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Lección 12 para el 24 de marzo de 2018

Un hábito es una forma de actuar consolidada por su repetición continua. Como mayordomos, desarrollar buenos hábitos nos ayuda a administrar más correctamente los negocios de Dios.

Vamos a repasar algunos de estos buenos hábitos:

  • Buscar a Dios en primer lugar.
    • Amar a Dios es el mandamiento más importante. La Biblia nos invita a hacer de los negocios de Dios nuestra prioridad (Mateo 22:37-38; 6:33).
    • Para conseguir este objetivo, Jesús desarrolló el hábito de la oración. La comunicación con su Padre llegó a ser una necesidad para Él.
    • Como mayordomos, no debemos estudiar la Palabra u orar de forma esporádica, sino que debe ser un hábito diario.
  • Esperar el regreso de Jesús.
    • Apartar la vista de este evento desvía nuestros pensamientos del glorioso futuro que nos espera, nos hace olvidar la necesidad de vivir como fieles hijos de Dios, y nos hace perder la perspectiva y el sentido de nuestra vida cristiana.
    • ¡Cuán importante es desarrollar el hábito de esperar la Segunda Venida, hablar de ella, y esperar confiadamente ese momento glorioso!
  • Usar sabiamente el tiempo.
    • El tiempo es un bien efímero y limitado para el ser humano (Salmo 90:10). El tiempo pasa hagamos bien o mal, durmamos o velemos.
    • Por ello, es importante desarrollar buenos hábitos que nos permitan aprovechar adecuadamente este limitado recurso.
    • Nuestra mayordomía implica una administración correcta del tiempo. Hay tiempo para todo (Eclesiastés 3:1), y se nos pedirá que rindamos cuentas de su uso.
  • Vivir de una forma saludable.
    • Originalmente, el ser humano fue creado con perfecta salud física, mental y espiritual. La Biblia nos promete que Dios restaurará ese estado de salud completa (Apocalipsis 22:2).
    • Mientras llega ese momento, Dios desea que nos preparemos desarrollando hábitos que contribuyan a nuestra salud.
  • Ser disciplinado.
    • Usando el símil de un corredor atlético o un luchador, Pablo nos invita a desarrollar hábitos de autodisciplina (1ª de Corintios 9:24-27).
    • La Biblia contiene ejemplos claros del resultado de ser disciplinados o no serlo (José, Salomón, Daniel, Sansón).
    • Mediante el poder de Dios y nuestro esfuerzo diligente, debemos tener dominio propio para llegar a ser buenos mayordomos para nuestro Señor.

“Las glorias que esperan a los fieles vencedores están por encima de cualquier descripción. El Señor los honrará y exaltará grandemente. Crecerán como el cedro y su entendimiento sin duda irá en aumento. Y a medida que vayan avanzando en las etapas del conocimiento, sus expectativas quedarán por debajo de la realidad. “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”. 1 Corintios 2:9. Nuestra tarea ahora es alistamos para aquellas mansiones que Dios está preparando para los que lo aman y guardan sus mandamientos… El Señor Jesús aumentará la capacidad de cada mente y corazón para que puedan recibir el Espíritu Santo”. Elena G. White (Alza tus ojos, 17 de mayo).

“Clamad a Dios con sinceridad y alma anhelante. Luchad con los agentes celestiales hasta que obtengáis la victoria. Poned todo vuestro ser, vuestra alma, cuerpo y espíritu en las manos del Señor, y resolved que seréis sus instrumentos vivos y consagrados, movidos por su voluntad, controlados por su mente, e imbuidos por su Espíritu”. Elena G. White (Nuestra elevada vocación, 5 de mayo).

Vídeo de la lección completa: Punto de encuentro con la Biblia:

Para más recursos relacionados con la E.S. visita el sitio oficial: escuelasabatica.adventista.es

Resumen de Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es 

Video de HopeMedia.

Foto: Photo by Ben White on Unsplash

Revista Adventista de España