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Lección 12 para el 23 de diciembre de 2023: ESTER Y MARDOQUEO.

Somos ciudadanos del Reino de Dios y nos regimos por las leyes que gobiernan ese Reino.

Esto implica que, sin importar si vivimos en el país en el que nacimos o en otro, somos extranjeros. Vivimos en tierra extraña y tenemos que convivir con leyes que, en ocasiones, contradicen la Ley de Dios.

A pesar de ello, la mayoría no tenemos problemas legales o culturales para testificar de nuestra fe. Sin embargo, hay lugares donde expresar nuestra fe puede traernos serios problemas.

  • Testigos en tierra extraña:

    • Daniel y sus amigos.
      • Para Daniel y sus amigos todo cambió el año 605 a.C. Estos jóvenes del linaje real judío fueron llevados a Babilonia para ser convertidos en súbditos leales del Imperio (Daniel 1:1-7).
      • Era fácil servir a Dios en un lugar donde todos adoraban correctamente y obedecían su Ley. En Babilonia, sin embargo, podían ser obligados a transgredir la Ley de Dios (Daniel 1:8; 3:4-6).
      • Curiosamente, los que quedaron en Jerusalén fueron infieles (Ezequiel 8:10-16), mientras que Daniel y sus amigos se mantuvieron fieles (Daniel 3:16-18). ¿A qué se debió esta diferencia?
      • Para quienes están decididos a ser fieles, ni siquiera el entorno más desfavorable puede apartarlos de la obediencia.
    • Ester y Mardoqueo.
      • En 479 a.C., Ester se convirtió en la esposa de Jerjes I [en hebreo, Asuero] y, por tanto, reina del imperio persa. ¿Por qué ocultó su procedencia judía (Ester 2:10, 20)?
      • Tras la derrota de Salamina ante los griegos (año 480 a.C.) el ambiente político en Persia era inestable. Como podemos ver por la historia de Amán, cualquier persona o grupo de personas podía ser acusado de sedición y condenado a la destrucción (aún sin prueba alguna).
      • Era tiempo de ser prudentes (Eclesiastés 3:1, 7; Amos 5:13). Sin embargo, cuando la situación requirió un testimonio claro, Ester y Mardoqueo dieron testimonio de su fe con valentía.
  • La parte humana:

    • El testimonio de Mardoqueo.
      • El rey había ordenado que todos honrasen a Amán (Esther 3:1-2). ¿Qué razones tenía Mardoqueo para desobedecer?
        • No se arrodillaba. Porque hacerlo era un acto de adoración, y solo Dios debe ser adorado.
        • No se humillaba. Porque los amalecitas habían sido maldecidos por Dios (Éxodp 17:14, 16), y honrar al amalecita Amán implicaba deshonrar a Dios.
      • No era momento de callar. Ante el conflicto, explicó que la Ley de Dios le impedía honrar a los hombres de la manera en que Amán deseaba ser honrado.
      • El odio racial y su propio orgullo llevaron a Amán a buscar, no solo la muerte de Mardoqueo, sino la de todo el pueblo judío (Ester 3:8). Así ocurrirá también en el tiempo del fin.
    • El testimonio de Ester.
      • Cuando se enteró del decreto real, la fe de Ester vaciló. ¿Para qué arriesgar su vida presentándose ante el rey si nadie sabía que ella era judía (Ester 4:11)?
      • Mardoqueo le hizo ver con claridad la seriedad de los acontecimientos (Ester 4:13-14).
      • Ahora ya sabía por qué había sido elegida reina. También sabía qué debía hacer: oración y ayuno. Solo Dios podía hacer lo que ni ella ni nadie podía hacer. Dejó su vida en las manos de Dios. Ahora era el momento de dar testimonio de su fe. «Y si perezco, que perezca» (Ester 4:16).
  • La parte divina:

    • El milagro de Purim.
      • Amán echó suertes [Pur] para determinar cuándo acabar con los judíos (Ester 9:24-26). ¿Cómo convirtió Dios esta Pur en la fiesta de Purim?
        • Dio valentía a esta valiente reina (Ester 4:16)
        • Conmovió el corazón de Asuero (Ester 5:2)
        • Inspiró a Ester un plan (Ester 5:4, 8)
        • Hizo que Asuero honrase a Mardoqueo (Ester 6:1-3, 11)
        • Puso las palabras precisas en boca de nuestra reina judía (Ester 7:3-6)
        • Permitió que Amán mostrase toda su perfidia (Ester 7:7-8)
        • Cambió la actitud de Asuero ante los judíos (Ester 8:7-8)
      • Aunque el nombre de Dios no aparece en el libro de Ester, su presencia y actividad es evidente. Muchos se convirtieron (Ester 8:17). Dios obró y sigue obrando para llevar las almas perdidas al conocimiento de Él.

Para meditar:

«La crisis que arrostró Ester exigía presta y fervorosa acción; pero tanto ella como Mardoqueo se daban cuenta de que a menos que Dios obrase poderosamente en su favor, de nada valdrían sus propios esfuerzos. De manera que Ester tomó tiempo para comulgar con Dios, fuente de su fuerza. […] Dios obró admirablemente en favor de su pueblo penitente». (Elena G. White, Hijas de Dios, pg. 43)

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Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España