Lección 8 para el 19 de noviembre de 2022: LA ESPERANZA DEL NUEVO TESTAMENTO.
Pablo llama a la Segunda Venida de Jesús la «esperanza bienaventurada» (Tito 2: 13). El Nuevo Testamento está repleto de referencias a este gran evento.
Esta esperanza está íntimamente ligada con la resurrección y la vida eterna con Jesús. No obstante, con el tiempo, la cristiandad ha perdido de vista la Segunda Venida y lo que ella conlleva. ¿Qué dudas se plantean actualmente acerca de estos temas?
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¿Desesperanzados?
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- La única vida después de la muerte que Pablo conocía comenzaba a partir de la resurrección. Por eso, él lo tenía muy claro: si no hay resurrección, no hay esperanza alguna para los que ya han muerto (1 Cor. 15: 16-18).
- Nuestra esperanza no está en esta corta vida. Gracias a Jesús, nos espera una vida eterna sin pecado. Si perdemos de vista esa meta, lo perdemos todo.
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¿Cansados de esperar?
- Antes de ascender al Cielo, Jesús prometió que regresaría (Juan. 14: 1-3). Es la última promesa registrada en la Biblia (Apoc. 22:20). Sin embargo, ya han pasado casi dos mil años. ¿Estás cansado de esperar?
- Cuando Jesús venga, habrá pasado solo un instante desde la última vez que hayamos cerrado nuestros ojos. Piensa en Adán y Eva. Para ellos, Jesús no demora seis mil años, ya que no son conscientes del paso del tiempo.
- No sabemos cuándo vendrá exactamente, pero vendrá.
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¿Somos inmortales?
- En la sinagoga de Capernaúm, Jesús destacó tres conceptos básicos en cuanto a la vida eterna:
- Él es pan que “da vida al mundo” (Juan 6: 33)
- La vida eterna se obtiene creyendo en Él (Juan 6: 35)
- La vida eterna se concede en la resurrección (Juan 6: 39-40, 44, 54)
- Incluso los que creemos en Jesús (y, por tanto, tenemos vida eterna) estamos sujetos a la muerte. Solo recibiremos la inmortalidad cuando resucitemos (1 Cor. 15: 52-53). Esto implica que los que no creen en Jesús tampoco son inmortales, ni lo serán jamás.
- La inmortalidad es un don que se concede a los que ahora se alimentan del «pan vivo» (Juan. 6: 51)
- En la sinagoga de Capernaúm, Jesús destacó tres conceptos básicos en cuanto a la vida eterna:
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¿Necesitamos resucitar?
- Pablo quiere que los tesalonicenses conozcan la realidad acerca de «los que duermen» (1 Tes. 4: 13).
- Los que defienden la inmortalidad del alma, sostienen que la expresión «traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él» (1 Tse. 4: 14) implica que los santos muertos vendrán con Jesús para recibir su cuerpo.
- Si esto es así, ¿para qué necesitan resucitar? Ya están con Jesús, no necesitan ser resucitados y ascender para estar con Él. (1 Tes. 4: 16-17).
- ¿Por qué consolar a los creyentes con la esperanza de la resurrección, cuando sería más sencillo decirles: «no os preocupéis, los que durmieron ya gozan de la presencia de Jesús?». Nuestro consuelo, pues, está en la resurrección.
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¿Seremos raptados en secreto?
- Una creencia muy extendida sostiene que 1ª de Corintios 15: 51 y otros textos, se refieren a un «rapto secreto» anterior a la Segunda Venida (los cristianos fieles serán transformados y llevados con Jesús, mientras que el resto se queda aquí).
- Sin embargo, Pablo es muy claro con respecto al momento en el que se produce la transformación tanto de los santos vivos como de los muertos:
- 1 Cor. 15: 52; 1 Tes. 4: 16. Una «trompeta final» anuncia el evento, y la voz misma de Dios llama a los muertos (mucho ruido para ser secreto)
- 1 Tes. 4: 16-17. Luego, tanto vivos como resucitados son arrebatados
- A este evento no se le llama «el rapto», sino «la venida del Señor» (1 Ts. 4:15).
Para meditar:
«Cristo va a venir en las nubes y con grande gloria. Le acompañará una multitud de ángeles resplandecientes. Vendrá para resucitar a los muertos y para transformar a los santos vivos de gloria en gloria […] Cuando miramos a nuestros muertos, podemos pensar en la mañana en que la trompeta de Dios resonará, cuando “los muertos serán resucitados, incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Co. 15: 52). Aun un poco más, y veremos al Rey en su hermosura. Un poco más, y enjugará toda lágrima de nuestros ojos. Un poco más, y nos presentará “sin mancha delante de su gloria, con gran alegría” Jud. 24. (Elena G. White, El Deseado de todas las gentes, p. 586).
Autor: Sergio Fustero, miembro de la Iglesia Adventista del 7º Día en Castellón. Responsable, junto con su esposa Eunice Laveda, de la web de recursos para la E.S. Fustero.es
Imagen: Librito oficial de Escuela Sabática