Skip to main content

Hermanos Bond¡Qué emoción debieron sentir los delegados de las Asociaciones que estuvieron presentes entre el 20 y el 23 de mayo de 1863 para celebrar una asamblea general en Battle Creek, Michigan, cuando nuestra iglesia quedó organizada! En ese momento los miembros de iglesia eran poco más de 3.500, pero a partir de ese evento el crecimiento fue constante y creciente. Apocalipsis 14 habla del mensaje de los tres ángeles que se comenzaría a proclamar después del chasco y nuestra iglesia cumplió el proyecto profético.

Disfruta del curso «Misión España», con el que la UAE, a través de JAE, celebra los 120 años de adventismo en España, ENTRA AQUÍ.

En 1864 las buenas nuevas de salvación cruzaron el océano Atlántico y llegaron a Europa por la iniciativa propia de un hermano de origen polaco llamado Michael Belina Czechowski. Una década más tarde, en 1874, con el respaldo de la Conferencia General, el pastor John Nevins Andrews vino a hacerse cargo de la obra, que para ese momento ya se había extendido por diferentes países europeos.

En el congreso de la Conferencia General de 1897, la Asamblea General decidió dar autonomía administrativa a las dos primeras divisiones de la iglesia adventista fuera de los Estados Unidos: Europa y Australia. Más tarde, en 1901, cuando se estructuró la obra en el territorio europeo, España quedó incluida en la que se llamó la Unión Latina, de la que formaban parte Bélgica, Francia, Italia, Portugal y la Suiza francesa.

Una comisión para abrir obra en España

Al año siguiente la Asociación General Europea nombró una comisión que viajó a nuestro país para conocer las posibilidades de abrir obra en el territorio. La comisión estuvo integrada por el presidente de la Unión Latina, Benjamín G. Wilkinson, el secretario-tesorero Jules Robert y un representante de la Unión Suiza, el anciano Jean Vuilleumier.

En octubre del año 1902 se celebró en Fresno, en el valle de San Joaquín, California, un camp meeting al que asistieron muchos jóvenes y en el que estuvo presente el presidente de la Asociación General, el pastor Arthur G. Daniells. El Pr. Daniells predicó un sermón titulado «Me seréis testigos… hasta lo último de la tierra» basado en Hechos 1:8, finalizando con un llamado en el que se animaba a que jóvenes voluntarios se alistasen para trabajar como misioneros en otras partes del mundo. Su deseo era que muchos jóvenes respondiesen afirmativamente al llamado.

Entre los presentes aquel día se encontraban dos hermanos, Frank y Walter Bond, graduados en teología, en 1899 en el Healdsbourg College (actualmente conocido como Pacific Union College). Ambos se ofrecieron para venir a un territorio donde no había presencia adventista. Los dos hermanos habían colportado en zonas de habla hispana en Estados Unidos. Frank había colportado en Arizona y Walter en Nevada, entre colonos hispanos, por lo que dominaban algo de los rudimentos de la legua. De hecho, ambos fueron los fundadores de la iglesia de Phoenix en Arizona.

Los hermanos Bond

Los hermanos Bond procedían de una familia evangélica californiana muy ligada a la predicación de la Palabra de Dios. Su bisabuelo y dos tíos abuelos habían sido pastores bautistas. Cuando su padre conoció el mensaje adventista, dejó su trabajo como granjero, se puso a estudiar medicina y estableció una clínica donde cuidaba con mucha dedicación a sus pacientes. El padre tuvo 11 hijos, todos comprometidos con la obra.

Frank, aunque era el mayor de los dos y contaba entonces 25 años, era soltero y Walter, de 21 años antes de venir a España, se casó con Leola Gerow. Partieron desde el puerto de Nueva York y después de tres semanas de travesía llegaron a Liverpoorl, para establecerse en Londres, donde estuvieron viviendo durante seis meses. Durante esta época colportaron y estudiaron español tratando de mejorar sus habilidades en nuestra lengua. Finalmente, llegaron a la antigua estación de Francia en Barcelona el lunes 22 de junio de 1903.

En la actualidad, cuando nos planteamos alcanzar una determinada población en la que no hay presencia adventista, nos parece un desafío inmenso, algo casi imposible de hacer, ¿cómo sería comenzar a predicar en un país extranjero, además de ser uno de los países más católicos de toda Europa? ¿Cómo serían los comienzos para tres jóvenes extranjeros en un mundo de costumbres y tradiciones desconocidas?

En Barcelona

Tras residir en la Ciudad Condal unos meses, se trasladaron a Sabadell, donde alquilaron una casa en la carretera de Barcelona n.º 198, en la que además de servir como vivienda, abrieron en ella una pequeña escuelita llamada El Progreso y en la que llegaron a tener 21 alumnos. Ese lugar fue también sala de reuniones y de conferencias. Comenzaron su obra de evangelismo por medio de la labor que hacían en la escuela con alumnos y padres, a través de conferencias públicas, contactando a personas interesadas y también repartiendo publicaciones que les enviaban desde México, en las que se exponía el mensaje adventista.

Un año después, el 29 de junio de 1904, tres preciosas almas fueron bautizadas, dos eran jóvenes: José Abella que llegó a ser pastor y Lola Casals obrera bíblica. También ese día fue bautizada María Serra, madre de Lola. El trabajo de los hermanos Bond fue tan arduo y eficaz que en 1905 se habían bautizado otras ocho personas que formaron parte de la primera congregación adventista establecida en Sabadell.

En 1906 los hermanos Bond entienden que la mejor manera de llegar a abarcar más territorio es separarse, así que Walter, que es el presidente de la Misión, se queda en Barcelona y Frank y su esposa se trasladan a Valencia, donde llegan el 15 de septiembre de ese año. En septiembre de 1912 se organizaron las dos primeras iglesias en España, una en Barcelona, con 47 miembros, y otra en Jérica, Castellón, con 17. La primera, fruto especialmente del trabajo de Walter y la segunda como resultado de la labor de Frank en Rubielos de Mora, Teruel.

Su labor en España

Los hermanos Bond no se limitaron a trabajar en la zona de Cataluña, sino que predicaron y trabajaron en otros lugares, como La Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Castilla la Mancha, Madrid y Aragón.

En la actualidad, comenzando la tercera década del siglo XXI, la iglesia Adventista Española está profundamente consolidada. Cuenta con 111 iglesias establecidas y 54 grupos organizados, más de 17.400 miembros y está presente en cada una de las 50 provincias que componen nuestro territorio. El trabajo difícil y agotador que tuvieron que realizar los jóvenes hermanos Bond ha dado su fruto. Hoy podemos darle gracias a Dios porque aquellos jóvenes, obviando las comodidades que tenían en su país, decidieron aceptar el desafío del pastor Daniells y el llamado del Señor: «Me seréis testigos… hasta lo último de la tierra».

En este mes de junio, cuando se cumplen 120 años de la llegada del adventismo a España, podemos mirar hacia atrás y decir: «No tenemos nada que temer al futuro, a menos que olvidemos la manera como Dios nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada» (EGW, Notas biográficas, p.216)

Autor: Nelson Salgado, profesor de historia y pastor de la UAE.

4 comentarios

  • Carmen dice:

    Buenas tardes,
    Un artículo muy interesante pero hay que corregir el año al principio del mismo, es 1863.
    Saludos!

    • Esther Azón. Revista Adventista dice:

      Muchas gracias, Carmen. Procedemos a revisarlo. Bendiciones.

  • Lila Polo dice:

    Mi gratitud y admiración a éstos cristianos sinceros por su valentía y consagración, cuando uno lee el diario y se entera de las pruebas que pasaron, se le pone a uno los pelos de punta, pese a toda oposición, sembraron el evangelio.

    • Esther Azón. Revista Adventista dice:

      Así es, estimada Lila. Después de Cristo, ellos son un gran ejemplo para nosotros hoy. Bendiciones.

Revista Adventista de España