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Lección 3 para el 21 de enero de 2023: EL CONTRATO DEL DIEZMO.

En Malaquías 3:10 Dios propone un contrato con su pueblo: «Traedme los diezmos, y yo os bendeciré».

Pero ¿es este un contrato que atañe solo al pueblo de Israel?

¿Estamos los cristianos, por lo tanto, excluidos de los beneficios de este contrato? En ninguna manera. Por esto es importante que comprendamos cabalmente cómo cumplir nuestra parte en este contrato.

contrato 1

  • ¿Qué es el diezmo?

    • El diezmo es el diez por ciento (10%) de algo. Por ejemplo, el diezmo de 340€ son 34€. Así de sencillo.
    • El diezmo se menciona por primera vez tras la victoria de Abraham y sus aliados contra los reyes que habían tomado cautivos a los habitantes de Sodoma (Gn. 14:17-20).
    • La segunda referencia, la hace Jacob (Gn. 28:20-22). Pablo nos dice que el propio Leví –cuya tribu recibiría posteriormente los diezmos– “pagó el diezmo también” (Hebreos 7:9).
    • La ley acerca de entregar a Dios la décima parte de lo que recibimos es, pues, anterior a las leyes dadas en Sinaí. Por lo tanto, es aplicable a todos los creyentes, y no solo al pueblo judío.
  • ¿Dónde debe entregarse?

    • La Biblia habla de diezmos plurianuales especiales que debían ser repartidos a los pobres (Dt. 14:28-29). Sin embargo, el diezmo regular debía ser entregado SIEMPRE en la tesorería del Templo (Mal. 3:10; Neh. 12:44).
    • Esta tesorería o alfolí era un cuarto especial, adosado al templo, en el que se depositaban los diezmos (2Cr 31:11-12). Cuando la distancia no permitía llevar las ovejas, el grano o los frutos diezmados, se llevaba el importe de ellos (Dt. 14:24-25).
    • En la actualidad, el diezmo se entrega en las iglesias locales, y éstas lo envían a la tesorería de la Asociación, Unión o Misión a la que pertenecen.
  • ¿Para qué se usa?

    • Los diezmos se entregaban para el sostén de los levitas. A su vez, ellos entregaban el diezmo del diezmo a los sacerdotes (Nm. 18:23-26).
    • Los levitas y sacerdotes eran los encargados de todos los servicios religiosos, y se dedicaban a ello a tiempo completo. Por esa razón, actualmente se usan los diezmos para el mantenimiento de los pastores (y obreros laicos) que reciben su salario de la iglesia.
    • Participar en la devolución del 10% de nuestras entradas fortalece además nuestra confianza en Dios, ya que confiamos implícitamente en que Él bendecirá el 90% que nos queda.
  • ¿Qué debe diezmarse?

    • Los “bienes” que diezmó Abraham (Gn. 14:16, 22) se aplican a los animales, la comida y los artículos valiosos (oro, plata, ropa). Estos eran bienes que el patriarca no poseía antes, lo que indica una ganancia. Por lo tanto, el diezmo debe calcularse sobre cualquier ganancia financiera y de activos.
    • En el momento de recibir estas ganancias, debemos apartar nuestro diezmo. Es de Dios, y Él debe ser el primero en nuestra vida. No podemos usar libremente nuestras ganancias hasta que no hayamos cumplido primero nuestro compromiso con Dios.
  • ¿Cómo ser fiel en el diezmo?

    • Repasemos los requisitos del contrato del diezmo:
      • El importe: el 10% exacto de nuestras ganancias. Al rico no se le pide más, ni menos al pobre.
      • Apartar este importe antes de usar las ganancias para cualquier otro propósito.
      • Llevarlo a la tesorería de la iglesia, indicando que se trata de un diezmo, no una ofrenda.
      • Usarlo para el propósito que enseña la Biblia: el sostén de los obreros asalariados de la Iglesia.
    • Demostramos nuestra fidelidad a Dios al cumplir los tres primeros requisitos. El cuarto requisito depende de la fidelidad de los administradores eclesiásticos.
    • Administrar para el Señor es un privilegio y una responsabilidad que conlleva bendición.

Para meditar:

«El plan de Dios en el sistema del diezmo es hermoso por su sencillez e igualdad […] Todos pueden sentir que son capaces de hacer una parte para llevar a cabo la preciosa obra de salvación. Cada hombre, mujer y joven puede llegar a ser un tesorero del Señor, un agente para satisfacer las demandas de la tesorería. […] Que cada uno examine metódicamente sus entradas, que son todas bendiciones de Dios, y separe el diezmo como parte sagrada del Señor. Este fondo nunca debiera ser dedicado a otro uso; debe ser destinado exclusivamente para el sostén del ministerio del Evangelio». (Elena G. White, La fe por la cual vivo, 26 de agosto).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

Revista Adventista de España