Skip to main content

Testimonio de un estudiante de teología.

“He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque, aunque tienes poca fuerza, has guardado Mi palabra, y no has negado Mi nombre” (Apocalipsis 3:8).

La puerta de la gracia es semejante a la puerta abierta de una institución educativa. La gracia es el tiempo presente, y la puerta abierta es la oportunidad, el privilegio, que el centro educativo le ofrece a quien desea estudiar, continuar o acabar sus estudios. Es muy importante aprovechar la oportunidad de la puerta abierta cuando aparece en nuestra vida. Ese ha sido mi caso.

El sueño de estudiar teología

Yo tenía un sueño en mi vida, es decir una aspiración muy elevada: estudiar en una facultad de Teología, pero el lugar, el sitio, aún no lo sabía. Puedo decir que yo soy uno de esos afortunados que he aprovechado la oportunidad de entrar por la puerta abierta de la gracia, es decir, de entrar en la Facultad Adventista de Teología. Mi nombre es Aurel Tanase y tengo 48 años. Hace cuatro años tuve la oportunidad de matricularme en una facultad de Teología, por primera vez en mi vida con 44 años. Edad que para mucha gente parece una locura, inadecuada para estudiar, pero para Dios nunca es tarde. El me recibió con los brazos abiertos, para educarme y formar mi carácter, tanto para este mundo como para su reino. Dios cumplió mi sueño y lo hizo realidad, dándome la oportunidad de estudiar teología.

Este sueño databa de muchos años, desde cuando yo era niño. Pero las circunstancias de la vida, los problemas familiares, las dificultades económicas, me hicieron desistir de mi gran sueño, y me fui resignando con la esperanza de que un día, quizá, se iba a cumplir. Desde el punto de vista humano yo no veía ninguna oportunidad, ninguna puerta abierta en mi camino para poder acceder a un nivel superior de educación y estudiar en una Facultad. Así que me sentía derrotado por pensamientos negativos, que me decían: “Eso no es más que un sueño. Es demasiado tarde, el tiempo ya se ha pasado para ti.” Pero lo que para mí era imposible, para Dios era posible. Él era capaz de transformar mi sueño en realidad.

Un sueño cumplido

Así que, por un tiempo bastante largo, más de 20 años abandoné mi sueño, casi lo olvidé, pero vino un tiempo de gracia en mi vida, cuando Dios me recordó mi sueño. Si el hombre olvida Dios nunca olvida. Dios me ha mostrado que todo es posible para aquel que cree en El, y le confía el mando de su vida.

Quiero testificar que hoy en día mi sueño se ha cumplido, se ha hecho realidad, según el plan y propósito que Dios tenía para mí, como para cada uno de nosotros. La promesa de su Palabra en la Biblia dice: “Yo se los planes que tengo para vosotros, dice el Señor, planes de paz y no de mal, para daros un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11). Promesa hecha por Dios para todos aquellos que creen y confía en El. Mi sueño se ha transformado en realidad y estoy estudiando en la Facultad de Teología de Sagunto. En 2014 me matriculé en primer año de Teología para estudiar la palabra de Dios a fondo para el desarrollo de mi carácter, así como para mi preparación profesional, para servir a Dios llevando el evangelio a los hombres.

Cuando escribo el artículo, en este verano del año 2018, ya me gradué, acabé los cuatro años de estudios en Teología. ¿Quién pensaba que llagaría a acabar la carrera? Creo que nadie. Ni yo mismo me lo llegaba a creer. Con la ayuda de Dios he conseguido cosas grandes e imposibles desde el punto de vista humano. Ya puedo decir que he acabado la carrera, cosa que para mí era imposible, pero para Dios nada es imposible. Un milagro, de verdad.

Anímate a estudiar teología, si ese también es tu sueño

Desearía animar a otros que quieren estudiar, que a través de mi experiencia, de mi caminar con Dios por la fe, decirles que se puede, que confíen en Dios, porque, aquellos que son llamados por Dios, Él los capacita y los acompaña hasta al final. Hay siempre una oportunidad de la gracia de Dios para todos aquellos que quieren estudiar para dedicar su vida a Dios y ser felices a su servicio.

La puerta abierta de la gracia para mí fue la oportunidad de estudiar. Para cualquier hombre o mujer esa puerta es la posibilidad de salir adelante, de dar el paso hacia el éxito, para estudiar o cambiar el rumbo de la vida. Depende de cada uno de nosotros aprovechar esta oportunidad. Para tomar una decisión correcta y firme necesitamos la guía del Espíritu Santo, para que nos de poder y nos muestre el camino que lleva a la meta.

Estudiar teología en la FAT

¿Por qué es interesante estudiar teología en una facultad adventista? En primer lugar, porque necesitamos una educación en una institución cristiana, si nos queremos educar en valores y principios morales. En segundo lugar, para el desarrollo de nuestro carácter, a semejanza del de Cristo, para poder heredar el Reino de Dios. También desde un punto de vista profesional es importante preparar nuestro futuro, para el sostén familiar y personal en esta vida.

Lucha por hacer tu sueño realidad

Con mi testimonio quiero animar a otros, asegurándoles que la puerta de la gracia está abierta para todos los que quieren acceder de una forma de educación superior, para preparar cualquier especialidad, y poder luego aportar algo bueno a la sociedad o a la iglesia. Para poder hacer realidad tu sueño, o la meta que te has puesto, tienes que luchar. No basta solamente soñar, sino esforzarte a veces hasta el sacrificio, con dedicación total. En términos teológicos se trata de consagrar tu vida a Dios. No te dejes vencer por pensamientos negativos, o por el miedo al fracaso. Ten ánimo: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de timidez, sino de fortaleza, de amor y de dominio propio” (2 Tim. 1:7).

No te preocupes por el futuro, aprovecha el presente, vive cada día como si fuera el último de tu vida, porque el futuro no nos pertenece, el futuro es de Dios. En esta vida Dios nos abre una puerta a cada uno de nosotros, y pone delante de nuestro camino una oportunidad de elegir la profesión y el camino por el que queremos andar en esta vida, de acuerdo a los dones que hemos recibido de parte del Creador.

“Yo estoy en la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa, y cenare con él, y el conmigo” (Apocalipsis 3:20)

Confía en Dios

Tal vez piensas que no eres capaz de estudiar o cambiar el rumbo de tu vida. Desde tu punto de vista humano tal vez no sea posible, pero confía en Dios y pon tus planes y sueños en sus manos y vas a ver como se transforman en realidad. Este es un milagro de Dios.  Por eso escribo ese artículo, como testimonio de la fe en la promesa de su palabra, de su poder, que se manifestó en mi vida. Porque la promesa dice: “El justo vivirá por la fe” (Rom.1:17)

Si yo he podido realizar mi sueño por la gracia y por el poder divinos, tú también puedes si confías en él, porque en este camino de preparación no estás solo. Si te parece algo imposible aférrate a Dios y pídele sabiduría, y pídela con fe y te será dada. Dios te va a sostener con su diestra y te va acompañar en el camino y en todo lo que emprendas si es conforme a su voluntad. Él va delante de ti como un guerrero valiente y te va a dar la victoria. Aférrate a su promesa, y cuando pienses que no puedes, acuérdate de decir: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13)

Toma la decisión, en oración

No tengas miedo de lo desconocido, avanza por la fe, porque él, al que llama, capacita y lo sigue acompañando con su amor durante todo el camino. “Porque Dios es el que obra en vosotros, tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13). Así que no demores en tomar decisiones para cambiar tu vida, y acceder a una educación que te dé la formación profesional y el desarrollo del carácter que necesites para dar sentido y satisfacción a tu vida, para el bien de tu familia y el de la sociedad.

Haz tu parte, Dios hará el resto

No dudes del poder de Dios, él puede cambiar tu vida, y puede hacer realidad tus sueños. Ponte metas elevadas porque no estás solo en esta lucha. Tienes que hacer tu parte, y el resto lo hace Dios, aquel que tiene todo el poder, aquel que es la fuente de la vida y de la felicidad verdaderas.

Si hay un pensamiento en tu mente que te tiene atado o te desanima, que te dice que no eres capaz, que no eres digno, o que no tienes valor, piensa que a los ojos de Dios tienes mucho valor, porque él te creo y dio a su Hijo amado por tu rescate. El té desea lo mejor y quiere que seas feliz y salvo en su Reino, y te dice: “No temas, que yo estoy contigo. No desmayes, que Yo Soy tu Dios que te fortalezco. Siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10)

¡Animo!   ¡Muchas bendiciones de parte de un alumno rescatado por  Dios!

Conoce la Facultad Adventista de Teología, de Sagunto (FAT).

Aurel  Tanase. Estudiante de teología en la FAT (Facultad Adventista de Teología)

Foto: Alexander Michl en Unsplash

Revista Adventista de España