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Lección 4 para el 23 de abril de 2022: EL DILUVIO.

El diluvio dejó una marca indeleble en el recuerdo de la humanidad, como lo testifican culturas tan diversas como los pueblos hindúes, los mayas, los antiguos habitantes de Irlanda, los pueblos nativos de Norteamérica, etc.

A lo largo de cuatro capítulos (Génesis 6-9), Moisés nos explica por qué tuvo que destruir Dios el mundo que había creado, y cómo lo hizo. Pero el diluvio no es solo destrucción, es una segunda oportunidad, un acto de gracia redentora.

  • Preparando el arca.

    • ¿Por qué destruyó Dios el mundo que había creado?
    • Antes de que la humanidad se destruyese a sí misma, Dios juzgó necesario cortar el mal de raíz y comenzar de nuevo (Gn. 6:5-7). Pero no lo hizo en silencio, sino que escogió a Noé para avisar al mundo, y ofreció un medio de salvación: el arca (2P. 2:5; Gn. 6:8, 13-14).
    • “Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó” (Gn. 6:22). Dios nos da también a nosotros su gracia, y espera una respuesta de fe y obediencia.
  • El diluvio: fin y principio.

    • ¿Qué similitudes existen entre la creación y el diluvio?
    • [1] Las aguas se dividen (1:6) => Las aguas se juntan (7:11); [2] Dios crea a los animales según su género (1:21, 25) => Dios preserva a los animales según su especie (7:14); [3] Dios lleva a los animales ante el hombre (2:19) => Dios destruye a los animales por causa del hombre (6:7).
    • El Señor tiene que destruir lo que había creado para poder ofrecer un nuevo comienzo a la humanidad. De igual manera, Dios destruirá este mundo para hacer una nueva Creación, libre por fin del pecado (Is. 65:17; Ap. 21:1).
  • “Se acordó Dios”.

    • ¿Se había olvidado Dios de Noé?
    • En realidad, no fue un problema de memoria. Cuando Dios se “acuerda” es porque ha llegado el momento concreto de actuar de una determinada manera (Gn. 19:29; 30:22; Éx. 2:24; 1S. 1:19).
    • Una vez detenido el diluvio, Noé abrió la ventana del arca (Gn. 8:6), y envió aves para conocer el estado de la tierra (Gn. 8:7-12). Su confianza en Dios no le impidió realizar acciones que le llevaran a confirmar su fe.
    • Pero, aun cuando sabía que la tierra estaba ya seca, esperó la orden divina antes de salir del arca (Gn. 8:15-18).
  • Los pactos del diluvio:

    • Pacto de vida.
      • ¿En qué consistió el pacto de Dios con Noé?
      • “Haz un arca, y te salvaré del diluvio”. En realidad, es el mismo pacto que hace con cada uno de nosotros: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31).
      • Cuando Dios cumplió su pacto, Noé reaccionó con un acto de agradecimiento, un holocausto (Gn. 8:20).
      • Aunque no se indica explícitamente, los animales que podían comerse a partir de ese momento estaban limitados por la conocida diferencia entre limpios e inmundos (Gn. 7:2; 8:20).
    • Pacto de conservación.
      • ¿Cuál es la parte del hombre en este nuevo pacto?
      • Es un pacto unilateral, un compromiso que Dios se autoimpone. Es un regalo de gracia para la humanidad, que recordamos con cada arcoíris.
      • Ahora, Dios daba una segunda oportunidad a la humanidad, una “nueva creación”. En ese momento, se comprometió a conservar la vida sobre la tierra (Génesis 8:22).

Para meditar:

“Cuando contemplamos esta hermosa escena [el arcoíris], podemos regocijarnos en Dios, al tener la seguridad de que él mismo contempla esa señal de su pacto, y de que cuando él la ve recuerda a los hijos de la tierra a quienes les fue dada. Sus aflicciones, peligros y pruebas no pasan inadvertidos para él. Podemos regocijarnos en esperanza, porque el arco del pacto de Dios está entre nosotros. Él nunca se olvidará de cuidar a sus hijos”. Elena G. White (Nuestra elevada vocación, 4 de noviembre).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España