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Lección 5 para el 4 de febrero de 2023: CÓMO AFRONTAR LAS DEUDAS.

El hecho de no tener suficiente dinero efectivo para afrontar un gasto provoca que las personas pidan prestado y, por tanto, contraigan deudas.

Pero las deudas no son un problema nuevo. El Antiguo Testamento ya contiene diversas historias de personas que se endeudaron por distintas razones. Incluso Jesús nos dejó parábolas sobre este tema. Por ello, la Biblia contiene consejos prácticos sobre economía y finanzas.

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  1. Las deudas:

    • El origen de las deudas.

      • En tiempo de Nehemías, algunos se habían endeudado para poder alimentar a su numerosa familia (Nehemías 5: 2); otros porque sus cosechas no habían dado suficiente fruto (Nehemías 5: 3); otros para poder pagar los tributos (Nehemías 5: 4).
      • ¿Cuáles son las motivaciones que llevan a las personas a endeudarse en la actualidad?
        1. Por ignorancia. Muchas personas ignoran los principios bíblicos y seculares acerca de la administración financiera.
        2. Por egoísmo. Desean tener más, o satisfacer necesidades egoístas.
        3. Por desgracia o necesidad. A causa de accidentes o circunstancias sobrevenidas; o de gastos necesarios que superan la capacidad económica presente.
    • ¿Son pecado las deudas?

      • Las deudas en sí mismas no son pecado. Pero, en ocasiones, el origen de las deudas puede ser debido a un problema de origen pecaminoso:
        1. Avaricia y usura (Col. 3:5; Ezequiel. 18: 10-13)
        2. Codicia (1 Tim. 6: 9; 1 Juan. 2: 15)
        3. Engaño y fraude (Sal. 101: 7; Mal. 3: 5)
        4. Amor al dinero (1 Tim. 6: 10)
        5. Infidelidad en diezmos y ofrendas (Mal. 3: 7-10)
      • Cuando el origen de una deuda es de este tipo, debemos buscar primeramente el perdón divino, y su ayuda para abandonar el pecado.
      • Dios quiere vernos libres de deudas. Por ello nos da consejos sabios en su Palabra. Entre ellos, destaca la orden de poner en primer lugar nuestra fidelidad a Dios, devolviendo nuestros diezmos y ofrendas.
    • Cómo quitar las deudas.

      • Si tienes deudas, procura librarte de ellas lo antes posible, antes de llegar a no poder pagarlas.
      • Tu fidelidad y compromiso con Dios te ayudarán a ello. Por eso, en primer lugar, no dejes de ser fiel a Dios en tus diezmos. Además, sigue estos pasos:
        1. Primer paso: No contraigas más deudas bajo ningún motivo.
        2. Segundo paso: Cuando Dios te bendiga y recibas dinero extra, no lo gastes. Úsalo para reducir tu deuda.
        3. Tercer paso: Ordena tus deudas de mayor a menor.
          1. Céntrate en la deuda menor, y cancélala con pagos extra.
          2. Cuando esté cancelada, usa el dinero que pagabas por ella para cancelar con pagos extra la siguiente deuda. 
          3. De esta forma, dispondrás cada vez de más dinero para cancelar las deudas mayores.
  2. Otros problemas financieros:

    • Avales y atajos financieros.

      • Dios no quiere que sus hijos se hagan responsables de las obligaciones de deuda de los demás (Prov. 6: 1-5 NVI), ni siquiera de las deudas de los pobres o de los necesitados.
      • Podemos ayudar a pagar las deudas a los necesitados, si está en nuestras manos hacerlo (Prov. 3: 28). Pero en ningún caso debemos responsabilizarnos de su deuda, o avalarla.
      • Otro problema puede venir del deseo de obtener ganancias rápidamente (Prov. 28: 20; 1 Tim. 6: 9). Muchas de estar formas pueden ser fraudulentas (como estafas piramidales), o excesivamente arriesgadas (que pueden provocar el colapso financiero). Seamos prudentes.
    • Préstamos.

      • En la ley mosaica, Dios reconoció la realidad de la concesión de préstamos, pero limitó el endeudamiento entre israelitas a siete años (Deut. 15:1-5).
      • Pedir un préstamo debería ser una solución extrema e ineludible. Ejemplo de ello puede ser la adquisición de una casa, u otras posesiones, cuyo precio excede al dinero efectivo, o al que podamos ahorrar en un tiempo breve (y que sean realmente necesarias).
      • En estos casos, debemos buscar las mejores soluciones posibles (menor interés, pedir el mínimo que necesites, …)

Para meditar:

«Haga un pacto solemne con Dios, prometiendo que mediante su bendición pagará sus deudas y luego a nadie deberá nada, aunque viva solamente de gachas y pan. Resulta muy fácil al preparar la mesa para la comida, sacar de su cartera y gastar veinticinco centavos en cosas extras. Cuide los centavos y los pesos se cuidarán solos. Son los centavos aquí y los centavos allá gastados para esto, aquello, y lo de más allá, que pronto suman pesos. Niéguese a complacer el yo, por lo menos mientras está asediado por las deudas». (Elena G. White, Consejos sobre mayordomía cristiana, pg. 271).

Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática

 

Revista Adventista de España