Esperanza: «Tikvá»
Regalar esperanza a una persona depresiva es comenzar su camino hacia la sanación. Tikvá es la palabra en hebreo que se traduce como «esperanza», y hace alusión a una cuerda tejida. Una cuerda no es solamente algo que vemos con nuestros ojos, sino que además es algo que podemos tomar con nuestras manos.
La esperanza, para los hebreos, era algo que no se espera, sino que está sucediendo y nos lleva a nuestro objetivo. Como una cuerda, Dios es la esperanza que nos sostiene.
Cuando alguien se está ahogando en el mar, su salvación es aferrarse a la cuerda. Claro que esa cuerda debe ser lanzada por alguien. Y allí entras tú en la ecuación, ya que puedes ser el «salvavidas» de alguien interesándote por esa persona, con un «¿Cómo estás?», y con un «¿Te puedo ayudar en algo?» No tienes por qué ser psiquiatra o psicólogo para escuchar; escucha mientras consigues un profesional que le ayude y comience un tratamiento.
El suicidio es la cuarta causa de muerte en el mundo entre los 15 y los 44 años. ¿Por qué razón las personas se quitan la vida? Muchas veces es por este dolor emocional que las consume. Un paciente que intentó suicidarse me dijo que no buscaba la muerte, solo descansar de su dolor. Veía el suicidio como la solución, pero nunca lo es.
En Mateo 6:25 al 34, Jesús dijo que no nos preocupemos por el día de mañana. Tres veces, en ese capítulo 6, Jesús recomienda que no nos preocupemos. Si es así, es porque está seguro de eso y de que él estará al control de tu vida.
Protocolo de prevención y actuación frente al intento suicida de un joven:
- Escúchalo con afecto y comprensión. No lo recrimines ni lo cuestiones.
- Déjalo hablar de sus pensamientos con respecto a la muerte.
- Ayúdalo a buscar un profesional para su tratamiento.
- Activa un plan de oración y acompañamiento afectivo.
- Intégralo a actividades de la iglesia.
- Ayúdalo a descubrir sus habilidades y sus talentos a fin de potenciarlos.