Lección 3 para el 19 de abril de 2025: IMÁGENES TOMADAS DEL MATRIMONIO.
Repetidas veces, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, el pueblo de Dios es comparado con una esposa o novia.
En algunas ocasiones, vemos simbolizada esta unión en matrimonios cuyas esposas fueron fieles (como Rebeca) o infieles (como Gomer).
Otras veces, se usan directamente símbolos de esposas fieles (la novia del Cordero), o mujeres promiscuas (la Gran Babilonia).
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El simbolismo del matrimonio.
- Cuando Dios creó a la humanidad, nos otorgó dos dones: el sábado (Génesis 2:2-3); y el matrimonio (Génesis 2:24). Ambos tienen que ver con relación: relación con Dios, y entre un hombre y una mujer.
- En su perfección, el matrimonio reflejaba la perfecta relación entre los miembros de la Deidad. Tras el pecado, simboliza la unión entre un Marido perfecto –Jesús– y su imperfecta esposa –la Iglesia– (Efesios 5:31-32).
- A lo largo de la Biblia, vemos cómo el Marido se esfuerza en perfeccionar a su esposa y ganarse su amor. De este ejemplo de matrimonio podemos aprender también cómo actuar en nuestros propios matrimonios (contraídos entre dos personas imperfectas):
- Perdona a tu cónyuge, aunque no le merezca, como Cristo nos perdona, aunque no lo merezcamos
- Acepta a tu cónyuge a pesar de sus defectos, como Cristo nos acepta a pesar de los nuestros
- Valora a tu cónyuge más que a ti mismo, como Cristo nos valoró más que a sí mismo
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Esposas infieles:
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La joven abandonada.
- En visión, se mostró a Ezequiel cómo Dios encontró a una bebé abandonada (Israel); le dio vida; le ayudó a crecer; hizo pacto matrimonial con ella; y llegó a ser una reina admirada por todos (Ezequiel 16:1-14).
- Así se resume la historia de amor entre Dios y el pueblo de Israel desde su salida de Egipto hasta el próspero reinado de David y Salomón, cuando Israel fue admirado por todas las naciones (1ª Romanos 10:1).
- Pero Israel olvidó que su belleza era un don de Dios, un reflejo de la belleza divina (Ezequiel 16:14), y se alejó de su Esposo, prostituyéndose tras otros dioses (Ezequiel 16:15-17).
- Fuimos creados para reflejar la bondad y la gloria de Dios. Cuando asumimos que nuestras bondades son fruto de nosotros mismos, comienzan los problemas.
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La esposa de Oseas.
- Desde el primer momento, Dios deja claro que la orden dada a Oseas de casarse con Gomer (la cual se prostituyó y abandonó a su marido), era un símbolo de la relación entre Dios e Israel (Oseas 1:2).
- Oseas usó diversos métodos para volver a ganarse el amor de su esposa (Oseas 2:6-7, 14-15). Como ninguno de estos métodos consiguió su objetivo, tuvo que pagar por su rescate (Oseas 3:2-3).
- Por supuesto, nuestro rescate le costó a Dios mucho más que «quince siclos de plata y un homer y medio de cebada».
- Por desgracia, la Iglesia siguió el mismo camino descarriado que Israel. Pero el amor de Dios sigue inalterable (Oseas 11:4). Sigue rogándonos que abandonemos la «prostitución» y volvamos a Él (Oseas 14:1-2; Apocalipsis 18:2-4).
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Babilonia la Grande.
- Una mujer pura representa al pueblo fiel de Dios (Apocalipsis 12:1; Efesios 5:25-27). Babilonia, madre de las rameras, representa al pueblo de Dios que se aparta de Él, y se apoya en los reyes de la tierra (Apocalipsis 17:1-5).
- Esta infidelidad por parte de Su pueblo, causa profundo dolor a Dios. Durante siglos, ha intentado que su Iglesia volviese a ser pura, pero pocos han respondido. Finalmente, hará un último llamado (Apocalipsis 18:4).
- Tras una infidelidad, puede existir reconciliación. Sin embargo, por desgracia, a veces se llega a un punto de «no retorno», cuando ésta ya es imposible.
- Llegará el momento de juzgar y castigar a Babilonia, y los que en ella hayan quedado (Apocalipsis 19:1-5). Pero los fieles, la esposa del Cordero, viviremos para siempre con Jesús (Apocalipsis 19:6-8).
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Esposas fieles:
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- Según la costumbre de su época, Abraham se dispuso a buscar una esposa para su hijo, Isaac. Pero no quería casar a su hijo con ninguna de las mujeres de Canaán, sino con una de sus parientes, a miles de kilómetros de distancia (Génesis 24:2-3).
- ¿La razón para ello? Aunque de forma imperfecta, sus parientes adoraban al Dios verdadero, mientras que los cananeos lo rechazaban. Si Isaac se casaba con una cananea, su vida religiosa decaería por la mala influencia de su esposa.
- Así ha sido la historia de la Iglesia cuando ha contraído «matrimonios» con las naciones de este mundo. Paulatinamente, se ha alejado de la fe verdadera.
- Otro aspecto especial de esta historia es el hecho de que se le pregunte a Rebeca si desea casarse, pues, según la costumbre, no tenía otra opción (Génesis 24:50-51, 57-59).
- Ser parte de la esposa fiel de Dios es un acto voluntario. Aceptemos el amor de Jesús con un claro: «Sí».
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La novia del Cordero.
- El primer milagro de Jesús lo realizó durante un matrimonio, una boda (Juan 2:1-11). Desde nuestra perspectiva, este acto tiene cierto simbolismo que nos ayuda a entender el Plan de Salvación.
- Tal vez el más importante es que, para que la novia (nosotros) esté preparada, necesita del vino que proporciona Jesús, es decir, de su sangre purificadora (Juan 2:6; Apocalipsis 7:14).
- Jesús también usó parábolas relacionadas con la boda para ilustrar ciertos aspectos de la preparación que debemos hacer ante su inminente Venida. En todas ellas, no se menciona nunca a la novia, sino a los invitados. ¿Será que los invitados son la propia novia?
- ¿Qué podemos aprender de estas parábolas?
- Las 10 vírgenes (Mateo 25:1-13)
- Tener el Espíritu Santo
- Aceptar su llamado
- Los invitados indignos (Mateo 22:1-14)
- Todos son llamados a las bodas
- Hemos de vestirnos de Cristo
- Las 10 vírgenes (Mateo 25:1-13)
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Para meditar:
«Cristo ha sido un compañero diario y un amigo familiar para sus fieles seguidores. Estos han vivido en contacto íntimo, en constante comunión con Dios. Sobre ellos ha nacido la gloria del Señor. En ellos se ha reflejado la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Ahora se regocijan en los rayos no empañados de la refulgencia y gloria del Rey en su majestad. Están preparados para la comunión del cielo, pues tienen el cielo en sus corazones». (Elena G. White, Reflejemos a Jesús, 17 de julio).
Autor: Sergio Fustero, de la Iglesia Adventista del 7º Día en Zaragoza. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática.