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Lección 9 para el 28 de noviembre de 2020

Antes de Jesús, el pueblo de Dios estaba constituido –principalmente– por un grupo étnico: el pueblo de Israel.

Jesús instituyó un nuevo modelo de pueblo de Dios: la Iglesia. Inicialmente, se reunían en pequeños grupos en las casas de los creyentes.

La iglesia es una universidad para los que perecen en la ignorancia y la oscuridad espiritual, una universidad en la que todos estamos llamados a inscribirnos como pupilos de por vida, a aprender de Jesús de Nazaret, el Gran Maestro.

  • Ver como Jesús ve

    • Jesús ve a las personas que nos rodean como personas necesitadas, y nos invita a suplir su necesidad.
    • La iglesia ha sido bendecida con grandes verdades doctrinales que nos ayudan a comprender mejor la voluntad y las promesas de Dios. Sin embargo, este conocimiento, por sí solo, no hace que tratemos a los demás bondadosamente y sin prejuicios.
    • Ver como Jesús ve es apartar la mirada de nosotros mismos y poner la mirada en la Cruz. Bajo ese prisma, podemos vislumbrar el valor que cada ser humano tiene a los ojos de Dios.
  • Vivir como Jesús nos enseñó

    • Vivimos en un mundo entenebrecido por el pecado, la ruina moral y la oscuridad espiritual. La misión de la iglesia es alumbrar llevando esperanza a todos los rincones del mundo.
    • Para que esta luz sea efectiva, ¿cómo debemos ser los miembros del cuerpo de Cristo para reflejar la bondad de Dios a los demás (ver Mateo 5:3-12)?
  • Preocuparse como Jesús lo hizo

    • La misión de Jesús (esbozada en Lucas 4:18-19), consistió en preocuparse por los pobres, ayudar a los quebrantados de corazón, sanar a los enfermos y libertar a los cautivos del pecado.
    • Siguiendo su ejemplo, somos llamados a amarnos unos a otros. Y no solo eso, sino también a amar a nuestros semejantes, preocupándonos por ellos y supliendo –en la medida de nuestras posibilidades– sus necesidades físicas y espirituales.
    • Como discípulos del Maestro debemos mostrar continuamente la misma empatía hacia los demás que Él mostró, trabajando siempre por la salvación de sus almas.
  • Buscar la verdad como es en Jesús

    • Dios ha puesto en la humanidad una curiosidad innata y un deseo insaciable de aprender continuamente. “Nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír” (Eclesiastés 1:8; 3:11).
    • Buscamos respuestas que respondan a nuestras preguntas más transcendentes.
    • ¿Qué mejor fuente de información para hallar la verdadera respuesta a estas preguntas que Aquel que se declaró la verdad absoluta? (Juan 14:6).
    • La educación cristiana incluye conducir a las personas a la verdad, buscando las respuestas en la Biblia, el libro que contiene la verdad que Jesús nos transmitió.
  • Compartir a Jesús

    • Los primeros cristianos se reunían en grupos pequeños, distribuidos en los hogares de algunos creyentes.
    • En estos grupos pequeños compartían su fe, crecían en la verdad y vivían el Evangelio. Por supuesto, eran grupos abiertos que anhelaban compartir la verdad con todo aquel que estuviese dispuesto a recibirla.
    • La razón de ser de cada iglesia, sea grande o pequeña, es compartir a Jesús. De esta forma, cada iglesia es un centro educativo donde aprender y enseñar acerca de Jesús.

Para meditar:

Reúnanse pequeños grupos para estudiar las Escrituras. No perderán nada y ganarán mucho. Los ángeles del cielo asistirán a sus reuniones y al alimentarse con el pan de vida recibirán fortaleza espiritual. Se estarán alimentando, por así decirlo, con las hojas del árbol de la vida. Sólo así mantendrán su integridad”. Elena G. White (Cada día con Dios, 3 de enero).

“Podemos aseverar ser seguidores de Cristo, podemos afirmar que creemos toda la verdad de la Palabra de Dios; pero esto no beneficiará a nuestro prójimo a menos que nuestra creencia penetre en nuestra vida diaria. Lo que profesamos puede ser tan sublime como el cielo, pero no nos salvará a nosotros ni a nuestros semejantes a menos que seamos cristianos. Un ejemplo correcto hará más para beneficiar al mundo que todo lo que profesemos”. Elena G. White (Palabras de vida del Gran Maestro, pg. 316).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

 

Revista Adventista de España