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10 días de oración 2023. Día 1 – ¿Dónde estás?

«Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?» (Génesis 3: 9)

La pregunta más importante

¿Existe una pregunta más inquisitiva que la que Dios dirigió al recién caído Adán? Dios, por supuesto, sabía exactamente dónde estaban Adán y Eva. Él es omnisciente (todo lo sabe), así que Dios realmente estaba preguntando: «Adán, ¿sabes dónde estás?», que podríamos traducir como: «sabes en lo que te has metido?». La respuesta a aquel «donde estás» podría ser: «perdido».

Adán y Eva habían desobedecido a Dios (Génesis 3, 4) y su desobediencia creó una brecha, una ruptura en lo que hasta entonces había sido una relación perfecta entre Dios y su máxima creación. El lugar donde Dios se había reunido con ellos en todos los días anteriores estaba vacío ese día. «¿Dónde estás?» No donde deberían. Los primeros rostros creados no sonrieron a su Creador ese día. Los brazos que Él había formado de arcilla no lo envolvieron ese día. Los corazones, cuyos latidos a menudo se habían sincronizado con los suyos, estaban extrañamente distantes, casi silenciosos ese día.

No es suficiente

Elena G. White comenta, «Satanás hizo creer a la santa pareja que ellos se beneficiarían violando la ley de Dios. ¿No oímos hoy día razonamientos semejantes?» (Historia de los Patriarcas y Profetas, p. 38.1). Adán y Eva cometieron el error de escuchar al diablo, y éste les convenció de que lo que Dios les ofrecía no era suficiente, que la comunión con Dios en una relación estrecha y de confianza no era suficiente.

En un instante, el clima templado y suave del Edén ahora «pareció enfriar los cuerpos de la culpable pareja. El amor y la paz que habían disfrutado desapareció, y en su lugar sintieron el remordimiento del pecado, el temor al futuro y la desnudez del alma. El manto de luz que los había cubierto desapareció, y para reemplazarlo hicieron delantales; porque no podían presentarse desnudos a la vista de Dios y los santos ángeles». (p. 57). El pecado había cambiado la condición espiritual de las únicas criaturas del Edén con las que Dios había compartido su imagen. De hecho, había destrozado la imagen de Dios en ellas.

Un tiempo para orar

Desde la relación rota de Adán y Eva con Dios hasta la actual avalancha de lazos rotos que vemos grabados en los rostros de todo el mundo, quizá no haya nada más importante por lo que orar que por un retorno al lugar donde Dios nos espera. Puede que hayan pasado milenios, pero las mentiras que hundieron a Adán y Eva no han cambiado. Satanás sigue afirmando que Dios nos oculta algo, que no se puede confiar en Él, que no es suficiente.

Este mensaje es especialmente atractivo en una era digital obsesionada con la tecnología, en la que más aparatos y conexiones prometen un tipo de nirvana espiritual, un estado superior en el que controlemos nosotros nuestro destino en lugar de inclinarnos ante el Dios que nos hizo. Ahora es el momento de rechazar las mentiras de Satanás y volver a Aquel que nos ama con un amor eterno, volver a Aquel que nos atrae a su lado con su amorosa bondad (Jeremías 31:3). ¡Oremos juntos!

Tiempo de oración (30–45 minutos)

Una promesa poderosa

«Es algo maravilloso que podamos orar eficazmente; que seres mortales indignos y sujetos a yerro posean la facultad de presentar sus peticiones a Dios. ¿Qué facultad más elevada podría desear el hombre que la de estar unido con el Dios infinito? El hombre débil y pecaminoso tiene el privilegio de hablar a su Hacedor. Podemos pronunciar palabras que alcanzan el trono del Monarca del universo. Podemos hablar con Jesús mientras andamos por el camino, y él dice: Estoy a tu diestra». (Ellen G. White, La oración, p. 7)

Todos los grupos de oración tienen diferentes maneras de orar juntos. Te animamos a que pases los próximos 30-45 minutos en oración conjunta, de la manera en que el Espíritu Santo te inspire. A continuación, se presentan algunos ejemplos de cómo orar a través de las Escrituras. También puedes orar a través de otros pasajes.

Oración a través de la Palabra de Dios — Jeremías 24:7

«Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón.”

«Yo seré su Dios»
Dios, gracias por venir a buscarnos cuando hemos hecho cosas que rompen nuestra relación contigo. Gracias por amarnos con un amor que dura para siempre y por atraernos constante, consistente y llamativamente a tu lado cada momento de cada día. Gracias, Dios, por un amor que aún busca a los pecadores. Amén.

«Con todo el corazón»
Precioso Jesús, te agradecemos por la promesa de un corazón reavivado, un corazón que busca a Dios y lo espera en épocas de carencia y en épocas de abundancia. Te pedimos que cumplas tu promesa de un nuevo corazón con un nuevo afecto por ti. Amén.

«Serán mi pueblo»
Dios, nos sorprende que nos reclames como tuyos después de que te hayamos abandonado. Gracias por cubrirnos con la vida perfecta de Jesucristo y darnos un nuevo nombre (Apocalipsis 2:17). Amén.

Más sugerencias de oración

  • Agradecimiento y alabanza: Dad gracias por las bendiciones específicas y alabad a Dios por su bondad.
  • Confesión: Dedicad unos minutos a la confesión privada y a agradecer a Dios su perdón.
  • Guía: Pedid a Dios sabiduría para los desafíos y decisiones actuales.
  • Nuestra iglesia: Orad por las necesidades de la iglesia regional y mundial (ver la hoja separada con los pedidos).
  • Pedidos locales: Orad por las necesidades actuales de los miembros de la iglesia, la familia y los vecinos.
  • Escuchar y responder: Dedicad tiempo a escuchar la voz de Dios y responded con alabanzas o cantos.

Sugerencias de alabanzas

Himnario adventista: Dulce oración (#376); Bajo sus alas (#411); Oh que amigo nos es Cristo (#378); Jesús es mi vida (#434); Más cerca oh, Dios de ti (#446)

Otras alabanzas: Cambia mi corazón, Dios; Te amo, Dios

Autor: Dwain N. Esmond, Ph. D (estudiante), es autor, editor y ministro ordenado. Sirvió como vicepresidente de servicios editoriales para la Review and Herald Publishing Association antes de unirse al Patrimonio de Elena G. White en 2015 como director/editor asociado. Ha dirigido varias publicaciones, incluyendo 11 años como editor de la antigua revista juvenil Insight Magazine.

Revista Adventista de España