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Salir de viaje sin documentación es arriesgarse a tener problemas. ¿Por qué es tan importante tener un documento de identidad? Digamos que tiene que ver con la presentación personal, con aquello que dice de dónde venimos, a qué lugar pertenecemos, y es un elemento clave para otorgarnos permisos en base a esa identidad. Nos habilita para realizar todo tipo de transacciones. No tener documento, es como no existir. Más aún si deseamos visitar otro país o continente.

Eso es importante en este planeta,  y ¿si deseamos salir fuera de él? ¿Es posible eso? ¿Existe un documento interplanetario o intergaláctico? ¿Quién otorga la posibilidad de salir de este planeta y viajar para visitar seres de otros planetas y vivir sin las limitaciones del tiempo?

El libro de Apocalipsis da respuestas a esta inquietud. Vamos a notar de qué forma.

Cómo obtener un Documento de Identidad intergaláctico

Apocalipsis nos transporta a realidades intergalácticas. Ante todo, la oficina de quien da identidad es la que pertenece “al que es, el que era y el que ha de venir” (Ap 1:4, 8), Dios en Cristo. El que posee identidad en sí mismo y la otorga. El otorgamiento de este documento, aunque gratuito, no es fácil de conseguir. Apocalipsis describe la intensa lucha por impedir que se obtenga el Documento de Identidad Intergaláctico (DII), y también informa de que Dios, “el Todopoderoso” está al tanto de ella y controla todo.

Quien impide el proceso es quien “era, y ya no es y está por subir del abismo e ir a la perdición” (Ap 17:8). Es decir, un ser poderoso que perdió su documento de identidad, y que organizó una guerra contra Dios para impedir que otros obtengan identidad eterna.

En medio de las escenas de Apocalipsis que describen esta lucha de poderes, aparecen explicaciones adicionales o paréntesis. En ellos, Dios le dice al apóstol Juan en visión cómo es que otorga ese documento a quienes crean en él. Cada uno de los paréntesis adiciona detalles orientadores sobre cómo obtener la documentación.

Identifiquemos los cuatro paréntesis.

El primer paréntesis: Características y responsabilidades de los que reciben el DII

Este paréntesis se encuentra en la escena de los sellos que, en los cuatro primeros, relata cómo, a lo largo de los siglos, los fieles de Dios fueron perdiendo identidad por el abandono o tergiversación de la Palabra de Dios. El sexto sello anuncia el inicio del juicio final para determinar quienes tienen la verdadera identidad intergaláctica o celestial y quienes no. Los que sienten temor porque no tienen el DII verdadero enfrentan el juicio, y aterrados exclaman: “¿Quién podrá mantenerse en pie?”. Y Dios hace un alto en la escena con la primera explicación o paréntesis antes de la apertura del séptimo sello.

¿Qué respuesta da Dios en el paréntesis?  El paréntesis se divide en dos escenas.

Primera escena

La primera escena (Ap 7:1-8) es un anticipo de la segunda. Aclara que en el último tiempo de la historia en la Tierra, Dios tendrá “siervos”[1] a quienes otorgó el verdadero DII con su sello. Esto quiere decir que podrán desplazarse dentro del reino de Dios que abarca todas las galaxias y más allá. Esto los habilita para “mantenerse en pie” cuando Dios aparezca con sus juicios.

No son pocos. Se expresa con un número simbólico en medio de un escenario simbólico: 144.000.

Este número surge de multiplicar: 12 x 12 x 1.000. Para poder entender su significado, veamos algo sobre expresiones con números en la Biblia.

  1. El significado simbólico del número “12” alude a elección y gobierno divino. Las tribus de Israel son 12, cuando en realidad el Antiguo Testamento menciona más de 12; pero con esto se quiere indicar “gobierno”. También el Evangelio menciona que Jesús eligió 12 apóstoles, aunque había más de doce seguidores o apóstoles. Jesús conformó simbólicamente el nuevo gobierno del reino del Señor que se extendería en la Tierra. Asimismo Jesús aseguró tener 12 legiones de ángeles a su disposición en su gobierno intergaláctico o celestial (Mt 26:53). Apocalipsis hablará de 12 estrellas que coronan a la mujer de la primera señal (Ap 12:1) y que representa el gobierno de Dios en la Tierra.
  2. El número “1.000” significa multitud, gran cantidad (Ex 20:6; Dn 5:10; Sal 90; 1 R 3:4).A veces, se combina este número con otros, como en este caso.

Así, esta combinación de 12 x 12 x 1.000 en el Apocalipsis refiere simbólicamente al pueblo del tiempo final como 144.000. El gobierno de Dios tiene representantes en el tiempo del fin en la Tierra en forma multitudinaria. Asumen la misión de las tribus de Israel del Antiguo Testamento (12) de anunciar el reino de Dios, y también de los apóstoles del Nuevo Testamento (12) con la misma misión, en una gran cantidad (x 1.000). De esta forma, el mensaje de Apocalipsis resalta que el reino de Dios se extenderá en la Tierra a pesar de los obstáculos que les pondrán sus opositores y que la conformará una multitud.

El simbolismo de las “tribus de Israel” resalta la responsabilidad que tienen estos siervos con el documento oficial del universo al final del tiempo. Es continuar con la misma misión de quienes representaron el gobierno de Dios en el Antiguo Testamento, el pueblo de Israel, al ubicarse alrededor del santuario, y en el Nuevo Testamento, la iglesia primitiva, al anunciar el cumplimiento de la promesa mostrada en el santuario. Es decir, deben custodiar la verdad del plan de salvación en Cristo representada en el santuario.[2] Por lo tanto, además de decir el lugar al que pertenecen por identidad, también se aclara su ocupación: anunciar el plan de salvación de Dios ilustrado en el Santuario (Ap 1:6; 1 P 2:9).

Segunda escena

La segunda escena del paréntesis (Ap 7:9-17) responde al clamor del sexto sello. ¡Sí! Son muchos los que estarán en pie ante el trono de Dios representando todas las épocas porque recibieron el DII. ¡Un fruto glorioso del evangelio de salvación!

El segundo paréntesis: Dificultades a superar

Este paréntesis aparece en el escenario de las 7 trompetas. Se encuentra entre los dos últimos ayes de las trompetas sexta y séptima (Ap 10:1-11:18) cuando el conflicto por obtener el control de la Tierra está llegando a su clímax. Dios explica a quienes les otorgó identidad que él estará obrando para que la persecución contra su verdad no tenga éxito.

Se le pide a Juan que lo ilustre en forma profética en dos escenas. Los que recibieron su DII tendrán que sortear algunas dificultades.  

Primera escena

En Ap 10 aparece la primera dificultad. Esta escena es posterior en tiempo a la que sigue. Relata que, cuando los “siervos” de Dios con el DII predican con entusiasmo las buenas nuevas de la salvación indicadas en la profecía, algo falla. Por eso, el ángel le dice a Juan que el libro sería dulce en la boca, pero amargo en el vientre. ¿Por qué? Veamos la explicación de lo que acontece en el tiempo antes de esta escena cuando se describe la segunda dificultad.

Segunda escena

Ap 11 describe una dificultad importante. El mensajero celestial explica a Juan que se debe entender adecuadamente el mensaje a difundir sobre el plan de salvación anunciado en el santuario. Se lo indica con la orden de medir el templo, el espacio del santuario que representaba la obra de Cristo en el cielo (Ap 11:1).  No el patio exterior. Este lugar simbolizaba el espacio en que moriría el Mesías durante su ministerio en la Tierra. Ese lugar era de los hombres. Dios dejaría que imperara esta guerra por lograr el gobierno de la Tierra por 42 meses o 1260 días-años  (Ap 11:1-2).[3]  Este proceso se denomina como “entregado a los gentiles”. Durante ese período, los dos testigos que representan la Palabra de Dios, serían maltratados (11:3-12). Pero Dios obraría para que “resuciten” y se pueda seguir anunciando con poder las instrucciones de cómo obtener el verdadero DII, sin más impedimentos.

Esta escena nos dice que Dios se encargaría de restaurar la verdad sobre su reino y su salvación. Los hombres intentaron destruir por siglos este conocimiento (42 meses o 1260 días-años). Es importante que sus “testigos” resuciten para que se siga anunciando que Dios pronto acabará con el conflicto (Ap 11:3-14). Es decir, el fin de la lucha por el gobierno de la Tierra y el universo.

Ahora se puede entender mejor el primer problema. Fue un producto de la segunda dificultad, La Palabra de Dios sufrió durante muchos siglos maltrato e interpretación incorrecta. La Iglesia Adventista ha considerado que el problema descrito en Ap 11 hace alusión directa al período correspondiente a las primeras décadas del siglo XIX, al final de los 1260 años de la profecía. Allí hubo un gran despertar producto del estudio de las profecías de Daniel y Apocalipsis en el mundo. En Estados Unidos se produjo un gran despertar religioso con la predicación de Guillermo Miller sobre el santuario y las profecías. Pero no lograron interpretar bien algunos detalles, y el dulce mensaje se tornó en un amargo chasco que derivó en un reestudio de las profecías.

Los “siervos” con el DII debían volver a predicar el mensaje comprendiendo mejor la salvación operada por Cristo en las figuras del santuario. La identidad de los 144.000 tendría que estar bien fundada en el “manual” de los “testigos” de Dios, es decir, la Biblia. Debían entender bien la obra de Cristo en el santuario celestial.

Tercer paréntesis: El anuncio final

¿Cuál es entonces el mensaje final del ministerio de Cristo en el santuario celestial que deben anunciar los que llevan el DII de Dios? El tercer paréntesis lo explica (Ap 14). Aparece entre la segunda (Ap 12:3) y la tercera señal (Ap 15:1). Las primeras dos señales describen la intensidad de la lucha de siglos entre los que tienen el verdadero DII (los descendientes de la mujer) y los que tienen el falso (los descendientes del Dragón). Y antes de que Dios aparezca con sus juicios para separar los verdaderos documentados de los falsos, aparece el tercer paréntesis. Está dividido en tres escenas.

Primera escena

La primera escena es un anticipo (Ap 14:1-5) que resulta de las dos escenas siguientes (Ap 14-6-11 y 14:14-20). Da un mensaje de esperanza en medio de las descripciones de conflicto entre las dos primeras señales de Ap 12 y 13. Los que tienen el DII otorgado por Dios, los 144.000 (Ap 14:1-5), se encuentran disfrutando de su destino final después de completar su tarea. Han seguido al Cordero, porque entendieron finalmente su ministerio en el Santuario Celestial. Pero ¿cómo? ¿Cuándo ocurre esta escena? Esta escena ocurre al terminar los juicios de Dios. Esto es típico del libro de Apocalipsis. Anticipa el futuro, antes de contar cómo se llegó a él. Avanza en el tiempo o retrocede. Hay que descubrir estos detalles para no enredarnos en la interpretación.

Segunda escena

Parece que estos “siervos” del tiempo del fin pudieron dar certeramente el mensaje que tuvieron que estudiar mejor, según lo relatado en el paréntesis anterior.

¿Cuál es el contenido del último mensaje de Dios antes del fin del conflicto cósmico?  Es cómo se logra obtener el verdadero DII. La verdadera identidad  (Ap 14:6-11) está en contraste con la falsa que otorgan los representantes de la triple serie de “6” (Ap 13:18). Por muchos siglos, esta alianza intentó impedir el acceso a la obtención de una verdadera identidad al oscurecer las instrucciones de la Palabra de Dios.[4] Veamos las instrucciones para obtener el DII:

  1. A quién pedir el documento. Esto es clave. No podemos ir a cualquier lugar para obtenerlo. El Dragón y sus bestias pretenden entregar también una identidad. Pero es falsa. Además se dice que obliga a todos a tenerla (Ap 13:4, 8, 12). En cambio, Dios invita a recibir la identidad verdadera. Dios como Creador y Juez, otorga el documento real. Pero advierte de los requisitos a completar para obtener el documento. No es obligatorio, pero sí decisivo para el futuro de los que deseen poseer este pase intergaláctico. Uno de esos requisitos es reconocer quien es el que otorga la verdadera identidad y salva a los seres humanos de su situación en el conflicto cósmico (Ap 11:1).
  2. Una cuestión de autoridad y poder. El Dragón pretende autoridad imponiendo a la fuerza su falsa identidad (Ap 12:5, 13-15), pero Dios también es poderoso. Lo manifestará destruyendo la sede del Dragón, simbolizada como Babilonia (Ap 14:8).
  3. El sello. El documento debe tener el sello correcto. La marca del Dragón es el falso (Ap 3:16-17) y el sello de Dios el correcto (Ap 14:9-11). Si el documento no tiene el sello apropiado, no se podrá obtener el pase intergaláctico y la vida eterna.

Tercera escena

La tercera escena es el final de todo el conflicto: la tercera venida de Cristo. Probablemente te preguntes: ¿por qué no de la segunda? Pues, porque la tercera venida es la que concluye el proceso final de revisión de la documentación. Los que no obtengan el pase, serán eliminados junto con los que inventaron la falsa documentación. Serán arrojados al “lagar”. Un escenario similar al descripto en Ap 19:20-21; 20:10. Esta escena presenta el resultado final de haber escogido documentos de identidad verdaderos o falsos.

Cuarto paréntesis: A quienes anunciar

Este paréntesis se encuentra en la explicación posterior a la caída de las copas de la ira o tercera señal. Ap 17 y 18 describen dos escenas. La primera contiene más detalles de cómo identificar a los que otorgan el falso documento de identidad (Ap 17). Y la segunda escena (Ap 18) es la indicación específica de que los 144.000 deben extender la invitación directa de Dios para recibir la verdadera identidad a todos los que se encuentran confundidos respecto del carácter de Dios y su mensaje por la acción de Babilonia y sus adeptos (Ap 17). El paréntesis presenta una cariñosa invitación de Dios, “Salid de ella pueblo mío”. Dios desea otorgar el verdadero DII y la vida eterna.

Con el documento en mano

Hasta aquí vimos que Dios es el que otorga el verdadero DII a sus siervos. Dios es el que tiene el verdadero sello para hacerlo. Con este documento, sus siervos están habilitados para obtener en la Palabra de Dios el más profundo conocimiento sobre este pase gratuito de Dios a la eternidad. Es operada por Cristo y su salvación en el santuario. Solo hay que aceptar su amorosa invitación a recibirlo y reconocerlo como el Creador del universo y el único que posee identidad para otorgarla. Los que reciben este verdadero documento tienen también la misión de difundir cómo recibirlo.

Recordemos, el documento es otorgado por gracia. Cualquier inconveniente para conseguirlo es nada en comparación con el valor que confiere al que lo obtiene, a saber, la vida eterna en un universo libre del conflicto que conocemos hoy.

No hay que esperar. Se puede obtener ya y sin demora. Poseer el DII habilita para visitar y vivir en un universo libre de las restricciones del espacio y el tiempo en el nuevo futuro cercano junto a otros seres creados por Dios. Y también habilita a Dios para obrar una transformación en los que tienen esta identidad que los distinguirá hasta el fin de la historia (Ap 12:17) y más allá.

 

[1] El pueblo de Israel es considerado de esta forma según varios pasajes del Antiguo Testamento. Por ejemplo, véase Lv 25:42, 55; Dt 9:27; 32:36, 43.

[2] Véase el análisis del símbolo que alude  al orden que tenían las tribus alrededor del santuario (Nm 2; Eze 48)  para difundir su verdad entre todos los pueblos en Silvia Scholtus, “Los 144.000 en el plan de salvación”, Theologika 29, nº 1 (2014): 36-81. Sitio Web: https://www.teologia.edu.pe/index.php/theologika; y también https://www.academia.edu/12369970/Los_144.000_en_el_plan_de_salvaci%C3%B3n.

[3] Ambas fechas proféticas refieren al mismo período y se contabiliza como días-años. Los 42 meses dan como resultado 1260 días-años. Multiplicar 42 meses x 30 días de cada mes lunar = 1260.

[4] Esto lo habían anticipado las escenas proféticas de los sellos, las trompetas y las señales (Ap 6, 8-9 y 13).

 

Por Silvia C. Scholtus. Dra. en Teología, Nuevo Testamento. Universidad Adventista del Plata. Centro Histórico Adventista de Argentina

 

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