meditar:

“De aquella lucha nocturna al lado del Jaboc, Jacob salió hecho un hombre distinto. La confianza en sí mismo había desaparecido. Desde entonces en adelante ya no manifestó su astucia anterior. En vez del disimulo y el engaño, los principios de su vida fueron la sencillez y la veracidad. Había aprendido a confiar con sencillez en el brazo omnipotente; y en la prueba y la aflicción se sometió humildemente a la voluntad de Dios […] la fe de Abrahán e Isaac apareció en Jacob con toda nitidez”. Elena G. White (Patriarcas y profetas, pg. 185).

“Jesús conoce las circunstancias que rodean a cada alma. Tú puedes decir: Soy pecador, muy pecador. Puedes serlo; pero cuanto peor seas, tanto más necesitas a Jesús. Él no se aparta de ninguno que llora contrito. […] Perdonará libremente a todo aquel que acuda a él en busca de perdón y restauración”. Elena G. White (El Deseado de todas las gentes, pg. 521)

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España