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Lección 10 para el 3 de diciembre de 2022: EL FUEGO DEL INFIERNO.

La Biblia enseña que el hombre es mortal y que el alma muere (Isa. 51: 12; Rom. 6: 12; Eze. 18: 20). No obstante, la mayoría de los cristianos creen y enseñan que tenemos un alma dotada de inmortalidad y que, al morir, esta alma es liberada del cuerpo y… ¿A dónde va?

En este punto es donde no todos se ponen de acuerdo. Al NO ser una doctrina bíblica, las personas han buscado diversas soluciones a esta pregunta.

ES 10 T4 2022 a fuego

  • ¿Almas inmortales?
    • La inmortalidad de los gusanos.
      • La palabra «gusano» usada tanto en Isaías 66:24 como en las citas de Jesús de este pasaje, hace referencia a los gusanos que se alimentan de los cuerpos en descomposición (Mar. 9: 44-49). ¿Son inmortales estos gusanos?
      • A no ser que recurramos a filosofías o mitologías griegas, debemos admitir que este gusano, tarde o temprano, completará su tarea, es decir, consumirá completamente el cadáver del que se alimenta [un cuerpo físico, y no un alma incorpórea]. Esta idea es paralela al fuego que no se apaga hasta que haya consumido todo.
      • Con esta metáfora, tanto Isaías como Jesús nos quieren confrontar con dos posibles destinos: vida eterna, o destrucción eterna.

«Vi que unos quedaban pronto aniquilados, mientras que otros sufrían por más tiempo. A cada cual se le castigaba según las obras que había hecho con su cuerpo. Algunos tardaban muchos días en consumirse, y aunque una parte de su cuerpo estaba ya consumida, el resto conservaba plena sensibilidad para el sufrimiento. Dijo el ángel: “El gusano de la vida no morirá ni su fuego se apagará mientras haya una partícula que consumir”». (Elena G. White, Primeros escritos, p. 294).

  • ¿Cuál es el destino de un alma inmortal?

    • El infierno.

      • El infierno es un lugar de fuego eterno donde son castigados los pecadores (Mat. 25: 41). ¿Significa esto que los pecadores arderán para siempre?
      • La palabra «eterno», traducida muchas veces como «para siempre», tiene diversos significados en la Biblia:
        • Eternidad con un principio y un fin. Por ejemplo, la esclavitud (Éxo. 21: 6)
        • Eternidad con un principio, pero sin fin. Por ejemplo, la vida eterna de los redimidos (Juan. 3: 36)
        • Eternidad sin principio ni fin. Exclusiva de Dios (1 Tim. 6: 16; Gén. 21: 33)
      • ¿A cuál de estas tres categorías corresponde el fuego eterno?
        • Según Malaquías 4: 1, el infierno –el fuego eterno– comenzará «el día ardiente», y tendrá un momento final, cuando «no les dejará ni raíz ni rama».
        • Judas 7 nos da un ejemplo de este «fuego eterno»: el fuego que consumió a Sodoma y a Gomorra. Este fuego comenzó el día que Lot fue sacado de Sodoma, y terminó cuando todas las ciudades fueron completamente consumidas.
        • Apocalipsis 20: 11-15 nos muestra el infierno como un «lago de fuego». Éste comenzará el día del Juicio Final y acabará con la «muerte segunda» de cada pecador. Ni siquiera Satanás sufrirá eternamente. De él se dice: «para siempre dejarás de ser» (Ezequiel 28: 19).
    • El purgatorio (NO existe en la Biblia)

      • El purgatorio es un lugar o estado intermedio entre el cielo y el infierno, donde las almas purifican sus pecados antes de entrar en el cielo. Los familiares o amigos vivos pueden interceder por ellos con diversas penitencias y misas. Este lugar NO existe en la Biblia, al igual que el famoso limbo (donde se inventaron que van las almas de los niños inocentes).
      • Esta doctrina del purgatorio contradice abiertamente varias enseñanzas bíblicas:
        • Los muertos no son almas que tengan una vida consciente (Ecl. 9: 10)
        • Nadie puede santificar o transferir su santidad a otra persona (Eze. 18: 20; Sal. 49: 8)
        • Solo existe un intercesor entre Dios y los hombres: Jesucristo (1 Tim. 2: 5)
        • Después de la muerte está el juicio, no hay estado intermedio (Heb. 9: 27; Hech. 17: 31)
    • El cielo.

      • Según la Biblia, en el Cielo solo moran: Dios (1 Rey. 8: 30); los ángeles (Sal. 148: 1-2); Enoc (Gén. 5: 24); Elías (2 Rey. 2: 11); Moisés (Jud. 9); y los que resucitaron con Jesús (Mt. 27: 52-53).
      • Nada se dice de almas incorpóreas de santos fieles que habiten allí. Incluso los seres humanos que ascendieron lo hicieron con un cuerpo resucitado, o transformados.
      • Pablo dice claramente que iremos al cielo en el momento de la Segunda Venida, con nuestro cuerpo físico, cuando los muertos sean resucitados y los vivos transformados (1 Ts. 4: 15-17; 1 Co. 15: 51-52).

«Los hombres creen errores, cuando la verdad está claramente señalada. Si solo trajeran sus doctrinas hasta la Palabra de Dios en vez de leer la Biblia a la luz de sus doctrinas para demostrar que sus ideas son correctas, no andarían en tinieblas y ceguedad ni acariciarían el error. Muchos dan a la Palabra de Dios un significado que se adecua a sus propias opiniones, y se desvían a sí mismos y engañan a otros por sus falsas interpretaciones de la Palabra de Dios». (Elena G. White, El otro poder, p. 36).

  • ¿Quién puede ser inmortal?

    • Cómo obtener la vida eterna.

      • Si, como vimos, el castigo eterno tiene un final, ¿tendrá también un final la vida eterna?
      • Dios es el único que tiene inmortalidad en sí mismo (1 Tim. 6: 15-16), y el único que puede transmitir y sostener la vida (Sal. 36: 9; Col. 1: 17).
      • De ahí que los seres creados tienen (o tendrán) una inmortalidad condicional. Por tanto, la pregunta es: ¿qué debo hacer para obtener la vida eterna y no morir jamás?
      • El apóstol Juan nos da la respuesta en 1ª de Juan 5: 11-12: «El que tiene al Hijo, tiene la vida». Como en el cielo mantendremos perpetuamente nuestra unión con Jesús, tendremos vida eterna para siempre.

«El pueblo de Dios no puede recibir el reino antes que se realice el advenimiento personal de Cristo. […] En su estado presente el hombre es mortal, corruptible; pero el reino de Dios será incorruptible y sempiterno. Por lo tanto, en su estado presente el hombre no puede entrar en el reino de Dios. Pero cuando venga Jesús, concederá la inmortalidad a su pueblo; y luego los llamará a poseer el reino, del que hasta aquí solo han sido presuntos herederos». (Elena G. White, El conflicto de los siglos, p. 322).

Para meditar:

«¡Jesús viene! Pero no para reinar como un príncipe temporal. Levantará a los justos muertos, transformará a los santos vivos en seres de una inmortalidad gloriosa, y en compañía de ellos tomará el reino debajo de todo el cielo. Este reino nunca jamás terminará. Entonces los que hayan esperado pacientemente a Jesús serán transformados a su semejanza». (Elena G. White, matutina Exaltad a Jesús, 31 de diciembre).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España