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Título: Apacienta a mis ovejas

Autor: H. M. S. Richards

Editorial: GEMA/APIA

Nunca olvidaré aquella vez que mi madre me acompañó a la iglesia después de varios años de ausencia. Yo era estudiante en el seminario de Montemorelos (México) y ella me visitó de manera inesperada un día sábado. Entonces, yo le rogué que fuéramos a la iglesia. Luego de expresar alguna molestia y tratar de evitarlo, terminó aceptando mi petición. Yo no cabía de gozo, entrando al enorme templo del brazo de mi madre y rogando al cielo que ese día el sermón impactara su vida. Todo parecía preparado: la música, la solemnidad del sitio y la actitud de los asistentes. Sin embargo, ese día el predicador (un conocido visitante de la Asociación General) se dedicó a contarnos algunas de sus aventuras por ciertos países exóticos que había visitado. Creo que ni siquiera abrió la Biblia. Yo me sentía profundamente frustrado al pensar en todo lo que había luchado para que mi madre asistiera a la iglesia. “¿Tendrá idea este hombre de todo lo que hay detrás de un creyente que asiste al templo cada sábado?”, me pregunté a mí mismo. Ese día, tuvimos que conformarnos con unas magras alusiones a la Palabra de Dios.

Desde hace un buen tiempo vengo escuchando sobre la “crisis del púlpito” en la iglesia. Parece que en algunos lugares los sermones no satisfacen a los miembros de la iglesia. Incluso, a veces parece que su contenido se reduce a una serie de anécdotas personales, ocurrencias doctrinales o lecturas insípidas de conceptos teológicos ajenos a la realidad de la sociedad contemporánea, eso sí, muy lejos de una atractiva investigación bíblica que responda a las necesidades de la gente y ofrezca respuestas oportunas a sus desafíos cotidianos. ¿Qué está pasando con la predicación?

Apacienta a mis ovejas es el mejor libro sobre homilética que he leído. No tengo dudas en afirmarlo. Desde el día que cayó en mis manos, el texto me cautivó a tal punto que no pude parar de leerlo hasta terminarlo. Su autor, H. M. S. Richards, fue uno de los mejores predicadores adventistas en Norteamérica. Ahí, de una manera muy sencilla, describe los grandes secretos del arte de elaborar y predicar poderosos sermones en una congregación. El autor no se limita a instruir sobre cuestiones técnicas en la elaboración de un tema, más bien, va al fondo de la vida del portavoz, asegurando, en realidad, que no hay sermones poderosos, más bien, hay vidas poderosas. Además, está escrita de una manera tan agradable, que el lector va disfrutando las enseñanzas de este gran siervo de Dios.

Este es un libro indispensable para pastores, predicadores, maestros, ancianos y miembros de iglesia en general. Seguramente, cambiará tu vida como lo hizo conmigo.

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Revista Adventista de España