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Lección 1 para el 6 de octubre de 2018.

La Creación y la caída

La entrada del pecado en el mundo interrumpió la unidad y la armonía que Dios pretendía para la humanidad, en la Creación. Sin embargo, Dios expresó su amor por la humanidad al planear una manera de restaurar la unidad que se había perdido. Si bien la restauración final vendría a través de la obra de Cristo, Dios también eligió a los seres humanos para que sean los representantes de su amor y su gracia.

  • La unidad original.

    • Creados para amar.
      • Dios creó todo “bueno en gran manera” (Génesis 2:1). La tierra, los animales y el hombre se relacionaban en perfecta armonía.
      • La imagen de Dios incluye dos personas en una. El hombre y la mujer, juntos, fueron creados a imagen de Dios. Esto implica unidad, unidad basada en el amor (1ª de Juan 4:8).
  • Ruptura de la unidad.

    • De Adán al Diluvio.
      • El pecado de Adán y Eva rompió la armonía, la unidad y el amor que habían existido entre hombre y mujer, entre la humanidad y la creación, y entre la humanidad y Dios.
        • El hombre culpó a la mujer (Génesis 3:12)
        • La naturaleza se corrompió (Génesis 3:17-18)
        • Caín mató a Abel (Génesis 4:8)
        • La humanidad se corrompió completamente (Génesis 6:5)
        • El diluvio acabó con la historia humana (Génesis 6:7)
      • Pero Dios se reservó un remanente (Noé y su familia), y le dio a la humanidad una segunda oportunidad. El arco iris nos recuerda que Dios aún desea cumplir en nosotros su plan original.
  • La torre de Babel.

    • Los hombres decidieron conseguir la unión sin Dios. Esto desembocó en la adoración a los ídolos y la exaltación propia.
    • Dios tuvo que romper esa aparente unidad, generando una gran variedad de idiomas.
  • Restauración de la unidad.

    • El llamado de Abraham.
      • Como padre de todos los creyentes, Abraham nos proporciona algunos de los elementos básicos de la unidad de los cristianos:
        • Practicó la obediencia.
        • Tenía esperanza en las promesas de Dios.
        • Creía que Dios cumpliría su promesa de que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas.
        • Confió en el plan de salvación propuesto por Dios.
  • La elección de Israel.

    • La elección de Israel como pueblo de Dios se basó exclusivamente en el amor divino. Ningún mérito había en Israel para recibir este privilegio
      (Deuteronomio 7:7-8).
    • La iglesia cristiana –el nuevo Israel– debe reconocer con humildad que tampoco tiene nada de qué gloriarse ante Dios. Es por amor que Dios nos ha escogido para ser uno en Él (Gálatas 3:28).

Para meditar:

El argumento más convincente de la misión de Cristo que podemos dar al mundo, debe encontrarse en la perfecta unidad. La misma unidad que existe entre el Padre y el Hijo debe manifestarse en todos los que creen en la verdad. Aquellos que están así unidos en obediencia implícita a la Palabra de Dios serán llenos de poder.

Si todos se consagraran completamente al Señor, y mediante la santificación de la verdad vivieran en unidad perfecta, ¡qué poder convincente asistiría a la proclamación de la verdad! ¡Qué triste que tantas iglesias tergiversen la influencia santificadora de la verdad, porque no manifiestan la gracia salvadora que los haría uno con Cristo, así como Cristo es uno con el Padre! Si todos revelaran la unidad y el amor que debería existir entre los hermanos, el poder del Espíritu Santo se manifestaría en su influencia salvadora. Nuestro poder para salvar las almas estará en proporción con nuestra unidad con Cristo”. Elena G. de White (Manuscrito 88, 1905, “One, Even as We Are One”).

Mira la lección completa en: Punto de encuentro con la Biblia.

Para más recursos relacionados con la E.S. visita el sitio oficial: escuelasabatica.adventista.es

Resumen de Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es 

Foto: Georgia de Lotz en Unsplash

 

Revista Adventista de España