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Lección 1 para el 2 de julio de 2022: EL CRISOL DEL PASTOR.

El Salmo 23 es, sin duda, el más conocido y el más memorizado de los Salmos. Comienza con una visión: un rebaño paciendo en verdes pastos, junto a aguas tranquilas. Luego, comienza el viaje hacia un destino glorioso. El Pastor me conduce allá a través de sendas de justicia, sin temor en el valle, y confiado ante los enemigos.

  • El Pastor me pastorea. Salmo 23:1-2.

    • La Biblia no deja dudas acerca de la identidad del pastor: Jesús (Jn. 10:14; Heb. 13:20).
    • ¿Qué hace el pastor por nosotros?
      • Isaías 40:11. Nos protege y cuida con ternura cuando somos débiles
      • Ezequiel 34:12. Nos conoce, y nos libra en el día malo
      • Ezequiel 37:24. Nos da normas justas que nos ayudan a vivir correctamente
      • Juan 10:11. Da su vida por nosotros
      • Juan 10:16. Nos une
  • Por sendas de justicia. Salmo 23:3.

    • El rebaño se pone en marcha. El Pastor guía nuestra vida por “sendas de justicia”, es decir, por el camino correcto. ¿Cuál es ese camino?
      • El que conduce al destino correcto: la casa del Pastor, la Nueva Jerusalén.
      • El que nos hace vivir en armonía con los deseos del Pastor.
      • El que nos transforma en personas justas.
    • Podemos tener la seguridad de que Dios nos guiará hasta nuestro glorioso destino, independientemente de que el recorrido sea fácil o difícil.
  • Sin temor en el valle. Salmo 23:4.

    • ¡Qué difícil es confiar en Dios cuando no ves su mano! Cuando te rodea la oscuridad del dolor, el sufrimiento o el miedo, puedes llegar a pensar que Dios te ha abandonado.
    • Por eso, constantemente, Dios nos repite en su Palabra: “No temas”. Nos da la seguridad de que Él está con nosotros, aunque no podamos verle.
    • Podemos tomar aliento y ser guiados con su “vara” y su “cayado” (que podrían representar la Biblia y la Ley).
  • Confiado ante mis enemigos. Salmo 23:5.

    • ¿Pueden los creyentes tener enemigos? ¡Por supuesto! Tanto visibles como invisibles, conocidos como desconocidos (Filipenses 3:18; Efesios 6:12).
    • Sin embargo, cuando nos concentramos en mirar lo que Dios hace a nuestro favor (aderezar mesa, ungirme con aceite y hacer rebosar mi copa), la presencia de nuestros enemigos queda opacada.
    • Cuando estamos con el Pastor, ningún enemigo, visible o invisible, puede robarnos lo que Él nos ha concedido.
  • Hacia un destino glorioso. Salmo 23:6.

    • Al escribir este Salmo, David está seguro de dos cosas:
      1. Que el bien y la misericordia le seguirán, o, mejor dicho, le perseguirán siempre. No importa cuán profundo sea el valle o cuán persistentes sean los enemigos, la certeza de la bondad y el amor inagotables de Dios y la seguridad de su dirección hasta el final de nuestro viaje son incuestionables.
      2. Que, al final, tenemos una morada eterna donde podremos morar en la misma presencia de Dios (Apocalipsis 22:3-4).

Para meditar:

«Satanás tratará de desanimar a los seguidores de Cristo para que no oren ni estudien las Escrituras, y arrojará su odiosa sombra a través del sendero para ocultar a Jesús de la vista, para excluir la visión de su amor y las glorias de la heredad celestial. Se deleita en hacer andar a los hijos de Dios vacilantes, temblorosos, apenados, bajo una duda continua. Trata de hacer la senda tan triste como sea posible; pero si miran hacia arriba, no hacia abajo, a sus dificultades, no desmayarán en el camino, verán pronto a Jesús extendiendo su mano para ayudarlos, y solo tendrán que tenderle la de ustedes con sencilla confianza, y dejar que los guíe». Elena G. White (Mensajes para los jóvenes, pg. 44).

«Como un pastor terrenal conoce sus ovejas, así el divino Pastor conoce su rebaño, esparcido por el mundo. […] Jesús nos conoce individualmente, y se conmueve por el sentimiento de nuestras flaquezas. Nos conoce a todos por nombre. Conoce la casa en que vivimos, y el nombre de cada ocupante. […] Cada alma es tan plenamente conocida por Jesús como si fuera la única por la cual el Salvador murió. […] Cuida a cada una como si no hubiera otra sobre el haz de la tierra». (Elena G. White, El Deseado de todas las gentes, pg. 445).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España