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Los salmos y la justicia

Los salmos tienen, en general, un realismo que contrasta con la forma en que mucha gente vive la religión. No están llenos de campos comunes ni de frases hechas, sino de expresiones genuinas de personas que de verdad buscan una relación con Dios sin las mediaciones de conceptos culturales o estereotipos invalidantes. El autor del Salmo 5 le pide a Dios: “Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; endereza delante de mí tu camino” (Salmo 5:8)

El autor de estas palabras sabe muy bien que es una tentación grande que cuando los enemigos nos acechan olvidemos la justicia de Dios y decidamos hacer justicia por mano propia. Es muy común ver a personas que se dicen cristianas actuando de manera poco apropiada cuando son atacados o maltratados. Es horrible ver, por una parte a profesos cristianos, asistir a iglesias y expresar convicciones de fe, y por otro lado, actuar de la peor manera cuando se enfrentan a situaciones conflictivas o enemigos reales o ficticios.

La justicia de Dios

El salmista sabe de lo que habla. Ha sido perseguido, maltratado, injuriado y difamado por enemigos que lo son, simplemente, por lo que él representa, y por lo que ha decidido como acción de vida. La tentación de obrar de la misma manera en que actúan los enemigos, es grande, pero entiende que ese no es el camino. ¿Por qué? ¿Qué ha aprendido el salmista que sigue siendo válido hoy?

Primero es importante preguntarse ¿cómo obra Dios? La evidencia bíblica muestra que siempre lo hace con justicia. No actúa de otra manera que no sea apegado a derecho y obrando de una manera apropiada. Por eso que es tan desconcertante cuando alguien creyente, busca hacer justicia con métodos inapropiados, eso no es de factura divina, y los resultados a largo plazo suelen ser desastrosos. Dios actúa siempre ligado a principios y no a emociones. No busca venganza sino justicia, que es algo muy diferente a lo que ocurre en la mente de muchas personas.

Nuestra confianza está en Dios

Dios espera que en todo obremos apegados a su voluntad. Que entendamos que él no obra de modo que su carácter sea denigrado o falsamente representado. No podemos apelar a Dios y a la vez, actuar de maneras inapropiadas. Quien sigue a Dios, busca el camino de Dios, así de simple, no hay segundas interpretaciones en eso. Por eso el salmista ruega a Dios: “endereza delante de mí tu camino”, en otras palabras, muéstrame derecho el camino tuyo, no el mío, dime cómo debo actuar, señálame la manera apropiada de actuar. Una manera humilde de reconocer que no se tienen todas las respuestas y que Dios, en su infinito poder tiene el cuadro completo. La vía del discernimiento, es la única forma en que el ser humano puede lograr entender la voluntad divina.

Muchos cristianos a través de la historia se han visto en la disyuntiva de seguir la forma de actuar de los no creyentes, que a veces, parece dar resultados, u optar por la manera de Dios, que en ocasiones parece ser más lenta, pero a la larga, produce mejores resultados.

Actuar con justicia

No hay otra manera. Buscar el derecho; obrar conforme a lo que es justo; actuar sin dobles intenciones; mostrarse tal como se es, sin temor a ser engañado. Porque quien engaña a un hijo de Dios, en el fondo, está creyendo que engaña a Dios. Pero Dios nunca, por ninguna razón, puede ser burlado y sus hijos, son la niña de sus ojos que él protege. ¿Por qué preocuparse entonces?

Aunque los resultados no sean inmediatos, actuar apegado a derecho siempre será la mejor opción, especialmente, si alguien cree en un Dios justo que no se deja enredar por emociones parciales o situaciones momentáneas.

Dr. Miguel Ángel Núñez. Pastor adventista ordenado. Doctor en Teología Sistemática; Licenciado en Filosofía y Educación; Orientador familiar. Ha escrito 60 libros y muchos artículos. Varios de sus libros han sido traducidos al ruso, inglés, portugués, rumano y se preparan ediciones en francés y búlgaro. Ha sido profesor universitario en Chile, Argentina, Perú y México. Consejero matrimonial y conferencista internacional. Reside en España.

Foto: niu niu en Unsplash

 

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