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Lección 7 para el 14 de mayo de 2022: EL PACTO CON ABRAHAM.

Después de un tiempo de peregrinaje a través de Canaán, Dios decidió concretar su pacto con Abraham a través de varias visiones.

Abraham creyó, Sara se impacientó. Finalmente, Dios mismo se personó para aclarar las cosas.

Como colofón, mientras habla cara a cara con el Señor del Universo, Abraham se olvida de sí mismo, e intercede por los posibles justos de Sodoma.

  • La parte de Abraham. Génesis 15.

    • Cuando Abram se encuentra nuevamente con Dios, le manifiesta sus dudas sobre la simiente prometida (Gén. 15:2). Dios le asegura que un hijo suyo le heredará. Y Abram cree. (Rom. 4: 20-22).
    • A continuación, se confirma el pacto (Gén. 15: 9-18):
      • Se sacrifican animales (v. 9-10) => Cristo muere por nuestros pecados.
      • Las aves acechan (v.11) => Israel esclavizado (v. 13).
      • Una antorcha de fuego (v. 17) => Dios se compromete a cumplir sus promesas.
      • Se dan los límites de la tierra prometida (v. 18) => Regreso al Edén.
  • La contribución de Sara. Génesis 16.

    • Tras 10 años de espera, Sarai pierde la esperanza de ser ella la madre de la simiente, y propone una solución: una madre de alquiler. La razón gana a la fe, ¿o no?
    • Al igual que Eva, Sarai duda, y actúa contra la voluntad divina. Al igual que Adán, Abram oye la voz de su esposa, y comparte su error.
    • Pero Dios muestra su amor incluso en las decisiones incorrectas, prometiéndole protección y vida a Agar e Ismael (Gén. 16 :10-12).
  • La señal del pacto. Génesis 17.

    • Moisés, Jeremías y Pablo vieron en esta señal [la circuncisión] algo más que un mero acto físico (Deut. 10: 26; 30:6; Jer. 4:4; Rom. 2: 28-29).
    • El pacto va más allá de la descendencia física de Abraham, se refiere a la obra de la simiente mesiánica, el sacrificio de Jesús que garantiza la vida eterna a los que lo aceptan por fe.
    • Esta promesa se refleja en el cambio de nombres:
      • Abram [“padre exaltado”] => Abraham [“padre de muchos”].
      • Sarai [“mi princesa”] => Sara [“princesa” de todos].
  • La confirmación de la promesa. Génesis 18: 1-15.

    • Ante la idea de tener un hijo de Sara, Abraham se desconcertó. ¡90 años son muchos años para que una mujer pueda tener hijos! Abraham ríe (Gn. 17:17).
    • Dios decide hablar personalmente el tema con ellos. Para ello, toma forma humana y, acompañado de dos ángeles, se presenta ante Abraham (Gn. 18: 1-2).
    • Abraham, dándonos un ejemplo de hospitalidad, corre a atender las necesidades de los caminantes (Heb. 13:2).
    • Durante la conversación, Sara oye la promesa directamente de Dios. Sara también ríe (Gn. 18:12).
    • Ante la seguridad de la respuesta divina, Sara cree (Heb. 11:11). Finalmente, Dios también ríe con el hijo de fe (Isaac significa “él ríe”).
  • La intercesión de Abraham. Génesis 18:16-19:29.

    • Mientras los ángeles van a Sodoma, Dios se queda hablando con Abraham (Gén. 18:22). Abraham intercede por Sodoma, regateando por la cantidad mínima de justos necesaria para que Dios perdone la ciudad (Gén. 18: 23-32). Diez es un número que indica un mínimo.
    • Solo 4 fueron salvados (y solo 3 sobrevivieron). No se encontraron ni siquiera la mitad de los diez justos.
    • La destrucción de Sodoma es un símbolo de la destrucción final de los impíos (Judas 7).

Para meditar:

«A menudo suele haber ángeles en forma humana en las asambleas de los justos, y visitan también las de los impíos, como lo hicieron en Sodoma para tomar nota de sus actos y para determinar si excedieron los límites de la paciencia de Dios. El Señor se complace en la misericordia; así que por causa de los pocos que le sirven verdaderamente, mitiga las calamidades y prolonga el estado de tranquilidad de las multitudes». (Elena G. White, El conflicto de los siglos, pg. 615).

«La fe consiste en confiar en Dios, en creer que nos ama y sabe lo que es mejor para nuestro bien. Así, en vez de nuestro camino, nos induce a preferir el suyo. En vez de nuestra ignorancia, acepta su sabiduría; a falta de nuestra debilidad, su fuerza; en vez de nuestro pecado, su justicia. Nuestra vida, nosotros mismos, somos ya suyos; la fe reconoce su derecho de posesión, y acepta su bendición». (Elena G. White, Obreros evangélicos, pg. 273).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España