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A la vez que Lutero entregaba la Escritura en alemán a su gente, Tyndale era impulsado por el Espíritu a hacer lo mismo en Inglaterra. Convencido de que el pueblo solo podría abandonar el error mediante el conocimiento de la Biblia, se propuso hacer de la traducción del libro el gran objetivo para su vida. Un doctor papista le dijo: “Mejor sería para nosotros estar sin la ley de Dios que sin la del Papa” a lo que Tyndale contestó que su misión sería la de no permitir que pasaran muchos años antes que “un muchacho que trabaje en el arado” supiese más Biblia que ese doctor.
Tyndale tradujo la Biblia, y esta circuló por toda Inglaterra
Expulsado de Inglaterra, pudo acabar su obra de traducir el Nuevo Testamento en Alemania. Concretamente en Worms, donde Lutero había defendido la verdad del Evangelio, Tyndale publicó tres mil ejemplares del Nuevo Testamento. La Biblia traducida circuló por toda Inglaterra y Tyndale, entregado a sus enemigos por traición, pagó tal hazaña con su propia muerte en el martirio.
El gran principio que sostenían todos estos reformadores era la infalible autoridad de las Santas Escrituras como regla de fe y práctica. En una época donde los papas, los concilios y los reyes dominaban a su antojo las conciencias, la enseñanza de estos reformadores era una revolución sin precedentes. En Escocia, donde el papado se había establecido con fuerza durante cuatro siglos, los fuegos de las hogueras se convirtieron en púlpitos donde la fe reformada fue proclamada con poder.
Destacó Juan Knox al que los enemigos de la reforma no pudieron vencer ni con el engaño de los halagos ni intimidarlo con la presión de las amenazas. Oró y peleó las batallas del Señor hasta que Escocia quedó libre del papado.
Inglaterra acepta el protestantismo pero lo deforma
En Inglaterra el protestantismo fue adoptado como la religión nacional. Se rechazó al papa, pero se entronizó al monarca como la cabeza de la iglesia. Se suprimieron algunas doctrinas católicas, pero se retuvieron muchas formas de culto. Lamentablemente, “el gran principio de la libertad religiosa todavía no era entendido… y se exigía de todos que aceptaran las doctrinas y observaran las formas de culto prescritas por la iglesia establecida”.
Las cárceles inglesas volvieron a llenarse de aquellos que, por ser fieles a la conciencia, fueron perseguidos y privados de libertad. Desde una de esas celdas, Juan Bunyan escribió el viaje del peregrino como alegoría del camino del creyente a la patria celestial; libro cuya inspiración acompañaría a partir de ese momento a miles de creyentes que se han identificado con su contenido.
Los hermanos Wesley enseñan la justificación por la fe
Cien años más tarde llegaría un periodo de clara decadencia espiritual, en una Inglaterra reformada pero que había perdido de vista la enseñanza de la justificación por la fe. Había colocado en su lugar las enseñanzas católicas de confiar en las buenas obras para obtener la salvación. En ese momento surgió el ministerio de los hermanos Wesley.
Practicante de la religión oficial de Inglaterra, Juan Wesley no encontraba la paz que la abnegación, las censuras y los actos de humillación religiosa deberían otorgarle. Viajó a América como misionero y durante el viaje quedó muy impresionado por el comportamiento cristiano de los moravos (comunidad evangélica luterana de Alemania). Ellos le ayudaron a entender que Cristo, solo Cristo, era suficiente para su salvación. Solo Jesús quita los pecados y libra de la muerte. Wesley se propuso dar a conocer esta verdad por todas partes practicando una religión de “abnegación y rigor, ya no como base sino como resultado de la fe; no como raíz sino como fruto de la santidad”.
Nacimiento de los metodistas
Por esa práctica religiosa abnegada y comprometida, Wesley y sus simpatizantes fueron llamados “metodistas”. En la actualidad es una de las mayores denominaciones protestantes en Inglaterra y Norteamérica. En aquel tiempo los metodistas soportaron ridículo y persecución, tanto por parte de los miembros de la iglesia establecida como de gente irreligiosa excitada por las calumnias inventadas. “Se organizó una persecución sistemática contra gente cuya única falta consistía en que procuraban apartar a los pecadores del camino de la perdición y llevarlos a la senda de la santidad”. En un ministerio itinerante que ocupó gran parte de los 80 años que vivió, Wesley afrontó muchísima oposición y peligros varios, pero pudo ver como el número de sus seguidores “sumaban más de medio millón de almas”.
Sus enseñanzas sobre pureza y santidad han ayudado a multitudes de personas a vivir una experiencia más rica y profunda y, por esto podemos decir con gozo que los resultados de la vida consagrada de Wesley se verán en la eternidad.
Autor: Óscar López. Presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España.