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gripeCuando se trata de manejar los síntomas de la gripe, algunos de los mejores consejos provienen de remedios tradicionales que quizá ya conozcas. Según Karen Studer, doctora y directora del departamento de medicina preventiva en Loma Linda University Health, mantenerse hidratado y descansar lo suficiente siguen siendo estrategias fundamentales para la recuperación.

Studer recomienda varios consejos para aliviar los síntomas:

  • Dormir: Prioriza el descanso para permitir que tu cuerpo se recupere.
  • Paracetamol: Usa este medicamento de venta libre para reducir la fiebre.
  • Miel: Una cucharada de miel puede aliviar la tos. (No se debe dar miel a niños menores de un año.)
  • Irrigación nasal con solución salina: Usa un spray salino o una lota nasal para limpiar los senos paranasales. Sigue cuidadosamente las instrucciones para evitar introducir bacterias y asegúrate de desinfectar correctamente la lota nasal.
  • Pastillas de zinc: Investigaciones iniciales sugieren que las pastillas de zinc podrían ayudar a reducir la duración del resfriado si se toman al inicio de los síntomas.
  • Vitaminas C y D: Consumir frutas ricas en vitamina C, como naranjas, puede aportar nutrientes beneficiosos. Studer advierte contra los suplementos o infusiones de vitamina C fuera de entornos hospitalarios, señalando posibles complicaciones y una eficacia limitada.
  • Reducir el consumo de azúcar: Los azúcares refinados pueden suprimir el sistema inmunológico y retrasar la recuperación.

Studer también aconseja precaución al usar medicamentos de venta libre para la congestión o la supresión de la tos, especialmente en niños. Además, señala que remedios como la equinácea y el saúco no han demostrado beneficios consistentes para los síntomas del resfriado o la gripe.

Cuándo buscar atención de emergencia

Aunque la mayoría de los casos de gripe pueden manejarse en casa, ciertos síntomas requieren atención médica inmediata.

En adultos:

  • Dificultad para respirar, dolor en el pecho o sibilancias severas que no mejoran con medicación.
  • Fiebre superior a 39,4 °C que no responde a medicación.
  • Vómitos o diarrea persistentes que conducen a deshidratación.
  • Mareo repentino, confusión, dolor de cabeza severo o rigidez en el cuello.
  • Signos de una infección bacteriana secundaria, como un empeoramiento repentino de los síntomas tras una mejoría inicial.
  • Piel, labios o uñas azulados o grises.

En niños:

  • Fiebre de 38 °C o más en bebés menores de tres meses.
  • Respiración rápida o dificultosa en niños pequeños, indicada por aleteo nasal o movimientos del abdomen al respirar.
  • Fiebre alta (40 °C o más) que dura más de tres días.
  • Signos de deshidratación, como boca seca, ausencia de lágrimas o menos pañales mojados.
  • Letargo, irritabilidad o dificultad para despertarse.
  • Convulsiones, vómitos persistentes, dolor severo de oído o erupción acompañada de fiebre.

Los pacientes que hayan estado expuestos a enfermedades contagiosas graves, ya sea por viaje o contacto cercano, también deben considerar buscar atención médica.

Errores comunes y medidas preventivas durante la temporada de gripe

Según Studer, un error común es consumir alimentos de mala calidad, como azúcares refinados y comida rápida, lo que puede retrasar la recuperación. Además, no descansar lo suficiente puede empeorar los síntomas y prolongar la enfermedad.

Para minimizar el riesgo de síntomas graves o complicaciones, se enfatizan los siguientes pasos preventivos:

  • Lavado de manos: Lavarse las manos de manera regular y exhaustiva sigue siendo la mejor defensa contra la propagación de los virus de resfriado y gripe.
  • Uso de mascarillas: Las personas mayores o con sistemas inmunológicos debilitados pueden usar mascarillas en espacios públicos concurridos para una protección adicional.
  • Hábitos saludables: Dormir lo suficiente, manejar el estrés, comer alimentos nutritivos y hacer ejercicio regularmente fortalecen el sistema inmunológico y lo ayudan a funcionar de manera óptima.

Si a pesar de todo el malestar continúa, es necesario acudir al centro de salud para la evaluación de un profesional médico.

Autora: Molly Smith, Loma Linda University Health y Adventist Review. Traducción de Esther Azón, coeditora de revista.adventista.es
Imagen: Shutterstock

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