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Lección 13 para el 29 de junio de 2023: EL TRIUNFO DEL AMOR DE DIOS.

El gran conflicto, la rebelión de Satanás contra el gobierno de Dios, está llegando rápidamente a su fin.

No hemos sido dejados a oscuras con respecto a cómo acabará el conflicto: Dios gana, Satanás pierde.

Incluso los detalles de las últimas batallas están claramente descritos en la Biblia.

  • Tiempo de angustia y de liberación.

    • «Grandes cambios están a punto de producirse en el mundo, y los movimientos finales serán rápidos» (Elena de White, Testimonios para la iglesia, páginas 9 a la 11). ¿Cuáles serán estos eventos?
      • 22:11. El juicio acaba y todo caso queda decidido. La puerta de la gracia se cierra.
      • 8:21-22; Jeremías 30:7. Tiempo de angustia. Los impíos actúan sin restricciones morales, y los justos no saben si han sido perdonados.
      • 15:7-8; Salmos 27:5. Caen las 7 últimas plagas sobre los impenitentes. El pueblo de Dios es guardado y protegido.
      • 16:14; 1ª de Juan 3:2-3. Cada grupo se prepara para encontrarse con Jesús. Unos para pelear contra Él; los otros para recibirle con alegría.
    • Cuando Jesús concluya su obra de mediación y el Espíritu Santo se retire de los impenitentes, el destino de cada uno estará sellado. Los fieles seguirán contando con la ayuda y protección divinas, mientras que los impíos quedarán a la merced de Satanás. Cada uno mostrará con su carácter a quién ha decidido servir.
  • Tiempo de terror y de alegría.

    • Los impíos (Apocalipsis 6:16):

      • Han desechado la Ley de Dios; han desechado el agua viva y han cavado para sí «cisternas rotas» (Jeremías 2:13). Ahora se enfrentan cara a cara con el Juez. Solo pueden esperar ira y condenación. ¿Quién los librará? (Isaías 2:19; Apocalipsis 6:16).
    • Los redimidos (Isaías 25:9):

      • Han sido fieles a la Ley de Dios; han bebido del agua de vida (Apocalipsis 21:6). Ahora miran cara a cara a su Juez. Solo pueden esperar salvación. ¿Cómo no prorrumpirán en alabanzas? (Isaías 25:9; Apocalipsis 15:3-4).
  • Tiempo de desolación y de juicio.

    • Tiempo de desolación:

      • Al venir Jesús, los santos de todas las épocas serán resucitados; y los fieles vivos, transformados, ascenderán con ellos para ir al Cielo con Jesús (1ª de Tesalonicenses 4:16-17).
      • Los impíos morirán ante la presencia de Jesús. Sus cadáveres quedarán insepultos y, finalmente, no quedará rastro alguno de vida sobre la Tierra (Jeremías 25:33; Apocalipsis 19:17-21; Jeremías 4:23-26; Isaías 24:3).
      • En ese momento, Satanás y sus ángeles quedarán encerrados en el abismo durante mil años, sin poder engañar a nadie (Apocalipsis 20:1-3).
      • El abismo (abyssos, lugar de oscuridad), describe perfectamente la situación de la Tierra en ese momento. Sin vida humana en ella, ningún demonio tentará. Será un tiempo de reflexión para los ángeles rebeldes, atados por la cadena de circunstancias, sin posibilidad de abandonar la desolada Tierra.
    • Tiempo de juicio:

      • Si el Juicio se celebró antes de la Segunda Venida, y Jesús ya ejecutó la sentencia, dando vida eterna a los que creyeron en Él… ¿Qué sentido tiene un nuevo juicio (Apocalipsis 20:4)?
      • Durante siglos, Dios ha mostrado su amor y ha ofrecido la salvación a todo aquel que quisiera recibirla. También ha permitido que el mal se desarrollase completamente.
      • Durante el Juicio, todos los mundos y los ángeles fieles han podido constatar la justicia y la misericordia de Dios en su trato con el pecado y la rebelión. Ahora, tienen ante sí el resultado real del gobierno satánico: una tierra vacía y desolada.
      • Pero los que hemos vivido en el terreno enemigo durante el conflicto, ahora redimidos, necesitaremos constatar también la justicia y la misericordia de Dios. En el juicio milenario quedaremos tan plenamente convencidos del amor de Dios que el mal no volverá a levantarse (Nahum 1:9).
  • Tiempo de vida y de muerte.

    • Al final del milenio, los impíos son resucitados. Aceptan de nuevo la dirección de Satanás, y vuelven a pelear contra Dios y los santos. Nada ha cambiado, y todos son destruidos por el fuego (Apocalipsis 20:5-9).
    • Pero antes de ser destruidos, se realiza un último juicio. Los libros se abren, y todos reconocen en ellos sus acciones y su rechazo a los amorosos llamamientos del Espíritu Santo. Todos aceptan la justicia de Dios, y doblan ante Él sus rodillas (Ap. 20:11-13; Is. 45:23; Flp. 2:10).
    • Lejos de vivir eternamente (para ser castigados eternamente), sufren una “muerte segunda”, de la cual ya no hay resurrección (Ap. 20:14-15; Sal. 37:20; Mal. 4:1; Is. 26:14).
    • La muerte y el pecado terminaron. Es hora de enjugar toda lágrima y disfrutar de vida eterna y feliz (Ap. 21:4).
  • Tiempo para amar y ser amado.

    • ¿Y qué haremos en la Tierra Nueva durante toda la eternidad?

      • La cruz de Cristo será la ciencia y el canto de los redimidos durante toda la eternidad
      • En […] pacíficas llanuras, al borde de […] corrientes vivas, el pueblo de Dios […] encontrará un hogar
      • Allí intelectos inmortales contemplarán con eterno deleite las maravillas del poder creador
      • Toda facultad será desarrollada, toda capacidad aumentada
      • La adquisición de conocimientos no cansará la inteligencia ni agotará las energías
      • Las mayores empresas podrán llevarse a cabo, satisfacerse las aspiraciones más sublimes, realizarse las más encumbradas ambiciones
      • Surgirán nuevas alturas que superar, nuevas maravillas que admirar, nuevas verdades que comprender, nuevos objetivos que agucen las facultades del espíritu, del alma y del cuerpo
      • Comparten [con los seres que no cayeron] los tesoros del conocimiento y el entendimiento adquiridos durante siglos y siglos en la contemplación de las obras de Dios
      • Con visión nítida, consideran la gloria de la Creación: soles y estrellas y sistemas que, en el orden a ellos asignado, circuyen el Trono de la Deidad

(Extraído de El conflicto de los siglos, págs. 632, 655, 656, 657)

Para meditar:

«El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación de armonía y de gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor». (Elena G. White, El conflicto de los siglos, pg. 657).

Autor: Sergio Fustero, de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

 

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